La cumbre de montevideo

Macri, presidente de un Mercosur sacudido por el Bolsonarazo

Las dudas sobre la posición del nuevo Brasil pone al bloque en suspenso. ¿Reformulación del acuerdo? ¿Ruptura total? ¿Vuelve el militarismo a la región?

El nombre más importante de la LII Cumbre del Mercosur que finalizó este lunes en Montevideo fue el que no se dijo y el de quien no estuvo: Jair Bolsonaro, presidente electo de Brasil, que asumirá formalmente su cargo el 1 de enero de 2019 y dentro de seis meses hará lo propio, aunque en este caso como presidente pro tempore, en el Mercosur.

 

El perfil “trumpista” de su campaña electoral y las primeras declaraciones que hicieron él y su futuro cancillerErnesto Araujo, respecto al Mercosur, hacen prever que Bolsonaro buscará reformular fuertemente este organismo regional o directamente romperlo para poder avanzar libremente hacia acuerdos de libre comercio individuales y, en paralelo, reforzar el proteccionismo en otras áreas de la economía.

 

¿Qué pasaría con la industria automotriz argentina si Brasil quisiera renegociar los acuerdos que le permiten funcionar? ¿Qué pasaría con la industria láctea uruguaya si Brasil dejara de comprarle para privilegiar a sus productores? ¿Qué pasaría con la economía paraguaya si Brasil decidiera pagar menos por la energía que genera Itaipú? Todas estas hipótesis, fundamentadas en el perfil del gabinete de Bolsonaro, sobrevolaron la cumbre de manera no oficial.

 

Bolsonaro no ha sido suficientemente explícito aún y, en virtud de los antecedentes de Donald Trump, lo que puede esperarse es que tense las negociaciones para cerrar acuerdos más ventajosos para su país, pero teniendo en cuenta el peso específico de Brasil en materia política y económica, lo expresado en la cumbre de presidentes, de la que participaron Mauricio Macri –que asumió como presidente pro tempore–, Tabaré Vazquez, Mario Abdo Benítez y Michel Temer, se parece más a expresiones de deseo que a expectativas reales acerca de lo que pasará con la unión aduanera fundada en 1991.

 

 

En línea sí con lo que busca hace rato Macri, el canciller argentino, Jorge Faurie, reclamó “revisar” y “actualizar” el acuerdo fundacional del bloque. “Cuando empezamos con el Mercosur, no teníamos el dinamismo de Asia Pacífico, la cadena de valor, no vivíamos en una economía que tiene una preponderancia del factor de los nuevos cambios tecnológicos. No podemos quedarnos sentados como en 1991 en el 2020”, argumentó el canciller.

 

Firmado este lunes el acuerdo Mercosur – Unión Económica Euroasiática (Rusia, Bielorrusia, Kirguistán, Armenia y Kazajistán), durante su presidencia pro tempore, Argentina buscará avanzar con el largamente postergado acuerdo con la Unión Europea. Oficialmente, ese acuerdo está cerca de firmarse, pero al siempre presente obstáculo del proteccionismo francés a sus productores agrícolas, se suman ahora las críticas explícitas del presidente galo, Emmanuel Macron, y su par alemana, Angela Merkel, a –una vez más- Bolsonaro por su postura respecto del cambio climático.

 

 

 

EL CASO CHAVISTA. Por fuera de lo económico, el otro tema que movilizó la cumbre fue la situación de Venezuela, estado miembro del Mercosur suspendido en su membresía por incumplir el protocolo democrático. En el bloque conviven diferentes visiones, que van desde la crítica activa de Argentina, que incluye considerar ilegal al gobierno de Nicolás Maduro e intentar bloquearle créditos en organismos regionales, a la política de no injerencia en asuntos internos de otro país que promueve Uruguay, pero nadie impulsa una intervención militar extranjera. De hecho, días atrás, el Frente Amplio – que gobierna Uruguay – decidió expulsar de sus filas al titular de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, por propiciar una intervención militar para derrocar a Maduro.

 

¿Tiene en ese aspecto Bolsonaro la misma posición que Temer? Por ahora, solo ha tenido gestos diplomáticos previsibles, como anunciar que no invitará a Maduro a su asunción, y descartó la posibilidad de una intervención militar, pero Trump la ha considerado una opción más y Maduro denunció que su par colombiano, Iván Duque, está trabajando en esa línea. Colombia tiene, desde hace años, presencia activa de las fueras armadas estadounidenses en su territorio en el marco del llamado Plan Colombia de combate a la guerrilla de las FARC y fue anfitriona de los ejercicios navales UNITAS, liderados por la Armada norteamericana en septiembre de este año.

 

 

 

También puede verse la sombra de Bolsonaro en el acuerdo de cooperación nuclear que firmaron Argentina y Brasil. Formalmente, la Cancillería argentina informó que "el objetivo de la declaración fue reafirmar la relación bilateral estratégica en el área nuclear y la naturaleza pacífica de sus respectivos programas nucleares". ¿Qué motiva a un presidente como Temer, a 15 días de dejar el poder, a firmar una declaración ratificando la naturaleza pacífica de los programas nucleares de Argentina y Brasil?

 

Buscar la respuesta puede retrotraer a los peores fantasmas. Dada la influencia del Ejército en el nuevo gobierno brasileño, algunos analistas especializados en temas militares, como Horacio Calderón, alertaron durante la campaña electoral de Brasil acerca de un posible reverdecimiento del plan nuclear militar en el vecino país. ¿Será lo que firmó Temer un acuerdo preventivo? ¿Será porque maneja información en ese sentido que Macri no va a la asunción de Bolsonaro? El tiempo, una vez más, despejará estas incógnitas.

 

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