A poco más de dos semanas para el cierre de listas, Cambiemos en el orden bonaerense aún no definió el esquema de lugares que cada una de las fuerzas que integra el frente de Gobierno tendrá tanto en lo que refiere a la nómina de postulantes al Congreso, como para la Legislatura provincial. Por este tema, recientemente se reunió la conducción del Comité Provincia de la UCR con el intendente de Vicente López, Jorge Macri, quien, tras desistir de una candidatura, reivindica su rol como uno de los principales interlocutores del PRO en territorio bonaerense.
Según pudo saber Letra P, la comitiva radical integrada por el vicegobernador Daniel Salvador, el diputado Maximiliano Abad y el senador Carlos Fernández no obtuvo una respuesta concreta a la oferta que pusieron sobre la mesa a finales de abril en un cónclave realizado con el jefe de Gabinete, Federico Salvai, razón por la cual apuraron una definición, pidiendo que la misma llegue el próximo lunes como plazo máximo.
Vale recordar que la propuesta realizada por la UCR se basaba en que el partido centenario tenga una presencia en los primeros lugares de las listas como para asegurarse al menos nueve bancas en la Legislatura bonaerense (con la posibilidad de diez, al solicitar la cuarta ubicación en la nómina de candidatos por la Primera sección).
Para el Congreso Nacional, la solicitud es contar con tres dirigentes radicales dentro de los primeros once candidatos para la Cámara baja en representación de la provincia de Buenos Aires.
De acuerdo a lo deslizado a este medio por fuentes confiables, en líneas generales la postura radical fue recibida como “razonable” por el interlocutor PRO, sin embargo se argumentó que aún no se puede definir el mapa general ya que resta ajustar el esquema con las solicitudes de las restantes fuerzas que integran el frente de Gobierno.
Bajo este escenario, la impaciencia radical crece teniendo en cuenta que consideran de vital importancia tener una certeza de los lugares que tendrán dentro de las listas para, a partir de eso, comenzar a “ordenar” las candidaturas en función de la ley de paridad de género y los intereses de cada una de las líneas internas que conforman en el partido. No se avizora esto último como una tarea sencilla, lo cual inquieta considerando que la cuenta regresiva ya comenzó.