“Me preocupa quién le puede llegar a contar qué es lo que les ocurre a los 400 mil bonaerenses que viven acá, porque si no me lo pregunta a mí o algún asesor no me parece que le estén dando un dato correcto”. Con esas palabras, el intendente de Berazategui, Juan Patricio Mussi, explicó su enojo por no haber sido invitado a una recorrida sorpresa que la gobernadora María Eugenia Vidal realizó el martes último por el municipio que gobierna. El ministro de gobierno provincial, Joaquín De La Torre, tildó de mezquina la actitud de Mussi, ya que, según él, fue invitado pero nunca contestó la misiva, pero el desencuentro entre el municipio K y la gestión Cambiemos no es nuevo.
Cuando en junio pasado el presidente Mauricio Macri visitó Berazategui junto con la gobernadora y el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, para inaugurar el ramal eléctrico Quilmes-Berazategui, en una obra que se ejecutó durante buena parte de la gestión kirchnerista, al diputado provincial del FpV, padre del intendente y ex jefe comunal, Juan José Mussi, no lo dejaron subir a recorrer los vagones junto a la comitiva. El único que pudo fue su hijo, Juan Patricio.
“Me excluyeron de la foto formal, cuando yo formo parte de la historia de este municipio, pero igual no me hago problema; imagínate que, a esta altura de mi vida, esas cuestiones no me van a alterar”, le había dicho por entonces el legislador provincial a Letra P. Tras el acto, su hijo también tuiteó contra la decisión de Presidencia de correr a su padre de la foto formal. De hecho, él posó con cara de incomodidad y fastidio junto a los funcionarios de Cambiemos y su par de Quilmes, Martiniano Molina.
Con un megaoperativo que incluyó el accionar de Gendarmería el juez federal del Tribunal Nº 1 de Quilmes, Luis Antonio Armella, había dispuesto el allanamiento de la municipalidad en septiembre pasado. Les pedían el DNI a los empleados detrás de dos denuncias: una por enriquecimiento ilícito contra el intendente Juan Patricio Mussi y otra por malversación y defraudación sobre los Planes Argentina Trabaja, que coordinaba el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación de la gestión anterior.
Por esos días, Mussi estaba de licencia. El momento elegido para el procedimiento levantó sospechas en el propio municipio. Sin intendente y con el concejal Carlos Balor a cargo del ejecutivo, se hablaba de “una búsqueda desesperada por ensuciar la imagen de una administración intachable”.
Aunque los Mussi siempre se mostraron críticos de las actuales gestiones provincial y nacional, a la hora de tomar posiconamiento no eligieron la confrontación directa, como hicieron otros intendentes como, por ejemplo, el de Ensenada, Mario Secco. De hecho, Juan Patricio no integra ninguno de los agrupamientos de intendentes que tiene el peronismo diseminado por toda la provincia. Aunque está cerca al grupo de los Patria, no es un activo promotor. Tampoco forma parte de los Esmeraldas ni de los Fénix.
Pero cuando fue la discusión del Presupuesto provincial, el diputado Juan José Mussi tomó la voz de otros cuatro legisladores del bloque del Frente para la Victoria que decidieron votar a favor tanto del Presupuesto como el endeudamiento bonaerense, dejando a la bancada kirchnerista al borde de la fractura. Él, junto a los diputados Marisol Merquel, Marcelo Torres, Aníbal Regueiro y Karina Nazábal dejaron en soledad opositora a sus compañeros de bancada de La Cámpora y se sumaron al acompañamiento del resto de los bloques peronistas legislativos: Frente para la Victoria-PJ y Peronismo para la Victoria.
Los contrapuntos de las últimas horas entre los Mussi y la gestión provincial no son nuevos ni terminarán. De hecho, en el año electoral irán en aumento entre dirigentes del oficialismo y el peronismo. Sin ir más lejos, a la disputa por la posible o no invitación de Vidal al intendente de Berazategui se sumó también el intendente de San Antonio de Areco, Francisco “Paco” Durañona.