Entrevista

Desde el sur van por la CGT: “Tengo ganas de ser el secretario general”

El poderoso jefe de los petroleros de Río Negro, Neuquén y La Pampa, Guillermo Pereyra, anunció que busca reunificar al movimiento obrero. Elogios a Macri y Aranguren.

“Tengo ganas y aspiraciones”, avisa Guillermo Juan Pereyra, el poderoso dirigente petrolero que busca suceder en la conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT) a Hugo Moyano. Convencido de que el líder de los camioneros es el que “está más capacitado” para ese cargo, sostiene que el resto "está en igualdad" de condiciones. Crítico con el kirchnerismo, asegura que Mauricio Macri le inspira "mucha confianza" y aleja cualquier rumor sobre un cambio en las estructuras de los gremios. “Nadie de afuera puede decir que hay que renovar la dirigencia. Yo llevo 32 años de secretario general y por algo es”, advierte. Autodenominado "dialoguista", piensa que el próximo semestre todo mejorará si se moviliza la obra pública o se continúa con "el sinceramiento" de tarifas como la del gas. "Todavía estamos a mitad de camino con eso", insiste.

 

–Esta semana dijo que le gustaría conducir la CGT ¿Qué lo llevó a tomar esa decisión?

 

–En una radio me comentaron que (el jefe del gremio de la Sanidad) Héctor Daer se estaba postulando y dije que el mejor candidato era Hugo Moyano por su coherencia, por la lucha contra el menemismo, (el ex presidente) Fernando de la Rúa o el kirchnerismo. Siempre estuvo lejos del calor del poder y cerca de los trabajadores. Reúne todas las condiciones para ser el conductor de la CGT, lo conozco mucho como secretario general adjunto y pude evaluar estos cuatro años su liderazgo, poder de movilización y el amor que le tiene su tropa. Tuve la oportunidad de estar en la última gran movilización con más de 300 mil compañeros. Ese día muchos de los que hablaron fueron silbados y cuando apareció Hugo fue una ovación. Es el único, no hay otro.

 

–¿Pero va a seguir al frente de la CGT?

 

–Manifestó que se quiere retirar porque intentará buscar una candidatura en la AFA. Es respetable su decisión. El resto, para abajo, somos todos candidatos porque ninguno tiene el perfil de Moyano. Creo que cualquiera `puede ser´, como yo. Tengo aspiraciones y ganas de ser secretario general de la CGT pero hay que debatir qué tipo de central queremos.

 

–¿Cómo sería ese debate?

 

–Hay que pensar si queremos ser una CGT adicta a los gobiernos de turno. Si es así, estamos listos porque sabemos lo que pasó. Sólo Moyano mantuvo una línea de conducta.

 

–Moyano estuvo muy cerca de Néstor Kirchner…

 

–Él fue amigo de Néstor Kirchner porque el ex presidente estaba del lado de los trabajadores. Todo lo que se le pidió fue otorgado por Kirchner pero en el pase de gobierno, con Cristina la situación cambió. La ex presidenta recibió dos veces a la CGT y después la puerta se cerró cuando eligieron a un candidato para otra central (por Antonio Caló) por fuera de todo ámbito legal. Igual, todo esto es anecdótico.

 

–¿Y cuál es la CGT que usted quiere?

 

–Quiero una central al servicio de los trabajadores. Debe estar representada por todos los trabajadores argentinos porque, si uno es adicto a un gobierno de turno, pierde el objetivo. Debemos organizar todas las regionales por esa división (este sábado encabezó un encuentro para hacerlo oficialmente en su región en la ciudad de Allen, provincia de Río Negro). Esperemos que podamos trabajar en eso.

 

–Habló de una CGT adicta ¿La que encabezó Antonio Caló fue adicta?

 

–Por supuesto, a eso nadie lo puede desconocer. El año pasado, cuando realizamos un par de actividades, salió a decir que impulsábamos una jugada política sabiendo muy bien de la necesidad de los trabajadores. Ésas son cosas que no deben pasar nunca más.

 

–¿Cómo analiza la relación del presidente Mauricio Macri y el movimiento obrero?

 

–Es muy poco el tiempo que lleva pero si no se reconoce que hay despidos, es difícil. Yo hablo mucho con el Gobierno de Macri, soy peronista y no macrista, pero creo que debemos transitar el camino del diálogo. Nos pelearemos, nos enfrentaremos, pero no hay que cerrar las puertas. Creo que podremos movernos tranquilamente con diálogo.

 

–Esta semana usted iba a encabezar una gran movilización por el centro de Neuquén y por un llamado de Nación frenó el reclamo ¿Cómo lo convencieron?

 

–Soy un dialoguista. Nosotros hemos firmado acuerdos para mantener la actividad desde principios del año pasado donde establecimos un precio interno del barril (67,5 dólares) para mantener la actividad y la paz social. Creo que cumplimos con todos. Las que no lo hicieron fueron las empresas, que bajaron la actividad un 30 por ciento negándose a discutir paritarias: fue por eso que anunciamos la gran movilización y luego nos convocaron.

 

–¿Y qué le dijeron en esa reunión?

