Primer mensaje global. ENFOQUE

Mauricio no es Cristina, le dijo Macri al mundo desde la Asamblea de la ONU

Volvió a marcar el contraste con el pasado. Breve y amigable, ofreció la imagen de un estadista liberal y moderado. Los excesos verbales a la prensa por Malvinas y la urgente atajada de Malcorra.

Sin leer una sola palabra del discurso que preparó por más de 15 días, el presidente Mauricio Macri no alteró su estilo personal durante la primera comparecencia de su mandato ante la Asamblea General de Naciones Unidas. Como si estuviera en campaña, repitió las tres definiciones de la plataforma electoral que machacó durante toda la promoción proselitista de Cambiemos: pobreza cero, derrotar al narcotráfico y unir a los argentinos. Para una administración nacional que se muestra más cómoda exhibiendo su agenda para el exterior que dentro del país, los tres postulados electorales de la alianza gobernante resultaron toda una novedad que no pasó inadvertida para los espectadores internacionales. Pero los tres principios de campaña fueron sólo el prólogo de Macri para su alocución. Porque el escenario internacional del Palacio de las Naciones le sirvió para intentar mostrarse como un estadista amigable, un liberal moderado que reinvidicó a “los populismos de la región” en su lucha contra la pobreza y que llegó a reivindicar la situación de Latinoamérica para desenfundar su cambio de estrategia respecto al reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas.

 

“Sabemos que para crecer con inclusión América latina cuenta con gran talento humano, además de riquezas naturales inigualables, y, mientras en el mundo hay tendencias que generan preocupación e incertidumbre, llegan de nuestra región noticias alentadoras, como la normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos y el proceso de construcción de paz en Colombia”, celebró Macri pocos minutos antes de remarcar su predisposición para recibir refugiados sirios y de promocionar la candidatura de su canciller, Susana Malcorra, dentro de la disputa para suceder al secretario General saliente, Ban Ki Moon. “Quiero agradecerle el apoyo que ha recibido nuestra canciller para la Secretaría General. En el siglo XXI, tener a una mujer al frente de esta organización sería un ejemplo alentador”, deslizó el mandatario, enfundado una vez más en el traje de candidato.

 

Las alusiones al continente, a la candidatura de Malcorra y al repentino interés argentino para participar en misiones de paz, como la que podría integrar Argentina en Colombia, fueron los entremeses previos al plato fuerte del discurso: convocar al Reino Unido a solucionar “amigablemente la disputa de soberanía” sobre las Islas Malvinas, luego de avalar la rúbrica de una declaración conjunta con un enviado de Londres para retomar las negociaciones que el menemismo dejó truncas en 1999.

 

LO DIJO, PERO NO LO DIJO. Tras el discurso y los gestos, el Presidente contó al enviado de La Nación  que la primera ministra británica, Theresa May, se acercó a saludarlo durante el almuerzo. "Ella dijo que bueno, que sí, que habría que empezar a conversar. Las cosas llevarán años, pero lo importante es que comencemos. Y ella estuvo de acuerdo. Tenemos que lograr establecer una mesa de diálogo permanente, para que vayamos avanzando en nuestros reclamos sobre la soberanía sobre las islas", reveló el Presidente. Una hora después de la publicación de la noticia, la Casa Rosada difundió un comunicado oficial donde la canciller Malcorra le bajó el tono a las apreciaciones presidenciales.

 

“Por supuesto May dijo que se encontrarían, pero no es que se habló de una hoja de ruta o de dónde van a ser los próximos pasos o que este tema esté cerrado y arreglado y avanzado. De ahí a decir que el tema ya está en la mesa y que ya hemos acordado avanzar en el tema hay un gran recorrido. Estamos trabajando en el reconocimiento de los soldados y una serie de otros temas”, aclaró la canciller - candidata y aclaró que el diálogo “es una conversación en la cual el Presidente le dijo, como le había dicho al primer ministro Cameron cuando se encontraron en enero, ‘avancemos, hablemos y pongamos todos los temas en la mesa, como tiene que ser en todo vínculo maduro con el mundo y también el Reino Unido. Puede que no lleguemos a nada, que avancemos en algunos temas y en otros no o que nos tomen años. Es una señal de disposición de dialogar".

 

¿QUIÉN FILTRÓ LA CARTA DE THERESA? No es la primera vez que una comunicación con la flamante mandataria británica genera inconvenientes para el Palacio San Martín. A principios de agosto, el diario Clarín reveló una nota enviada el 2 por May a Macri, donde le contestaba otra que el mandatario le había mandado originalmente a Cameron, antes del Brexit: "Gracias por su reciente carta a mi predecesor informándole que Argentina nominó a Susana Malcorra pra competir por la posición de Secretario General de las Naciones Unidas. Estoy segura de que usted apreciará que el Reino Unido tiene una larga política de no revelar sus intenciones de voto en las elecciones para Secretario General, pero le puedo asegurar que juzgamos a todos los candidatos por sus méritos y que consideraremos cuidadosamente los pliegos de Malcorra".

 

En la carta, May planteó la importancia de generar instancias de entendimiento y mutuo respeto, pero también mencionó la posibilidad de "generar avances en nuevos vuelos entre las Malvinas y terceros países en la región", además de "la remoción de medidas restrictivas en materia de hidrocarburos". En el Palacio San Martin repiten que la carta no se les filtró y apuntan las intrigas a la Casa Rosada, donde algunos embajadores de carrera identifican una sorda interna alrededor de la candidatura internacional de Malcorra, tanto por la posibilidad de que sea derrotada como ante la alternativa de lanzar la disputa por su sucesión, con la funcionaria en la ONU o en su casa. Para algunos diplomáticos argentinos que trabajan en la candidatura de la canciller, "el Reino Unido es el único veto que puede hacer naufragar todo", explican en referencia a la única potencia que integra el Consejo de Seguridad de la ONU y que todavía no ha hecho explícito su apoyo a la ex Telecom.

 

Por encima de ese vendaval de internas y de esos acertijos, el enroque del primer round de Macri ante la ONU resultó beneficioso: no abandonó su estilo corto y llano, pero  intentó mostrarse más sólido, aplomado y desenvuelto en su expresión corporal y oral, un capital que el otrora candidato eterno viene ejercitando hace más de una década.
La Gran Manzana fue, hasta ahora, el lugar donde el Presidente mejor practicó la lección, para confirmar ante la comunidad internacional que, antes que Macri, es la negación de Cristina.

 

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