Desde su rol de articulador político de Moyano, fue uno de los dirigentes promovió el acercamiento entre su jefe y Cristina Fernández de Kirchner. La movida no fue inocente: Plaini considera que la ex presidenta es la figura que mejor expresa al peronismo. “Esto de que tiene que dar un paso al costado el que tiene el 37% de los votos porque el que tiene 3% dice que tiene un techo, es medio extraño. Me parece que ese es un error”, sostuvo por la interna del peronismo.
BIO. Es el secretario general del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas (SIVENDIA) desde que en 2006 se impuso en las elecciones internas. Impulsado por Hugo Moyano, fue diputado nacional entre 2009 y 2013, años en los que el dirigente camionero rompió con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, lo que le valió una ruptura en el bloque y la renuncia a su cargo en el Partido Justicialista bonaerense. Pese a esas diferencias, siempre conservó buena relación con la ex mandataria y fue el nexo entre ella y Moyano. En julio de 2017, su sindicato fue intervenido por la justicia federal, que le ordenó al Ministerio de Trabajo normalizar el gremio, una medida que apenas duró un mes y fue interpretado como un acto de intimidación.
Foto: AGLP.
-La ceremonia ecuménica en Luján ocupó buena parte de la agenda política hasta la votación del presupuesto. ¿Cómo surgió ese acto?
-Comenzó hace dos meses, cuando empezó a desarrollarse el Frente Sindical por el Modelo Nacional y nos propusimos tener una agenda propia. El que planteó la idea fue Ricardo Pignanelli, que dijo: '¿Por qué no marchamos a Luján para recrear la esperanza, la fe, las creencias que nos fortalecen?' Como contraposición a la acción de un gobierno que trata de quebrarte la fe, que te dice que todo está perdido. Nos pareció brillante. Inmediatamente lo fuimos a ver al monseñor Oscar Ojea, una comisión chiquitita entre los que estuve y resolvimos invitar a todos los credos. Después el acto superó todas las expectativas.
-Sin embargo, la trascendencia pública no fue tan positiva. Al menos, no en términos mediáticos.
-El análisis del Gobierno y de los medios que juegan a su favor fue: 'Iglesia, sindicalismo y peronismo es un problema' y entonces "moyanizaron" la movilización. Así fue. No hablaron de la cantidad de gente, que fue inmensa. Agustín Radrizzani dijo que vio gente hasta la terminal. Fue la palabra de la Iglesia, que es más jodido desacreditarla, la que habló de 800 mil personas. Cuando terminó la movilización Moyano fue a saludar a Radrizzani. Y ahí pum, la foto y la tapa del diario del otro día. ¿Cuál es el objetivo de esto? Que si la iglesia recibe a Esteban Bullrich, a María Eugenia Vidal o a Carolina Stanley, está fenómeno. Ahora, si va el movimiento sindical o algún actor del movimiento sindical está mal.
-El Gobierno acusa a la Iglesia de jugar un rol político en medio de la crisis económica. ¿Cree que es así?
-¿Pero cuándo no lo jugó? La iglesia siempre se ofreció como intermediario. ¿Qué pasó en 2001? ¿Qué pasó cuando llegó (Eduardo) Duhalde al gobierno? La Iglesia convocó a un diálogo Social. Siempre jugó un papel la Iglesia, son pastores y juegan a ese nivel. Ahora, los que piensan que la relación de la Iglesia y el sindicalismo comenzó el otro día en Luján, estaban viviendo en Krakovia. Siempre existió esa relación, nos hemos reunido siempre.
-Seguramente, pero la reunión entre Moyano y el monseñor Jorge Lugones ocurrió en la misma semana en la que se conoció un pedido de detención a su hijo Pablo. Es como mínimo sugestivo.
-Pensemos esto. Primero, tenés un Papa que por primera vez en la historia, y no creo que se dé nunca más, es argentino. Segundo, es un cuadro superlativo del pensamiento. Tercero, es el único líder mundial hoy. Francisco se para en la ONU frente a 195 jefes de Estado, entre ellos Barack Obama que estaba todavía, y les dice “estamos asistiendo a la globalización de la indiferencia y el descarte de la persona humana y ustedes tienen mucho por decir”. Más político que eso no hay…
-Claro, pero una cosa es hablar en la ONU y otra que uno de sus principales representantes en Argentina reciban a un líder opositor en una circunstancia judicial apremiante.
