Afectada por el impacto del Cuaderno Gate, la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO) entró en terreno de definiciones de cara a la renovación de autoridades que operará en noviembre próximo. En este contexto, todas las fichas para reemplazar al actual presidente, Gustavo Weiss, están puestas en un cuadro interno que está siendo apuntalado desde el Gobierno. En las últimas semanas, el hermano del Jefe de Gabinete, Marcos Peña, Andrés, se mostró activo instalando el nombre de Julio Crivelli, un abogado que ejerce como secretario de la entidad.
Andrés Peña, el encargado de posicionar al abogado Crivelli.
La movida no es casual y tiene razones políticas: Andrés Peña tiene vínculos fluidos con la entidad desde los años en que ejerció como gerente de Desarrollo Integral, durante el kirchnerismo. En medio de la ola de críticas al nepotismo en Cambiemos, el hermano de Marcos debió alejarse del puesto de subsecretario de Desarrollo Productivo en el ministerio que conducía Francisco “Pancho” Cabrera y se centró de lleno en las gestiones en la actividad privada. Así llegó a ser la espada del oficialismo en el proceso de normalización de la CAMARCO. Desde la Jefatura de Gabinete, de todos modos y ante la consulta de Letra P, aclararon que "no hay ninguna intención de poner un candidato y ni Peña ni su hermano están en estas gestiones".
Crivelli (izquierda) es un experto en PPP, una obsesión del Gobierno y del ministro Dietrich.
“Queremos algo más simple y menos relacionado con los casos de corrupción K. Éste no es Roggio, Wagner ni Chediak”, contó a Letra P un alto dirigente de la entidad ladrillera. La fuente admitió que Crivelli tiene “la ventaja de tener una empresa chica, que no es del Club de la Obra Pública”, y además “sería una continuidad de la gestión de Weiss”.
El nombre del abogado tenía, hasta hace unos días, un único competidor, el hijo del actual presidente y dueño de la constructora Eleprint, Felipe Weiss, un joven con perspectiva que supo integrar en 2016 el intento de lanzar un Grupo de los Seis (G-6) renovado, que solo quedó en la anécdota. Todo indica que Weiss junior deberá esperar otro turno ante la intención oficial de que un abogado encabece la entidad por primera vez en la historia.
Weiss, el actual presidente, junto a Macri. Al Gobierno le interesa la línea de continuidad conceptual.
Crivelli -que presidió la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes y es un respetado coleccionista de cuadros- fue aportante de campaña de Cambiemos, está alineado políticamente al oficialismo y tiene otra ventaja, de carácter técnico: es experto en la ingeniería de los programas de Participación Público Privada (PPP). Esta herramienta es un fetiche para el oficialismo y es Crivelli el nexo entre el Estado y los privados por el tema.
La mano de Marcos Peña en una elección clave tiene que ver con una segunda instancia de blanqueo en una entidad históricamente controversial: en el inicio del gobierno de Macri, fue el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, la interlocución autorizada para salir de lo que por entonces eran solo sospechas. El entrerriano avanzó en charlas que incluyeron a los dirigentes de UOCRA, en tiempos en los cuales las sospechas de corrupción alcanzaban a los jefes sindicales. Esa tregua sirvió en los comienzos para trabajar en los nuevos contratos y racionalizar precios y licitaciones. Pero el estallido de los cuadernos del chofer del segundo de Julio De Vido volvió a sacudir la estructura. Así es que la preocupación por el efecto en la actividad atravesó el umbral del despacho del propio Macri y obligó a Peña a jugar en la selección del nuevo garante de una CAMARCO “más transparente”, según describen en el Gobierno.