DE PUÑO Y LETRA

Las contradicciones de Franco Macri sobre el Correo: del respeto a Kirchner, al narco

En un libro autobiográfico, el padre del Presidente se pronunció sobre el caso. Omitió la deuda millonaria que mantenía con el Estado y se mostró comprensivo. Después vinculó todo con la droga.

La última vez que Franco Macri, el padre del Presidente, se pronunció públicamente sobre la fallida privatización del correo estatal fue en abril de 2016, en un reportaje, hace menos de un año, cuando el holding ya estaba negociando la quita de deuda que la fiscal Gabriela Boquín cuestionó por "abusiva". "Cuando me confiscaron el Correo sin motivo pensé que era una decisión política. Hoy sé que fue para repartir algo más que cartas", acusó Macri padre en referencia a una presunta utilización del correo reestatizado para el tráfico de drogas.

 

Dijo, en esa entrevista, que primero pensó que era una decisión política, pero que el avance del narcotráfico que hubo en la Argentina durante los últimos doce años lo hizo cambiar de opinión. Se refería al libro que publicó tres años antes de esas declaraciones, a fines de 2013, cuando llegó a las librerías "Charlas con mis Nietos", una especie de recorrido autobiográfico editado por Planeta

 

En la página 175, Macri recuerda que intentó disputar casi todas las privatizaciones que ejecutó Carlos Menem.  El empresario, nacido en abril de 1930 en Roma, dice que empezó por los intentos de comprar los canales estatales de televisión. "En 1975, con mi hermano Antonio compramos a los hermanos Gustavo y Eduardo Rozas la productora de películas MBC, con la que solventamos varios filmes, y adquirimos RZS, la primera productora nacional de TV Color, con estudios que ocupaban 7.500 metros cuadrados de superficie cubierta y equipamiento completo. Es decir que teníamos montado un completo canal de televisión: a pesar de eso, cuando nos presentamos a las licitaciones para las privatizaciones de los canales, nos fueron denegadas por el gobierno de Menem. Igual suerte corrimos cuando quisimos licitar por la empresa Aguas Argentinas o los Aeropuertos". 

 

"A la única privatización que accedimos -añade- fue a la del Correo Argentino. De todos mis emprendimientos, el más polémico y mediático". En ningún momento menciona los juicios que había iniciado su familia contra el Estado por daños y perjuicios ni la deuda que mantenía desde 2003 por el pago de la concesión. En su lugar, el fundador del Grupo Macri recuerda que puso "mil millones de dólares para construir un nuevo correo y remodelar el antiguo edificio para museo", en referencia al Palacio del Correo Central, actual Centro Cultural Néstor Kirchner. Macri sostiene que perdió mucho dinero pero dice comprender y respetar la decisión del entonces presidente Kirchner, que le quitó la concesión que había ganado en 1997: "Aunque el hecho me perjudicó, entiendo su enfoque. Hay una tendencia mundial a que ciertos servicios deben ser manejados por el Estado. Es una posición política y como tal respetable."
 

 

DE PUÑO Y LETRA. "Mucho se ha escrito y se ha dicho al respecto. No voy a agregar más polémica, solo quiero decirles a ustedes, mis nietos, que antes de decidirme a aceptarlo dediqué el tiempo necesario para estudiar el proyecto con la mayor precisión. Finalmente, proyecté mi oferta con el asesoramiento del operador postal más prestigioso del mundo, la British Post Office. Además, participaron como socios la Corporación Financiera Internacional (CFI), que es el brazo de negocios del Banco Mundial, y el Banco de Galicia y Buenos Aires".

 

"Durante los primeros veinticuatro meses de concesión, se realizaron las inversiones prometidas y más aún: en lugar de los 150 millones de dólares obligatorios se invirtieron 761 millones para alcanzar los niveles tecnológicos necesarios. Bajo mi gestión, el Correo llegó a tener 2.017 sucursales y 3.479 unidades postales modernizadas; 18 centros de tratamiento postal donde se recibe y clasifica correspondencia por área; 54 centros de distribución domiciliaria; el centro de clasificación automática de correspondencia más moderno de Latinoamérica y logré informatizar toda su red nacional de sucursales y unidades postales. El director general de la Unión Postal Universal, Thomas Leavey, visitó el Correo Argentino en septiembre de 2003 y fue muy elogioso para la concesión: “He tenido la oportunidad de estudiar los resultados y creo que han sido muy positivos. Veo inversiones, nuevo equipamiento en sistemas y en nueva tecnología. También he visto que se ha puesto énfasis en la productividad y la calidad. Éstas son precisamente las cosas que deben hacerse para lograr la modernización de los correos”.

 

"Fue nombrado el Correo Argentino por la Unión Postal Universal como el número uno a nivel mundial. Recuerdo que en los terrenos lindantes al Correo, que eran de mi propiedad, pensé y proyecté con mis amigos chinos construir una pequeña ciudad china, pero no me dieron los tiempos. El presidente Néstor Kirchner decidió terminar con nuestra concesión. Aunque el hecho me perjudicó, entiendo su enfoque. Hay una tendencia mundial a que ciertos servicios deben ser manejados por el Estado. Es una posición política y como tal respetable. Una vez más, la opinión pública acicateada por los medios de comunicación se ensañó con mi persona, olvidándose de que SOCMA había invertido cerca de mil millones de dólares para construir un nuevo correo y remodelar el antiguo edificio para museo".
 

 

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