-¿Pero no ha recibido él mismo a gente con causas en el Vaticano? Son pastores, reciben siempre. ¿Qué es lo extraño de esto? Que les duela es otra cosa, que les moleste es otra cosa.
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-¿Qué es lo que le molesta al Gobierno?
-Dos cosas. Les molesta que la iglesia haga una crítica al modelo económico, igual que lo hace el Papa a nivel mundial. Y estos obispos que están acá tienen un vínculo con el Papa y una coincidencia. Como hay otros que no, en La Plata hasta hace poco teníamos al monseñor Héctor Aguer, nada que ver con las ideas de Francisco. Ahora, entonces Lugones, que está en sintonía, Radrizzani, Ojea, (Víctor) Fernández… Y les molesta que se relacionen con nosotros.
-Y ahora un documento que están preparando, ¿no?
- Eso es lo que dicen algunos colegas tuyos, no sé (risas). Siempre se trabajó, nosotros con la Pastoral Social hemos hecho reuniones infinitamente. Los que venimos del peronismo decimos que tenemos la doctrina social de la Iglesia. Ahora, claro que le molesta al Gobierno la voz de la iglesia. Lo importante del otro día es que por primera vez en la historia hubo un mensaje ecuménico, un documento en el que coincidieron todos los credos. Y segundo, que fue una movilización de carácter espiritual. Fuimos depositarios de recuperar la fe, la esperanza y me quedaron los tres conceptos que dice Radrizzani que dice el Papa: que no nos roben el entusiasmo, que no nos roben la esperanza y que no nos roben la alegría. A eso fuimos nosotros.
¿Por qué algunos gremios no se endurecen en esa discusión salarial?
-Habría que preguntárselo a ellos, es una de las razones que nosotros nos alejamos de la CGT. ¿Por qué? Por la forma de relacionarse con el Gobierno. Esos gremios compraron el tema del diálogo y nunca hubo un diálogo con el Gobierno, siempre fue un monólogo.
-¿Quiénes son los que roban esos valores?
- El gobierno con las medidas económicas, con este proyecto de país que es para 20 millones de personas. Con el ajuste, con el tarifazo, con la inflación, con el endeudamiento, con la pérdida de poder de compra del salario y la situación de los jubilados.
-En este escenario económico, ¿por qué algunos gremios no se endurecen en esa discusión salarial?
-Habría que preguntárselo a ellos, es una de las razones que nosotros nos alejamos de la CGT. ¿Por qué? Por la forma de relacionarse con el Gobierno. Esos gremios compraron el tema del diálogo y nunca hubo un diálogo con el Gobierno, siempre fue un monólogo. Yo no los juzgo en cuanto a la representación que cada uno de esos dirigentes y esas organizaciones tienen en su propia actividad, por alguna razón fueron elegidos. Pero cuando vos estás en la superestructura de la CGT tenés que ir al compás del reclamo popular y de la generalidad del conjunto de los trabajadores. Sé que individualmente esos compañeros son representativos en sus sindicatos, pero la estructura de la CGT necesita otra discusión. Además, con una nueva composición de la clase trabajadora. Yo soy de los que hablo hace tiempo, porque vengo de la Central Latinoamericana de Trabajadores, de movimiento de trabajadores más que de movimiento obrero organizado porque es mucho más amplio.
-¿Eso incluye los movimientos sociales y la CTEP?
-Los desocupados, los subocupados, los jubilados, los pensionados, incluye a todos. Cuando vos hablás de movimiento obrero organizado te quedás con la vieja sigla de empleado y obrero. Hoy eso es mucho más amplio. Es una discusión que se debe en el movimiento sindical.
-Durante el último tiempo, pareciera que la discusión interna en la CGT era entre quienes proponen centrarse en la representación de los intereses de los trabajadores y otros que plantean, además, que la central tiene responsabilidad en la gobernabilidad del país. ¿Existe esa discusión?
-Existe y es producto de un error conceptual tremendo. La gobernabilidad es una responsabilidad del Poder Ejecutivo nacional, la institucionalidad es una responsabilidad nuestra. Que la hemos ejecutado y ejercido con mucha responsabilidad. De hecho, los movimientos sociales contienen en los barrios, en lugares donde tenés que luchar contra la infiltración de los narcos y la droga, que no es un dato menor. Y nosotros la actitud que tenemos como organizaciones sindicales es mantener a los trabajadores en una situación de equilibrio. Es muy fácil sacar a la gente a la calle, lo difícil es devolverlos a la casa. Nosotros hemos sido muy responsables en eso. Pero la responsabilidad de gobernabilidad es del Gobierno. Aquellas organizaciones que interpretaron eso tienen un concepto totalmente equivocado, nosotros no gobernamos.
