Casi como un espejo que refleja una misma situación, aunque en menor escala, la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, vivió este jueves una tarde caliente, con represión a manifestantes, denuncias penales, y un show de insultos amenazas y gritos en el recinto de la Cámara Baja.
La gobernadora, María Eugenia Vidal, debió resignar algunos de los proyectos de ley que esperaba obtener esta jornada.
Aunque obtuvo la reforma a la ley de ministerios; la obligatoriedad de que los legisladores presenten sus declaraciones juradas; una nueva emergencia en seguridad y Servicio Penitenciario; debió resignar la reforma previsional para los trabajadores del Banco Provincia, y la derogación de las jubilaciones de privilegios.
La sesión comenzó con el clima caldeado en el recinto y una importante manifestación en las puertas del Palacio Legislativo.
Y al igual que sucedió en el Congreso, todo se desvirtuó cuando los diputados del bloque de Unidad Ciudadana-PJ y del Frente de Izquierda, fueron alertados sobre la represión que puertas afuera vivían una parte de los movilizados.
Por varios minutos el centro de La Plata, donde funciona el Parlamento bonaerense, se convirtió en un caos de piedras, balas de goma, y caballos que corrían manifestantes.
Hubo heridos de varios gremios, principalmente del Sindicato de municipales de Ensenada, que eran acompañados por su intendente, el kirchnerista Mario Secco.
Todos ellos ingresaron al recinto y de forma violenta exigieron que culmine la sesión. Y así sucedió, aunque con la consecuencia de una denuncia penal, que realizó de oficio el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta contra el intendente Secco.
Horas después la sesión se retomó, pero sin mediar una conciliación previa. Susana González, diputada de UC-PJ, y ex funcionaria de Secco, pidió la palabra, apoyó un cartucho usado de gas lacrimógeno en su banca, y dijo "esta es una de las herramientas que se compraron con la declaración de emergencia, una de las armas que se usaron hoy contra jubilados y trabajadores".
Fue el inicio de una sucesión de pases de factura y reclamos, que no fueron solo entre opositores y oficialistas, sino también entre Unidad Ciudadana y el bloque PJ Unidad y Renovación, que regentea Julio Pereyra.
“Este bloque no tiene ningún acuerdo político con nadie” aclaró el diputado Carlos “Cuto” Moreno, de Unidad Ciudadana – PJ, en clara alusión al sector liderado por Pereyra, que había acordado el tratamiento de las iniciativas elevadas por el Ejecutivo.
Moreno también increpó al titular de la Cámara, el vidalista Manuel Mosca.
“Espero que no pase a la historia como el primer presidente que denuncia penalmente a cuatro diputados” afirmó Moreno ante el rumor de la denuncia contra los diputados que permitieron el ingreso de los manifestantes al Palacio.
“El presidente de la Cámara no es botón, el fiscal hizo las denuncias de oficio” aclaró el jefe del bloque de diputados de Cambiemos, Maximiliano Abad.
“Esta sesión es un escándalo” sintentizó el diputado del FIT, Guillermo Kane y remarcó “y no porque haya gritos y manifestantes, sino porque se pretende que tratemos proyectos que ingresaron hace menos de 48 horas” en alusión a la brevedad con que la gobernadora pretendía obtener sus iniciativas.
Florencia Saintout, titular del bloque de Unidad Ciudadana-PJ, mocionó que se suspenda la sesión, ante la gravedad de los hechos ocurridos, y pidió el voto nominal, es decir, apuntado diputado por diputado.
Pero la decisión de Mosca de realizarlo por sistema electrónico, y ser leído luego por secretaría, alteró nuevamente el clima, que terminó a los gritos, con insultos, y el voto apurado de la mayoría de los proyectos.