El Gobierno nacional optó, en primer término, por bajar la espuma de la movilización de la CGT del martes en Plaza de Mayo y respondió con gestión: el presidente Mauricio Macri se mostró con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y protagonizó un acto junto a jóvenes que accedieron a su primer empleo. Al culminar el evento mantuvo la tesitura y le restó importancia a la movilización en la que se cuestionó su política económica. Sin embargo, horas después vino la embestida: el mandamás nacional resolvió correr a Luis Scervino, el ex jefe de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), y de Ezquiel Sabor, el viceministro de Trabajo.
Ambos funcionaban como enlaces del sindicalismo con el Gobierno nacional. Scervino reporta directamente al titular de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri, y desde hace más de un año administra los millones de pesos de las obras sociales sindicales. En tanto, Sabor es un hombre del PRO que tuvo paso por la Subsecretaría de Trabajo en los años de Macri como jefe de Gobierno. A su vez, tiene estrecho vínculo con los sindicalista Luis Barrionuevo y Hugo Moyano. Junto al vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, y al ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, trabaja para mantener la buena sintonía con el líder camionero, aunque fue su hijo Pablo el principal instigador de la movilización.
Los reemplazos de Scervino y Sabor confirman la intención de Macri de cortar los vínculos de la CGT con el Gobierno: ungió a dos funcionarios que actualmente reportan al ministro Triaca, que desde hace meses que mantiene una tensa relación con su viceministro.
Así las cosas, a cargo de la Superintendencia de Servicios de Salud quedará Sandro Taricco, de confianza del ministro pero también con vínculo con la ex titular del PAMI y primera candidata a diputada nacional de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, Graciela Ocaña.
En tanto, Sabor será reemplazado por Horacio Pitrau, ex director nacional de Asociaciones Sindicales y principal instigador de la posibilidad de regular las elecciones internas en sindicatos. Además, en el sindicalismo lo señalan como el autor intelectual de las intervenciones a gremios.
“Yo no soy un dirigente sindical; soy un técnico. A mí no me puso (José Luis) Lingeri, me puso el ministro de Salud y estoy satisfecho con el trabajo que hice”, le comunicó al diario La Nación el ahora superintendente. Según reveló Scervino, el propio ministro de Salud de la Nación, Jorge Lemus, le informó que no seguiría en el cargo y hasta le insinuó que no tenía que ver con la decisión, que se conoció a pocas horas de la marcha.
En tanto, según pudo saber Letra P, Sabor continúa con la relación con Macri y no tomó el desplazamiento como una cuestión personal. En breve se reunirá con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, para definir su futuro en la administración de Cambiemos. Por otra parte, es autoridad partidaria: está cargo de la Secretaría de Relaciones Laborales en el PRO a nivel nacional.