 

–Planteamos la situación, explicamos todo y fue así que convocaron a las empresas de primer nivel, a los gobiernos provinciales (Neuquén, Río Negro y La Pampa) junto a varios ministros para analizar ciertas cuestiones como que algunas empresas están importando combustible, libre al impuesto a la transferencia, a un precio internacional bajo. Directamente lo quieren llevar a la boca de expendio con el precio de nuestro país. Hay ganancias extraordinarias y un gran golpe a los argentinos.

 

–El ministro de Energía, Juan José Aranguren, dijo que se va a mantener el precio del barril de 67,5 dólares hasta fin de año ¿Qué piensa?

 

–Dicen que lo van a revisar. Hemos tenido charlas con el ministro Aranguren, hablamos del tema. Si el precio está aumentando como está aumentando, digo que a las empresas internacionales no les importa el precio interno porque es de coyuntura. Lo que les interesa es el precio internacional porque el interno es a corto plazo (en Argentina será hasta fin de año a U$S 67, 50). Sería importante que no bajen el nivel de actividad porque hay un camino para recorrer como la producción y explotación gasífera; hoy importamos gas por 8 mil millones de dólares anuales con mano de obra de otros países, como Chile, mientras Vaca Muerta es uno de los “no convencional” en reserva de gas más importantes del mundo.

 

–Habla del gas ¿Qué opina del precio para los consumidores?

 

–El sinceramiento es algo que molesta a muchos pero hemos regalado el gas durante años a 2 dólares y se agotaron los recursos. También se le regaló el gas al consumidor interno durante muchos años. Más allá de que algunos sectores necesitan más atención, a los que se les debe regalar el gas, los que están acostumbrados a calefaccionar sus piscinas estuvieron diez años sin que se les actualizara la tarifa y eso no podía seguir así.

 

-¿Pero no hay un tarifazo?

 

–¿Qué tarifazo? Todavía no se llegó al 50 por ciento del aumento en las tarifas para adecuar los años sin actualización. Sé que a muchos no les gustarán mis declaraciones, pero creo que estamos a mitad del camino del aumento.

 

–¿Y cuándo podría suceder eso?

 

–En cualquier momento, cuando el Gobierno lo decida. El gas a los sectores menos pudientes hay que regalárselo porque el resto vamos a pagar como corresponde.

 

Aranguren y Galuccio

 

–¿Qué opina del trabajo de Aranguren?

 

–Creo que es un técnico, no es político. Es un exitoso empresario y es por eso que los temas políticos se tratan en otros lugares, como el Ministerio del Interior (hoy a cargo de Rogelio Frigerio). Lo conozco desde hace muchos años por la actividad y siempre fue un hombre con una mirada de la realidad, no del sueño. Para él, dos más dos son cuatro.

 

–Se dice que no tiene sensibilidad social…

 

–Y, bueno, que la tengan otros sectores. Si no, paralicemos toda la actividad hidrocarburífera y veremos lo que pasa en el país.

 

–¿Cómo tomó la salida de Miguel Galuccio de YPF?

 

–Galuccio es un excelente profesional pero le erró con el tema de Vaca Muerta, porque tendría que haber hecho pozos no convencionales y haber puesto más atención. Fue tomando deuda y hoy la empresa debe casi lo que vale.

 

–¿El balance de su gestión es positivo?

 

–No, no lo veo positivo.

 

–¿Le parece mucho dinero los 72 millones que recibió de indemnización?

 

–La verdad que es mucho dinero, pero hay que ver los contratos que tenía. La responsabilidad es del Gobierno, pero eso forma parte de un contrato previo.

 

Conducción sindical

 

–Se dice que la dirigencia sindical debe renovarse ante estos tiempos complicados para los trabajadores ¿Comulga con esa idea?

 

–Yo no comulgo con eso. La renovación la dan los propios trabajadores y si la gestión del secretario general o una comisión directiva ha sido mala, los trabajadores se encargan de renovarla. Nadie de afuera puede decir que hay que renovar. Yo llevo 32 años de secretario general y por algo es.

 

–En Neuquén hay una leyenda que circula y dice que los empresarios, como los gobiernos de turno, para hacer algo deben arreglar primero con Pereyra…

 

–Yo no soy un dirigente apretador, soy un dirigente del diálogo. Sería bueno consultarle esto al empresariado para que cada uno haga su evaluación porque yo estoy para representar a los trabajadores.

 

 El Gobierno

 

–¿Para usted Mauricio Macri encabeza un gobierno neoliberal?

 

–Todos los presidentes de cualquier parte del mundo son de izquierda, derecha o centro. Cada uno tiene una inclinación política fuerte y eso no es cuestionable.

 

–¿Hay que esperar al segundo semestre para que la Economía mejore?

 

–Tengo mucha confianza. Yo lo dije en mi discurso en la sesión del pago a los holdouts. Nosotros estuvimos aliados a países que no le aportaron nada a los argentinos ¿Qué nos dio Venezuela? Nos cerraron las puertas en varios lugares pero es un proceso que, seguramente, se verá pero hay que reactivar la obra pública o la construcción de vivienda que dará trabajo a todos los sectores. 

 

El gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, y el diputado Gabriel Álamo.

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