Era post prat gay

Los “papers” de los Dujovne boys: deuda, concentración y reforma impositiva

Los cinco secretarios que jurarán el lunes ante Macri han dejado escritos variados sobre economía, cuestiones sociales y empleo. Qué piensa el nuevo gabinete de Hacienda.

En las grandes empresas del agro aún lo recuerdan como uno de los ideólogos de la Resolución 125, la de las retenciones a las exportaciones de soja, esa normativa que impulsó el entonces ministro de Economía, Martín Lousteau, y terminó produciendo un quiebre total en la relación entre el kirchnerismo y el campo argentino. Rodrigo Pena, flamante secretario de Hacienda del gabinete que armó el ministro Nicolás Dujovne, es el que mayor experiencia en la función pública tiene si se compara a los cinco nuevos secretarios que jurarán el próximo lunes ante el presidente Mauricio Macri. Acompañó al hoy embajador en los Estados Unidos desde sus años como titular del Banco Provincia, en el Ministerio de la Producción y luego como su jefe de Gabinete mientras fue ministro en el Gobierno de Cristina Fernández.

 

Pena, como el propio Dujovne, ha sabido tener buenos lazos con el radicalismo. En 2011, asesoró en la campaña a Ernesto Sanz, el cuadro de la UCR que apuntaló la alianza con el PRO y que le recomendó a Macri sumar a Dujovne cuando todavía Alfonso Prat Gay era ministro. Además, como la mayoría de sus hoy colegas, es prolífico en escritos y papers. Uno de ellos lo escribió, precisamente, en tándem con Lousteau y otro filo radical, el economista Javier González Fraga. En “Sin atajos”, publicado en 2005, abordan la cuestión de la política fiscal y el sistema previsional, pero lejos de una visión conservadora. Dos años antes, Pena se anotó en otro escrito junto a Lousteau titulado “Hacia un federalismo solidario”, donde ya teorizaba sobre un tema que hoy parece obsesionar a Macri y a la Jefatura de Gabinete: la reforma tributaria para una mejor distribución federal, un pedido expreso del jefe de Estado a Hacienda. Tanto, que la primera comunicación de Dujovne fue una reforma tributaria integral y la cancelación de impuestos al trabajo. 

 

José Luis Machinea fue el mandamás de Dujovne durante el gobierno de Fernando De la Rúa. Otro punto de contacto con Pena, que trabajó con el ministro de “la tablita” en “La crisis de la deuda, el financiamiento internacional y la participación del sector privado”, un escrito publicado por Cepal en el año 2002. Pena es, además, el menos nuevo de los secretarios: viene de la Jefatura de Gabinete, donde fue subsecretario de Análisis de Presupuesto Público, respondiendo allí a los vices Mario Quintana y Gustavo Lopetegui.

 

A Guido Sandleris, actual jefe de Asesores de Dujovne, lo importaron desde territorio bonaerense. Si bien asesoró en la Fundación Pensar, ocupó hasta junio de 2015 el viceministeriado de Hacienda de la provincia de Buenos Aires, encabezado por Hernán Lacunza. Estuvo en las primeras colocaciones de deuda de la gestión María Eugenia Vidal y tiene una extensa trayectoria como investigador del Banco Mundial, JP Morgan, Goldman Sachs y Crédit Suisse. Sandleris, doctor en Economía por la Universidad de Columbia, publicó trabajos sobre deuda soberana en general y en América Latina y el Caribe. Pero otra de sus publicaciones es también uno de los temas que ha sugerido en más de una oportunidad el Gobierno, a través del Ministerio de la Producción: la productividad en los marcos de crisis. En 2011, Sandleris escribió “Los costos de las crisis financieras: asignación ineficiente de los recursos, productividad y bienestar en la crisis de 2001 de la Argentina”, un paper premiado internacionalmente que sostenía que el crack de ese año había generado una desmejora en la calidad de vida equivalente a un retroceso de la economía de casi el 25% de manera sostenido entre 1997 y 2001.

