Lejos quedó el tiempo de tranquilidad por la intervención de Enrique “Quique” Braun en el PRO de Río Negro. Mientras el radicalismo y la CC-ARI oficializaron sus autoridades en la provincia, el macrismo continúa en un limbo jurídico y sumergido en una profunda interna que le impide encontrar su rumbo hacia el proceso electoral de 2019. Todavía no hay noticias en la Justicia electoral para que la situación varíe, aunque una versión ratifica que habrá novedades en los próximos días y eso generó preocupación en la Casa Rosada, mientras sus aliados pregonan un acuerdo amplio para enfrentar al peronismo.
La elección de la Unión Cívica Radical (UCR), que ratificó a Darío Berardi en la presidencia y a la diputada nacional Lorena Matzen como vice, abrió el camino del oficialismo nacional en Río Negro para acomodar su estructura. Luego le tocó a la CC–ARI, que trabajó en darle forma a su organigrama tras la expulsión de la senadora Magdalena Odarda, hoy socia del peronismo. La pata renga de Cambiemos, paradójicamente, es el PRO, que, cuando supere los entramados judiciales, deberá definir su conducción.
El problema surge con el desencanto que existe con el diputado nacional Sergio Wisky, quien manifestó a su entorno la idea de encabezar la estructura. Entre las justificaciones del enojo con Wisky -relataron voceros de la alianza a Letra P- se destaca la manera en la que cedió ante el radicalismo los principales lugares de la campaña 2017. Ahora, distanciado de la UCR, busca acomodarse en el PRO, pero el consenso está lejos de plasmarse.
Esta semana se esperaba que se oficializara la carta orgánica partidaria, tras el pedido de modificación de la Justicia. Eso generaría las condiciones para la normalización, aunque todo indica que no será sencillo, debido a que el intendente de Cipolletti, Aníbal Tortoriello, emergió como una alternativa pura al proyecto partidario de Wisky. De esta forma, un nuevo capítulo de la interna macrista se reedita entra ambos precandidatos a la gobernación de Río Negro.
A pesar del silencio de sus aliados, el presidente de la UCR rionegrina, Berardi, prefirió recordar -en contacto con Letra P- el avance de su espacio para las elecciones provinciales. “El año que viene volvemos a discutir todo”, anticipó y no descartó que las tensiones de los últimos procesos electorales se reediten por las demoras legales que tiene el PRO.
El sustento radical, que no evita demostrar fastidio, se respalda en una reunión en la Casa Rosada donde se planteó tener al día los partidos mucho antes de fin de año. Mientras la UCR y el ARI hacían los deberes, el PRO redactaba los pedidos que la Justicia electoral le reclamaba. Según confiaron fuentes macristas, la Justicia exigió modificaciones a la carta orgánica para su aprobación, que "sería inminente".
Mientras el ARI convocó a un acto partidario en Villa Regina para este domingo para celebrar a sus jerarcas, la UCR hará lo mismo en General Fernández Oro, municipio que conduce Mariano Lavín, el 8 de diciembre. El PRO, en cambio, sigue sin anunciar su rumbo.