"La gobernabilidad es una responsabilidad del Poder Ejecutivo nacional, la institucionalidad es una responsabilidad nuestra. Aquellas organizaciones que interpretaron eso tienen un concepto totalmente equivocado, nosotros no gobernamos."
-El Consejo Directo de la CGT tiene en carpeta la convocatoria a un nuevo paro general. Sería el quinto desde la llegada de Cambiemos al poder. ¿Es poco, es adecuado o es mucho?
-Nosotros lo vamos a acompañar pero creemos que tiene que ser de inmediato, que debería ir acompañado de un plan de lucha, que es otra de las razones por las cual nos fuimos de la CGT. Hay que elaborar un programa de qué país querés, en qué región querés vivir, qué pensás de la economía y qué pensás de la producción nacional. A nosotros nos parece que eso hay que elaborarlo, siempre lo planteamos y dentro de los 70 gremios que integramos el Frente Sindical tenemos un programa y un plan de lucha. No podemos hacer un paro cada tres meses y que después nos pregunten “¿mañana qué?”. Mañana hay que seguir estando al lado del vecino en la calle, del vecino que va a reclamar en Villa Elvira porque no le alcanzó para pagar la luz, el gas o el agua o lo mataron cobrándole barbaridades. Hoy hay gente que no come. Entonces, nosotros queremos que la CGT se ponga al frente de esto y estamos convencidos que del Frente Sindical va a surgir el próximo secretario general.
- ¿Qué expresan hoy el binomio integrado por Héctor Daer y Carlos Acuña?
- Expresan un sector del movimiento obrero con el que tenemos miradas muy distintas en cuanto a cómo reaccionar frente a este gobierno. Yo no los voy a descalificar porque sé que son compañeros representativos en sus gremios y Daer, además, es un hombre muy formado. Pero bueno, la CGT es el todo, no es el sector tuyo. Representar a tu sector está perfecto, pero representar al todo requiere por lo menos mucha más imaginación. En la CGT tenés que comprender que hay una nueva composición de la clase trabajadora, que nos tendremos que dar una respuesta con respecto a los movimientos sociales.
- ¿Lo imagina a Juan Carlos Schmid adentro del Frente Sindical?
- Hace tiempo que no hablo con Juan Carlos, es alguien a quien le tengo un profundísimo respeto. Nos conocemos desde la Central Latinoamericana de Trabajadores y es uno de los hombres más lúcidos del movimiento obrero, pero sinceramente no lo veo todavía. Ojalá estuviese, porque aportaría un gran valor y tenemos pensamientos similares en cuanto al movimiento de trabajadores. Sería un gran aporte si viniera al Frente.
No podemos hacer un paro cada tres meses y que después nos pregunten “¿mañana qué?”. Mañana hay que seguir estando al lado del vecino en la calle, del vecino que va a reclamar en Villa Elvira porque no le alcanzó para pagar la luz, el gas o el agua o lo mataron cobrándole barbaridades. Hoy hay gente que no come.
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-Usted y otros dirigentes abandonaron la conducción de la CGT. ¿Por qué otros gremios históricamente vinculados a Moyano no siguieron sus pasos?
-Cuando tuve que tomar una definición, con mi gremio, la tomamos, y así lo hemos hecho en momentos mucho más complicados que este. En 2011, cuando fue la división entre Hugo y Cristina Fernández de Kirchner, yo vuelvo a ser diputado por un frente en el cual Moyano armó su propio partido. En ese momento, decidí acompañar al hombre porque para mí la lealtad es un valor. Dentro del peronismo hay tres grandes principios que todos conocen y valores, como el bien común y la lealtad. Yo por lealtad acompañé a Hugo convencido, creo mucho en la lealtad.
-¿Los que no se fueron no son leales?
-De ninguna manera, eso lo tiene que decidir cada organización. Yo las cosas que le tuve que decir a Hugo siempre se las dije. Te digo un ejemplo: en 2015 él no acompañó a (Daniel) Scioli y yo sí. Fui el único de esa CGT que abiertamente salió a acompañarlo, estuve en casi todos los actos y el día de la derrota me vas a ver a mí solo. Yo estaba arriba del escenario porque creo en esas cosas, tengo ciertos valores a los que no renuncio.
