Falocracia, reprimenda a los medios y una oda al poder del Supremo #1

Los encargados de prensa del evento ya tenían más de 150 invitados agendados una semana antes del evento, que se desarrolló en el Sheraton Libertador. Y avisaron con bastante antelación los requisitos del supremo para una convivencia pacífica. “No va a responder preguntas de la prensa. Habla y se va”, aclararon. Cumplió: habló y se fue, entre flashes.

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POR $4.000 POR MES. Desde que se frustró la presencia del economista radical Pablo Gerchunoff por una confusión de agenda u olvidos particulares, hay bronca de algunos rotarios con el nivel de invitados que tienen los clásicos almuerzos en los últimos meses. “Pagamos $4.000 por mes, hay que levantar un poquito la puntería”, se sinceró un empresario ante Letra P, un poco más calmo cuando vio llegar a Rosenkrantz, una primera figura en su momento más álgido. También refunfuñan por el menú: el postre del mitin con el supremo fue una mini bocha de helado con unos cortes de melón, ananá, mandarina y kiwi de dudosa frescura. “De hospital es poco”, siguió, con ironía, el mismo CEO.

Para la próxima se espera al periodista de La Nación, Hugo Alconada Mon. Con suerte, viento a favor y un diciembre calmo, la expectativa es que cierre el 2018 el presidente Mauricio Macri.

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¿UN DARDO A LORENZETTI? La periodista Clara Mariño, bastonera del evento en el Rotary, se encargó de la ronda de preguntas permitidas y autorizadas por Rosenkrantz. El juez ya había avisado que no iría a contestar las “incómodas”. Al que se lo notaba incomodo antes de la inquisición era a él. Se rascaba la cabeza, acomodaba el sillón una y otra vez, miraba el reloj. Pero respondió a todas las consultas con diferentes niveles de intensidad. La más llamativa, una de las últimas: lo consultaron por cuáles eran sus metas al frente de la Corte. “Voy a usar una palabra que usa mucho mi hija: no tengo una visión falocrática", explicó. Se abrieron grande los ojos de los comensales, poco acostumbrados a descripciones out of the box. Siguió diciendo: “Me parece que la mejor contribución que uno puede dejar a cualquier institución es que quienes lo sucedan funcionen mejor que nosotros mismos". Algunos de los presentes lo interpretaron como un tiro por elevación para su antecesor, Ricardo Lorenzetti. Una crítica a su personalismo justo en el medio de la disputa pública y privada que mantienen.

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GESTA ANTI IMPUESTOS ANTE UN SECTOR SENSIBLE. “Discutamos el salario, pero no que sean eximidos”, charlaron en una mesa cercana al escenario. “No estamos de acuerdo”, contó un empresario de la salud. Es que Rosenkrantz jugó fuerte excusando a los magistrados del pago de Ganancias. Y apeló a un ejemplo interactivo sin eco entre el público. “Yo les pregunto, ¿está bien el sueldo que ganan los pilotos de avión?”. Murmullos. “Eso tiene que ver con lo que ganan otros pilotos de otras líneas aéreas”, continuó. No gustó ese argumento en una tribuna que está pidiéndole al Gobierno, precisamente, menos presión impositiva a los sectores que generan empleo. Y escucharon a un juez de sueldo elevado y cargo vitalicio (“Los jueces en Argentina somos muy poderosos, los únicos elegidos de por vida") pedir no pagar un tributo que casi toda la población reclama. Rosenkrantz se sostuvo: “La de Ganancias es la pregunta que me incomoda. La cuestión de si los jueces ganan mucho o poco depende del mercado de referencia. El verdadero problema con Ganancias es defender lo que, creo, es un salario adecuado para un juez", concluyó.

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CON ESTILO K, CULPÓ AL PERIODISMO. El supremo es raro, al menos para la consideración pública. Habla pausado pero sabe dónde apuntar. Una de esas apuestas fue la que hizo sobre las razones que explicarían la imagen negativa de la Justicia argentina. "En las encuestas, la Justicia tiene baja reputación. Pero cuando se le pregunta a usuarios de la justicia, hay aceptación del 45%. La mala imagen es de gente que no tuvo contacto y tiene una opinión moldeada por los medios de comunicación”, aseveró y volvió a causar sorpresa en el auditorio, que desde los años del kirchnerismo en el poder no encontraba en su círculo apelaciones a la responsabilidad de los medios en el ideario público.

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LA FLECHA ENVENENADA DE LA MAGISTRATURA. La bastonera del evento le preguntó al juez si la nueva conformación del Consejo de la Magistratura influiría en el corrimiento de magistrados o atentaría contra la evolución de las causas de corrupción. Una trampa intencional técnicamente intolerable. “Con la nueva Magistratura no están en juego las causas de corrupción. Es una apreciación temeraria”, devolvió Rosenkrantz. Y agregó que “es injusto responsabilizar solo a la Justicia por los fallos de corrupción”. Luego hizo un llamamiento a la independencia del máximo tribunal. “Nuestra Corte es independiente del poder. El primer cambio de la Justicia lo debemos hacer los jueces. Tenemos que entender que debemos ser independientes del Estado y nuestras propias convicciones ideológicas y políticas".