El Gobierno aprovechó el conflicto y las denuncias que provocó la carga de datos en el escrutinio del domingo en la provincia de Buenos Aires, para reinstalar la discusión del voto electrónico. Con este escenario, y alentado además por una buena cosecha que engrosaría su tropa de senadores, en Cambiemos se entusiasman con desempolvar el proyecto de ley para implementar la boleta electrónica, con media sanción de la Cámara de Diputados pero frenado en el Senado por los gobernadores peronistas y su brazo ejecutor, el grupo de legisladores que conduce Miguel Pichetto. El problema que tienen en Casa Rosada es que nada hace presagiar un cambio de opinión en este núcleo duro de la Cámara alta, también fortalecido por los resultados de las PASO en varias provincias.
La reforma electoral avanzó el año pasado en Diputados, pero en el Senado no pasó el filtro de los gobernadores del PJ, con fuerte peso en el bloque del Frente para la Victoria-PJ (FpV-PJ) que conduce Pichetto. “Los que ahora se hacen los republicanos lo encajonaron, porque quieren la boleta en papel, porque quieren hacer trampa”, se quejó este martes Rogelio Frigerio, el hombre que en ese entonces se puso al hombro las negociaciones. El ministro de Interior culpó al sistema actual por la demora en la carga de telegramas y aprovechó la confusión para sugerir que insistirá con la modernización. Lo cierto es que nada hace presagiar un giro en el pensar ni de los senadores que rechazaron la reforma electoral, ni del propio Pichetto.
El desempeño de Cambiemos en las ocho provincias donde se eligen senadores superó las expectativas en las primarias del último domingo. Tal como esperaba, invirtió la relación de fuerzas en Santa Cruz y Jujuy, pero además incorporaría dos legisladores por la provincia de San Luis, uno por la minoría en Misiones y otro en La Rioja, además de renovar la bancas actuales por la minoría en Formosa y San Juan. De repetirse el resultado en las PASO en octubre y con la hipótesis de una victoria en la provincia de Buenos Aires que les habilite el ingreso a Esteban Bullrich y Gladys González, el interbloque Cambiemos sumaría nueve senadores y llegaría a 26, con la ayuda del ex gobernador santafesino Carlos Reutemann. En ese escenario, le faltarían 11 bancas para la mayoría absoluta, que debería buscar en un pelotón de 32 peronistas varios, algunos con más resistencia que otros a la boleta electrónica. Ni los más grandes esfuerzos alcanzarían para reunir esos adeptos en un tema tan delicado como la boleta electrónica.
De repetir en octubre el resultado de las primarias, Cambiemos alcanzaría 26 senadores. Necesita 37 para aprobar una reforma electoral.
Igualmente, este número podría ampliarse. Y no por poco. En Salta ya se implementa la boleta electrónica y el gobernador Juan Manuel Urtubey salió triunfante de las PASO, donde proyectó su figura a futuro. En el Senado le reportan su hermano, Rodolfo Urtubey, y Cristina Fiore, que podrían ser dos votos de oro para Cambiemos. A ellos podría sumarse Dalmacio Mera, senador por Catamarca y primo del gobernador salteño. Son tres votos que en Cambiemos podrían contabilizar como firmes para insistir por el voto electrónico.
Omar Perotti fue otro de los que rompió la unidad del bloque FpV-PJ y se mostró favorable a avanzar hacia la boleta electrónica. Para no cuadrarse de lleno con la Rosada, promueve una reforma intermedia, con boleta electrónica “sin chip”.
Cambiemos podría pescar un quinto voto, aunque para eso depende de otros resultados. El senador Carlos "Camau" Espínola es un fervoroso defensor del voto electrónico. En una entrevista que concedió al diario El Cronista, fue consultado por esto. Y respondió: "Estoy a favor del voto electrónico. En el Senado también estaba a favor cuando se planteó. Es la modernización del sistema, lógicamente con todas las garantías que debe tener, de control, chequeo de todo el tema por el temor al hackeo. Hacia el futuro voy a proponer en Corrientes ir por el voto electrónico".
La duda reside en si Camau seguirá en el Senado el año próximo, cuando Cambiemos tenga su bloque ampliado y pueda intentar reactivar el sistema electoral que desvela al presidente Mauricio Macri y el jefe de Gabinete, Marcos Peña. Espínola es candidato este año en Corrientes, que en octubre elegirá nuevo gobernador. Si gana ya no formará parte de la Cámara alta en 2018.
Gobernadores del PJ junto a senadores en octubre pasado, cuando bloquearon la boleta electrónica.
GANADORES DEL NO. En la mesa chica de Cambiemos saben que algunos mandatarios con los que pudieron negociar varias leyes no son nada flexibles a la hora de cambiar el sistema electoral. “Son más reticentes a dar los votos cuando la ley los afecta a ellos como dirigentes políticos”, repetía el año pasado, fuera de micrófono, un encumbrado legislador del oficialismo. Tres de los gobernadores que bloquearon el proyecto quedaron fortalecidos por triunfos en las PASO: Gildo Insfrán (Formosa), Rubén Uñac (San Juan) y Sergio Casas (La Rioja). En esas provincias, el peronismo reafirmó un poderío que construyó bajo el sistema de boleta en papel.
En Santiago del Estero y Tucumán pesa fuerte la opinión de dos senadores que fueron gobernadores: Gerardo Zamora, por un lado, y José Alperovich, por otro. Otros dos actuales mandatarios que el año pasado frustraron la boleta electrónica son el pampeano Carlos Verna y el entrerriano Gustavo Bordet, quienes tienen garantizados dos senadores cada uno hasta 2019.
En San Juan y Tierra del Fuego habría una posición más laxa, aunque no definida. En el primer caso, los peronistas Rubén Uñac -hermano del gobernador Sergio Uñac- y Cristina López de Abarca ingresarían por la mayoría, mientras que en el segundo tienen mandato hasta 2019 José “Nato” Ojeda y Julio Catalán Magni.
En la proyección del futuro Senado habría además diez kirchneristas duros que se resisten a la boleta electrónica. Además de la propia Cristina Kirchner, integrarían ese grupo la correntina Ana Almirón, la santafecina María de los Ángeles Sacnun, la mendocina Anabel Fernández Sagasti, el neuquino Marcelo Fuentes, la rionegrino Silvina García Larraburu, el sanjuanino Ruperto Godoy, los chubutenses Nancy González y Mario Pais, la chaqueña María Inés Pilatti Vergara y la santacruceña Ana María Ianni, quien ingresaría por la minoría.
Por fuera del peronismo, hay cuatro senadores de otros espacios cuya postura sería determinante. Son el porteño Fernando “Pino” Solanas (Proyecto Sur), los neuquinos Guillermo Pereyra y Lucila Crexell (MPN) y la fueguina Miriam Boyadjián (MPF). Todos ellos tienen mandato por otros dos años.