-Uno de los argumentos que plantean algunos de estos dirigentes es el temor a que el Frente Sindical devenga en la pata gremial de Unidad Ciudadana. ¿Qué opina de eso?
-¿Y lo otro qué es? ¿Las 62 Organizaciones de la mano de Juan Manuel Urtubey? Esa es la primera respuesta que yo les daría. Yo con un tipo que está más cerca de ser jefe de Gabinete de Macri que de estar en la oposición no tengo nada que ver. Discutamos qué es el peronismo para cada uno de nosotros, en todo caso. Si vamos a hablar de Cristina digamos quién es hoy el político o la política que acumula más voluntad opositora. Esto de que tiene que dar un paso al costado el que tiene el 37% porque el que tiene 3% dice que tiene un techo, es medio extraño, matemáticamente a mí no me cierra. Me parece que ese es un error. Si después en el camino coincidimos Cristina, el Frente Sindical o gran parte del movimiento obrero será porque nos sentamos y nos pusimos de acuerdo en un programa, sobre la base de ideas y de propuestas. Ahora, si se quedan con el rencor personal, allá ellos. Sería tremendo eso, no hablaría bien eso.
-Pareciera que, cada uno en su campo, tanto Moyano como Cristina, son los dirigentes que más adhesiones suman. Pero, a la vez, ninguno de los dos tiene los votos para cortarse solo, ¿no?
-Se da una parábola de esa naturaleza, ¿no? Ahora, ¿quién es más representativa que Cristina en la política? Nadie. ¿Quién es más representativo que Hugo en el sindicalismo hoy? No lo hay.
-Pero a Moyano no le da la cantidad de los congresales para llegar a secretario general de la CGT.
-Pero Hugo no quiere ser el secretario general de la CGT, la diferencia es esa. De hecho, lo ha dicho y hemos trabajado para que esté en la comisión política del PJ nacional, él y Pignanelli. Él quiere ser uno de los que ayude a conformar este gran frente nacional para ganarle a Macri y, sobre todo, partiendo del PJ. Es el compromiso que tiene Hugo, no ser secretario general de la CGT. Siente que como secretario general de la CGT ya cumplió una etapa, es el único que tuvo tres mandatos.
-¿Cómo evalúa la aprobación del presupuesto y, sobre todo, qué consecuencias cree que tendrá?
-Es un presupuesto del ajuste sobre el ajuste. El Gobierno evidentemente ha entregado ya su trazado y su decisión económica al Fondo Monetario Internacional (FMI). El hecho de montarle una oficina en el Banco Central habla por sí solo. ¿Cuántas adjetivaciones le podés poner a eso? Es un proyecto leonino que va a agudizar la conflictividad social.
-¿Y respecto de lo que sucedió afuera? Represión, encapuchados, detenciones muy lejos del Congreso…
-El Gobierno debería explica qué sucedió. Nos quieren acostumbrar a estas provocaciones, a agentes de inteligencia inflitrados que desvirtúan la movilización. Nosotros hicimos una columna muy importante del frente sindical. Sin embargo, los medios no dijeron absolutamente nada, no hicieron ningún comentario de la manifestación. Lo que debería entender el Gobierno es que la reducción del déficit debe ser un punto de llegada y no un punto de partida. Cuando vos te lo proponés de punto de partida, como se lo propone el Gobierno, tenés que recortar todo. Era vergonzoso hasta estética y éticamente, le sacaron el gravamen a los vinos espumantes.
-Ahora, la imagen de disturbios en las calles durante la aprobación de un presupuesto anual, ¿es una imagen negativa o positiva en el exterior para el Gobierno?
-Yo creo que internacionalmente al Gobierno lo tiene que afectar, porque el descontento popular es mayoritario, es abrumador. ¿Qué sector de la actividad económica hoy está contento? Cuatro: las energéticas, que les condonó 20.000 millones de pesos; los agroexportadores; la minería y el sector financiero. De allí para abajo arrancá si querés por las economías regionales, las pymes, que son 80% dadoras de mano de obra en Argentina, los comerciantes, los profesionales, trabajadores registrados, trabajadores informales y los que viven de las changas están descontentos porque la están pasando muy mal. Este Gobierno encima se jacta de aumentar la limosna y la dádiva.
-¿Lo dice por el anuncio del aumento del gasto social?
