El frente Cambiemos se alzó este martes con el dictamen favorable sobre la reforma tributaria y marcha a paso firme hacia la votación en la Cámara de Diputados, la semana próxima. El proyecto sufrió varias modificaciones al cabo de una reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, entre ellas en los impuestos internos al tabaco y las bebidas azucaradas.
El oficialismo se aseguró los votos del Bloque Justicialista y del Frente Renovador, que a pesar de marcar objeciones acompañaron el dictamen de mayoría. Lo mismo hizo el líder de Evolución Radical, Martín Lousteau, mientras que el rechazo más fuerte provino del Frente para la Victoria-PJ.
“Los cambios que hicimos son bastante marginales en términos de recaudación, por no decir insignificantes”, reconoció durante el debate el presidente de Presupuesto y Hacienda, Luciano Laspina.
Entre las principales modificaciones, para el impuesto a las bebidas azucaradas se decidió implementar una fórmula basada en 3,4 centavos por gramo por litro, a partir de los 50 gramos. La reforma era eje de reclamos de provincias azucareras, como Salta y Tucumán, donde se exigía tasa cero, dado que el proyecto original fijaba una alícuota del 17%.
En cuanto al tabaco, la alícuota se redujo del 75% al 73%, y no al 70%, como estaba previsto en el texto inicial. “Logramos llegar a una fórmula de consenso a través de un punto intermedio”, destacó Laspina. Así, el impuesto mínimo, que estaba en 22 pesos, pasará a 25 en lugar de ir a 28.
En nombre del Bloque Justicialista, que nuclea a representantes de gobernadores peronistas, el diputado Diego Bossio expresó: “Vamos a manifestar en el recinto nuestras disidencias al proyecto, pero es un avance”.
En cambio, el ex ministro de Economía Axel Kicillof (FpV-PJ) advirtió que “el Congreso está cambiando los impuestos a ciegas”. “No tenemos evaluados los impactos ni conocemos los efectos”, lamentó, al adelantar el dictamen de rechazo del bloque.
El radical Luis Pastori salió al cruce del kirchnerista: “Los funcionarios fueron muy claros cuando explicaron que esta reforma va a tener un costo de 1,5 puntos del PBI al cabo del quinto año, que se va a sumar a los dos puntos que ya se ha reducido la presión impositiva desde 2016”, precisó.
“Gracias a la reforma bajara la evasión y crecerá más rápido la economía”, auguró Pastori, y señaló que “venimos de parches y sobreparches que no han mejorado para nada el sistema tributario”.