Cuando todo parecía indicar que el Senado se encaminaba a sancionar la ley de Ganancias aprobada por la Cámara de Diputados, los gobernadores plantaron bandera contra el proyecto y congelaron - al menos por ahora - el debate en la Cámara alta, donde el peronismo le exigió al Gobierno que abra una mesa de negociación para discutir el tema.
El oficialismo tiene tiempo para responder hasta el miércoles a las 11, cuando se volverá a reunir la Comisión de Labor Parlamentaria, que pasó a un cuarto intermedio el martes, en medio de las negociaciones entre gobernadores, la Rosada, el Senado y la CGT. "Si el Gobierno no llama, la semana que viene se vota el proyecto en el recinto como vino de Diputados", confirmó a Letra P una fuente del bloque del PJ-Frente para la Victoria.
Las negociaciones para otorgarle un plazo de gracia a la Rosada comenzaron por la mañana, en las oficinas del bloque del PJ, donde se reunieron el jefe de la bancada, Miguel Ángel Pichetto; una mesa chica integrada por Omar Perotti, Pedro Guastavino y Rodolfo Urtubey; el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; y el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo. Allí Pichetto le planteó al oficialismo la posibilidad de conformar una mesa de negociación que permitiera destrabar la situación.
Hasta entonces, en el bloque del PJ-Frente para la Victoria, una gran mayoría de los senadores había decidido sancionar la ley tal como llegó desde Diputados, donde fue aprobada la semana pasada. En ese grupo se contaban los cristinistas Anabel Fernández Sagasti, Virginia García, María Ester Labado y Marcelo Fuentes; el entrerriano Guastavino; la jujeña Liliana Fellner; Juan Manuel Abal Medina; los tucumanos Beatriz MIrtkin y José Alperovich; los formoseños Graciela de la Rosa y José Mayans. Por fuera de la bancada, también se habían manifestado a favor el neuquino Guillermo Pereyra, Fernando Pinos Solanas, el pampeano Daniel Lovera y el chubutense Alfredo Luenzo, entre otros.
Pero la postura favorable a la ley chocó abiertamente con la palabra de los gobernadores, que hablaron en el Senado y después reafirmaron sus dichos en una reunión que mantuvieron en el hotel Savoy, a pocas cuadras del Congreso. En el bloque del PJ, la voz de los mandatarios provinciales llegó a través del dictamen propio que presentó Rodolfo Urtubey, hermano del gobernador de Salta.
Desde el mediodía, los mandatarios provinciales que pasaron por la reunión de la Comisión de Presupuesto, que preside Juan Manuel Abel Medina, dejaron clara su oposición al proyecto. El primero en hablar fue el salteño Juan Manuel Urtubey, seguido por la fueguina Rosana Bertone, el neuquino Omar Gutiérrez, el rionegrino Alberto Weretilneck, el cordobés Juan Schiaretti y el jujeño Gerardo Morales. A ellos se sumó el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli. "Les pedimos que tengan a bien revisar la sanción de Diputados. Si hay un sector que pierde con esta decisión son las provincias", dijo Weretilneck. "Voy a perder alrededor de 400 millones de pesos. Tendría que hacer malabares para ver con qué impuesto los cubro", graficó Bertone. A favor de la ley, y con una catarata de críticas del Gobierno de Mauricio Macri, solo se pronunció el gobernador de Chubut, Mario Das Neves.
"Mi posición sobre el tema es conocida. En mi provincia el 50 por ciento de los trabajadores paga Impuesto a las Ganancias", introdujo Das Neves, que luego explicó la situación crítica por la que pasan los trabajadores del sector petrolero, analizó el impacto positivo que tendría la ley sobre el consumo y calificó las exenciones a las mineras como "una vergüenza". "Los telegramas siguen llegando a los trabajadores como regalos de Navidad. Es gravísimo", denunció el gobernador. Das Neves también aprovechó la exposición para protestar por el decreto presidencial sobre los reembolsos portuarios. "Yo no soy delegado de ningún gobierno, soy gobernador de mi provincia, elegido por mi gente", remarcó antes de cerrar con un contundente apoyo al proyecto. "Está claro que los tres senadores de Chubut va a votar a favor", anunció.
Para entonces, en el bloque del PJ ya flotaba la sensación de que el clima se había complicado. "Estamos mal, esto no va a salir", decía una senadora que ya había adelantado su apoyo a la ley. Después del mediodía, la llegada de los titulares de la CGT Carlos Acuña y Héctor Daer y del camionero Pablo Moyano, que pidieron apoyo a la ley y protestaron porque el Gobierno mandó el proyecto sin tenerlos en cuenta, no pudo torcer el rumbo que ya tenía la discusión. "Si van a descuartizar la ley, sienten a la CGT en la mesa de negociación", le pidió Daer a Abal Medina cuando estuvo al tanto del clima desfavorable hacia el proyecto.
Pocos minutos después, en el hotel Savoy, nueve gobernadores analizaban el impacto que tendría la ley sobre las cuentas provinciales y reforzaban el pedido. "Necesitamos que el Gobierno arme una mesa de concertación para poder discutir el tema en profundidad. De esta manera caemos en una contradicción porque el año que viene cuando discutamos paritarias vamos a ver que no tenemos recursos para atender esas demandas por el agujero fiscal que nos deja Ganancias", explicó el chaqueño Domingo Peppo.
La reunión, que transcurrió en el subsuelo del edificio ubicado a tres cuadras del Congreso, contó con la presencia de Urtubey, Bertone, el sanjuanino Sergio Uñac, Gutiérrez, el entrerriano Gustavo Bordet, Schiaretti, Weretilneck y el santafesino Miguel Lifschitz. El encuentro fue armado por el salteño, Uñac y Schiaretti, alarmados luego de la aprobación del proyecto en Diputados.
"Nadie pensó que esa ley iba a salir así de Diputados y que el Gobierno no iba a negociar nada", se sinceró uno de los gobernadores. En la intimidad, los mandatarios habían echado las cartas sobre la mesa. Para Salta, donde solo un 2 por ciento de los trabajadores paga Ganancias, la aprobación del proyecto implicaría un agujero fiscal de 1200 millones de pesos; para Río Negro, alrededor de mil. En el caso de Tierra del Fuego, donde ningún trabajador paga Ganancias, "la ley representa solamente déficit", dijo Bertone.
"Hay que hacer una estimación que muestre el impacto real de los números", pidió el socialista Lifschitz. Los gobernadores coincidieron en un misma evaluación: ninguno confía en las cuentas que hicieron Axel Kicillof y Marco Lavagna, economistas del Frente para la Victoria y del massimo, respectivamente, en el proyecto que aprobó Diputados. "Tampoco en los números del Gobierno", aclaró uno de los mandatarios.
En paralelo al fin del encuentro de los gobernadores, en el Senado el dictamen no alcanzaba las nueve firmas necesarias para llevar el tema al recinto. Solo Abal Medina, Guastavino, Labado, Perotti y De la Rosa estamparon su nombre en el texto, mientras que Urtubey y el catamarqueño Dalmacio Mera se inclinaban por discutir una nueva propuesta, al compás de lo que pidió el salteño. En tanto, el correntino Carlos Espínola no había definido su postura, mientras que el misionero Juan Irrazábal estuvo ausente toda la jornada.
"Pichetto quiere preservar la unidad del bloque pero eso es lo de menos. Este es un problema de plata", disparaba un mandatario provincial mientras la bancada del PJ- Frente para la Victoria se reunía en las oficinas del segundo piso del Senado para debatir y definir cuál será la estrategia en caso de que el Gobierno rechace la propuesta de armar una mesa de negociación.