 

En un artículo publicado por el diario Clarín, Sandleris se mete de lleno en cómo la crisis de 2001 impactó en la productividad fabril nacional. Lo hizo con una figura curiosa: “La idea del paper es que, si ponés a Messi de arquero, no vas a ganar el Mundial. A Messi lo tenés que poner donde más rinde, o sea, de delantero. En la economía es igual. Si las fábricas más productivas contratan poca gente e invierten poco y las menos productivas contratan mucho, entonces la productividad de la economía, que es el promedio ponderado de las productividades de sus empresas, va a ser menor”.

 

Los voceros de Dujovne aclararon a Letra P que no hay preponderancia de ninguno de los secretarios en la nueva estructura. En ese organigrama, el elegido para ocuparse en el día a día de los temas vinculados a la microeconomía es Sebastián Galiani, bajo el cargo de secretario de Política Económica. También asesoró en la Fundación Pensar, fue asesor de Naciones Unidas y el Banco Mundial y docente en las universidades de Maryland y San Andrés.

 

En 2009, Galiani puso la rúbrica en un completo artículo titulado “Mercado de Trabajo y Reforma Laboral en América Latina”, un escrito compilado junto a otros por Alicia Bárcena, titular de la Cepal. Allí, Galiani aborda otra obsesión de Cambiemos: las negociaciones colectivas de trabajo y reformas a las leyes. Sintéticamente, gira sobre algunos ejes puntuales. La baja de costos laborales no salariales para abaratar el costo laboral total y mejorar, así, la competitividad de las empresas, además del tema más espinoso, como lo son las reformas a las negociaciones colectivas de trabajo. Allí, critica las posiciones de los gremios y agrega que los cambios que se han dado en la materia son “tímidos” y que hay que profundizar las modificaciones en este punto. Vale decir que en cada ítem aborda la cuestión del cuidado del empleo y de los niveles de informalidad laboral.

 

Ariel Sigal fue elegido por Dujovne como el jefe de Gabinete de Hacienda. Hombre del Deustche Bank desde 1998, fue, además, jefe de Mercados Globales para la región sur. Egresado de la UBA y con una maestría en el CEMA, tiene buen vínculo con sectores privados financieros y con las organizaciones de la comunidad judía. Coincidió allí con otro economista cercano a Cambiemos, Miguel Kiguel. En su libro “Cambiamos”, Hernán Iglesias Illa, uno de los armadores comunicacionales de Cambiemos, cuenta que en una reunión en plena campaña Sigal coincidió con Kiguel, Federico Sturzenegger y el propio Dujovne. Fue en el subsuelo del Hotel 725, donde el actual jefe de Hacienda expuso sobre cuestiones fiscales y Sigal se cruzó con el economista Eduardo Levy Yeyati en una discusión sobre los fallos del Juez Thomas Griesa, el octogenario neoyorquino que se ocupó del juicio entre Argentina y los fondos buitre. El caso de Sigal es casi el único que casi no incluye posiciones políticas y económicas puestas en el papel.

 

El último de los cinco secretarios de Hacienda es Bernardo Saravia Frías, que asumirá como secretario Legal y Técnico. Es abogado y se especializó en el área de litigios de diferentes bancos, como el Boston. También tiene capilaridad con los radicales: fue asesor en el Senado de la Nación de Fernando De la Rúa, entre los años 1995 y 1997. Trabajó, además, en procesos de reestructuración de deuda, tanto pública como privada. Saravia Frías está entre los autores más variados: publicó artículos sobre la deuda externa argentina, dumping en el comercio y hasta sobre concentración de la economía, éste último, un problema que afectó históricamente las posibilidades de crecimiento del país. “Concentración Empresarial y Defensa de la Competencia en el MERCOSUR”, publicado en el año 2009, muestra a Frías reflexionando sobre este punto, en pleno debate por las potencialidades del Mercado Común del Sur. En unas de las partes más interesantes, el autor detalla que es imposible la integración con una economía trabada en monopolios: “Estamos avanzando en la construcción de un nuevo espacio competitivo común, lo que exige la eliminación de todas las trabas y barreras monopólicas que reducen los intercambios de bienes y servicios y perjudican las inversiones, ya que una integración económica con monopolios y mercados cautivos no constituye una propuesta interesante para los inversores extranjeros”.

 

 

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