-Sí, lo muestran como un logro. Los que venimos del peronismo aprendimos que lo que dignifica es el trabajo, no la dádiva y la limosna. Cuando nace el peronismo a la vida política argentina, ¿qué hace Evita? Perón dice: “Yo construí un edificio donde trato que estén todos adentro y de los que quedan afuera se ocupa Eva, con la fundación Eva Perón”. Perón estableció una escalera, que era el ascenso social. Había un cierto escalón, el piso, después para arriba tenía que ver con tu esfuerzo, con tu dedicación y con tu vocación. Pero había un piso para todos que era el trabajo, que es lo que te dignifica. Esto no sorprende, por lo menos a quienes como yo nunca tuvimos expectativa y lo hemos discutido en la CGT porque jamás pensé como otros que pensaban que había gobierno para 8 o 12 años.
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-¿Moyano era de los que tenían otras expectativas en Macri? Se mostró varias veces con él durante la campaña presidencial en 2015.
- No, Moyano no tenía expectativa. A casi todos los gobiernos le pasa lo mismo, cuando están en campaña lo quieren cerca a Moyano por lo que representa en los trabajadores y la incidencia que tiene en el mundo sindical. Había una relación previa entre Macri y Moyano por lo hecho en el sistema de recolección de residuos en la Ciudad de Buenos Aires. Es muy probable que Macri haya maquinado toda esa relación con Moyano pensando en su futura candidatura a presidente, es muy probable. Ahora, el tema es que cuando esta gente llega a presidente pensó que Moyano iba a aceptar una reforma laboral o una desmejora para los trabajadores. Ni lo sueñes, porque no da un solo paso atrás. Después que Moyano políticamente pueda cometer equivocaciones es una posibilidad, pero en términos gremiales es subestimarlo. Ahí me parece que juegan los intereses de las partes.
"Uno de los objetivos que tienen es cambiar las condiciones laborales, están pidiendo la reforma laboral a gritos. Lo está pidiendo nuevamente Dante Sica, que dicen que es peronista. No sé de qué peronismo será..."
-¿También jugó el desgaste de la relación con Cristina?
-Obviamente. Estas discusiones también se dieron con Cristina por ganancias y otras cuestiones que no pudimos saldar. Pero este gobierno es otra cosa. No puedo hablar por Moyano porque no soy su exégeta, aunque nos conocemos ya hace un cuarto de siglo, pero no creo que se haya hecho expectativas con este gobierno. Lo que pasa es que quedó enredado en algunas situaciones, como la inauguración de aquel monumento a Perón, por la relación de amistad que tenía con Gerónimo “Momo” Venegas.
-Esa convicción de Moyano a la que hace referencia, ¿es la que generó la pelea con el Gobierno?
-No solamente. Este es el gobierno más anti sindical que yo he conocido del 83 para acá. No hablo de los casos donde encontraron delitos económicos, dirigentes que no eran dirigentes o que heredaron un gremio. No estoy hablando de eso, hablo de las intervenciones, auditorías permanentes y multas con las que buscaron quebrar sindicatos. Los casi 1.200 millones con costas y astreintes que le querían cobrar al gremio de camioneros es el presupuesto del municipio de Florencio Varela, con lo cual vos quebrás el sindicato. También le pasó a Docentes y a Bancarios, que todavía está en discusión. Hay una persecución porque los sindicatos son el único contra poder que tiene el Gobierno.
-¿Cuál es el motivo de esa persecución?
-Que administramos comunidades, con pocos recursos a veces, como administra un gobernador o un intendente. Somos los segundos generadores de empleo después del Estado con las obras sociales y los sindicatos. Hay 3.000 organizaciones de base, más las uniones, las federaciones y las centrales. Hay alrededor de 150 o 160 mil dirigentes sindicales, hombres y mujeres que todos los días abrimos la puerta de un sindicato. Entonces, hay una intencionalidad de deteriorar ese contra poder que vos tenés.
-¿Cuáles son los próximos movimientos que prevé que hará el Gobierno en esta disputa?
-Uno de los objetivos que tienen es cambiar las condiciones laborales, están pidiendo la reforma laboral a gritos. Lo está pidiendo nuevamente Dante Sica, que dicen que es peronista. No sé de qué peronismo será...
-Bueno, esta semana en el Congreso varios peronistas votaron el presupuesto que usted considera que es un ajuste sobre el ajuste.
-El peronismo no tiene nada que con esos legisladores que votaron el presupuesto, sobre todo los del peronismo federal. El pueblo les va a pedir explicaciones el año que viene cuando se conforme un gran frente nacional, popular y patriótico. El hombre y la mujer de a pie van a mirar quiénes estuvieron estos tres años y medio en la calle acompañándolos y quiénes no.