El cierre del acto de los gobernadores patagónicos con Rogelio Frigerio, en Viedma, demostró que el planteo de Carlos Verna (La Pampa), sobre la eliminación de la barrera sanitaria a la altura del río Colorado, significaría un avance en la definición de la pelea que tiene con el resto de los mandatarios de la región más austral del país por el ingreso de asado con hueso.
El único instante de tensión que se registró, mientras Mauricio Macri explicaba las bondades (poco certeras) del Plan Patagonia, según reconoció Alberto Weretilneck (Río Negro), fue cuando Verna pidió que se elimine la barrera sanitaria que imposibilita el paso del corte parrillero más famoso entre los argentinos. El de este jueves, como admitieron los presentes, es otro capítulo del conflicto que genera cortocircuitos entre funcionarios.
“No nos pudimos poner de acuerdo en un solo punto y fue cuando el gobernador Verna volvió a insistir por lo del asado con hueso”. La despedida de Weretilneck le sacó una sonrisa a Frigerio y a sus colegas Alicia Kirchner, Omar Gutiérrez, Mario Das Neves y Rosana Bertone en el instante que se levantaban para salir de la Residencia de los Gobernadores. El pampeano, de inmediato, replicó con una carcajada: “Yo quería hacer una asado para todos ustedes pero él (por Weretilneck) no me dejó”.
Las chicanas surgen tras cruces fuertes. En declaraciones a Letra P, el conductor de Juntos Somos Río Negro (JSRN) juró que se opone a la medida para “proteger a los productores” de la región. Verna, cercano a las firmas que poseen frigoríficos en su provincia, llevó hasta el ministro de Agroindustria nacional, Ricardo Buryaile, el reclamo. “De un burro, solo podés esperar burradas”, había disparado.