Pasaron poco más de dos meses del regreso del fútbol pago. Todavía no transcurrió la primera semana de las elecciones que consolidaron el proyecto del gobierno cambiemista. Pero algunos aspectos se aceleran. Uno de ellos es el de la era del fútbol de acceso condicionado al pago.
Desde este fin de semana se confirmará la máxima que sostiene que para mirar fútbol por TV en Argentina hay que pagar. Son varias facturas en la misma ventanilla. Primero el abono básico al sistema, por cable o satélite. Luego el paquete digital, que permite observar en alta definición. Y finalmente el “paquete fútbol”. Pues terminó la “promo elecciones”.
Es el final de la transmisión de fútbol en definición estándar de modo gratuito. Como desarrollara con solidez Alejandro Casar en La Nación, sólo cuatro partidos de los 14 de cada fecha se incluirán en el abono básico. Dos de Fox y dos de TNT Sports. Ante esta confirmación, asoma una serie de interrogantes. Algunos sobre la cuestión del acceso de las audiencias a un contenido central de la cultura popular y masiva en el país. Otros respecto de la propuesta de contenidos del nuevo sistema. Por último, aspectos vinculados al modelo de negocio y su performance.
Audiencias, acceso y regulación
La producción y distribución de los partidos de fútbol de primera en Argentina son parte clave del negocio de la TV. De pago y abierta. Por cable o satélite. Opera con una lógica comercial en la que el dueño de los derechos –La Asociación del Fútbol Argentino (AFA), en representación de los clubes- decide cómo y a quién los vende. Lo hace de acuerdo a sus necesidades y al valor de ese activo fundamental. Como hemos trabajado antes en Letra P, está cuestión está atravesada por aspectos de la política desde 2009, cuando el kirchnerismo decidió crear el extinto Fútbol para Todos. Pero en la era de Cambiemos resulta otro rasgo de continuidad.
Más allá de los cambios que el Gobierno realizó por decreto a la ley audiovisual, muchos de sus artículos permanecen vigentes. Uno de ellos es el artículo 77, que obliga a que los contenidos de interés relevante para la ciudadanía deban emitirse por canales abiertos, aunque tengan derechos de exclusividad. Ese aspecto debería ser contemplado por las autoridades a partir de la materialización de la restricción del acceso a los contenidos. Si pagas ves. Si no, quedás afuera. Aunque te ampare la ley vigente.
Asoma un conflicto. Pares TV (la emisora de TV Comunitaria de Luján) presentó un recurso de amparo para poder transmitir los partidos del equipo lujanense Flandria en la B Nacional. Ese camino podría ser desandado por abogados vinculados a asociaciones de usuarios a partir del primer día en que sientan perjudicado el derecho de acceso a un contenido relevante, como el fútbol. Salvo para los hinchas de Banfield, Colón, Unión, Godoy Cruz, Olimpo, Defensa y Justicia, Tigre o Rosario Central. A ellos les alcanzará pagar el abono básico para ver a sus equipos esta fecha. No sabemos qué pasara la siguiente.
¿Qué hay para ver si pagás?
El nuevo sistema comenzó en agosto, con el inicio de la Súperliga. Desde entonces, la mitad de los partidos se dividen para las señales Fox y TNT Sports. A pesar de los anuncios de novedades y más servicios y calidad, poco nuevo se ve en la pantalla. Fox se montó a un esquema en funcionamiento. Desarrolla una programación similar a la que ofrecía antes, con los mismos periodistas de su señal integral de deportes. A la forma tradicional de transmitir le sumó varios programas de debate y polémicas. Cuesta distinguir entre la nueva señal 100% fútbol y la tradicional. Las previas y post partidos se asemejan a las que realiza desde hace varios años para las copas internacionales. El uso de primeros planos en los técnicos, el color de la hinchada y una hegemonía de relatores y comentaristas varones reducen la novedad al bolsillo de quien quiera ver. Y nada más.
Por su parte, TNT Sports debió generar un plantel de periodistas desde cero. Pero lo hizo convocando figuras (y no tanto) reconocidas, en su mayoría proveniente de la señal deportiva de DirecTV. Completa la programación con algunas novedades significativas (como un programa que da cuenta del fútbol de las provincias) y nuevos programas de viejos formatos. Living para el debate de lo que pasó o está por venir en verde césped, repeticiones en loop de los partidos durante la semana. Si bien cuenta con la presencia de mujeres en las transmisiones (se destaca el rol de Angela Lerena en ese aspecto), no hay relatoras ni comentaristas mujeres. Y cuesta encontrar novedades en las formas de contar. La programación dominical se reduce al viejo trabajo “desde estudios centrales” con estadística y datos. Y un resumen a cargo de Juan Pablo Varsky que queda a mitad de camino entre el análisis táctico y agudo con edición integral y el viejo Fútbol de Primera.
No hay mucho nuevo en la pantalla. Y el paquete que se ofrece es todo o nada: pagas y ves. Y miras en los noticieros resúmenes de tres minutos.
La performance del modelo de negocio
De acuerdo a lo que informan los principales operadores de TV de pago del país, hasta el inicio de la séptima fecha se llevan vendidos cerca de 800 mil packs de fútbol en HD. Esto es poco más del el 7,27% del total de hogares. La proyección original de las empresas es llegar a los 2 millones en agosto de 2018, un año después de su lanzamiento y con un torneo más atractivo, con menos equipos en disputa. Parece un número muy alto si se contempla una serie de elementos:
- la tradición del mercado de pago en el país, que no logró nunca vender a más del 10% un paquete extra de contenidos;
- la cultura del acceso abierto que generó Fútbol para Todos entre 2009 y 2016;
- el desarrollo tecnológico que genera múltiples posibilidades de acceder a contenidos en Internet sin pagar más que por el servicio y la emergencia de hogares que deciden desconectarse del cable y consumir audiovisual por la web.
Habrá que esperar para confirmar el resultado de un modelo nuevo. Hasta después del Mundial de Rusia. Quizás entonces desagreguen la oferta y no haya que pagar por todo o nada. Y se pueda comprar diferentes paquetes y modos de distribución.
Por su parte, un contenido masivo que siempre contó con la publicidad como parte de su financiamiento enfrenta una era desafiante. Si no se puede ver en todos los hogares ¿cuál será el rating del River vs Boca del domingo 5 de noviembre en el Monumental? ¿Cuán lejos estará de los 50 puntos de Rating (TV Pública más TyC Sports) que alcanzó el partido Ecuador vs Argentina en que Messi llevó al Mundial a la Selección? Como se pregunta Martín Becerra: ¿Cuál sería el indicador de éxito para el mercado del fútbol con acceso por TV re arancelado?
Especialistas del mercado como Horacio Gennari sostienen que la TV Premium en el mundo tiende a estar sin publicidad salvo como sponsors, estática, in site, branded content (contenido marcario), etcétera. Parece algo temprano para que el producto “fútbol” local consolide esas formas, en un país tan amplio, desagregado y desigual como Argentina. En un mercado en el que la TV-fútbol tiene tanto de amor como de necesidad. Habrá que pagar para ver. Habrá que esperar para sacar conclusiones.