“Los chinos no entendían por qué les pagaban aguinaldo y las mujeres embarazadas estaban 90 días sin trabajar.”
-¿Qué problemas tenían?
-Básicamente, el tema de habilitaciones, el tema de derecho municipal y el tema laboral. Ya empezaban a tener empleados y conflictividad con ellos. Y derecho comercial, sub-locaciones de carnicerías y verdulerías.
-Y el idioma…
-No entendían. Yo trabajaba con dos traductores, chicos que estaban estudiando acá y que después siguieron como contadores y abogados. Son bastante complejas de entender las situaciones que se plantean. Ellos tienen otro criterio, otro punto de vista. Hay cosas que no entienden. Te cuento una anécdota: yo tenía una secretaria china, que era hija de un diplomático, que estaba estudiando acá y yo le pagaba el aguinaldo. Y ella no entendía por qué cobraba un sueldo más si no lo había trabajado. Era imposible hacérselo entender. Entonces me ponía a hablarle de peronismo. Me acuerdo que le regalé “La Comunidad organizada” (N. de la R.: texto que expresa la base doctrinaria del peronismo) para que la leyera. Y la leía, porque los chinos son formados dentro del maoísmo, y más siendo hijos de políticos. Después, tenía una compañera que se embarazó y no entendía por qué estaba 90 días sin trabajar, cuando en China era una semana. Una cosa bastante rara.
En lo que es relaciones conflictivas con personal muchas veces los tomaban de punto. Por caso, subalquilaban una carnicería y el carnicero, en vez de declarar que era inquilino, decía que era empleado. Alquilaba cuatro carnicerías y le hacía cuatro juicios a cuatro chinos diferentes. De ahí la necesidad de crearles un servicio jurídico prepago, de hecho funcionaba así, había varios especialistas para darles contención.
“Después de Néstor (Kirchner), esto se desperonizó muy rápido.”
-¿Les hablaba de peronismo?
-Yo siempre hablaba de peronismo, sí. Una vez a un político chino lo jodía tanto con Perón que me regaló un cuadro del General que en la parte de atrás dice en chino, y me lo tradujo, una frase de Lin Piao, un general de Mao Tse Tung que era el más radical, no te digo que era un Stalin pero más o menos. La frase era “Peronismo, una rara especie de pensadores”, que era la frase del tipo, porque no entendían lo que era el movimiento. Más ellos que eran comunistas, hoy ya no lo son. Yo digo que hoy China es un régimen comunista con un sistema hipercapitalista a ultranza y con consumismo que no lo ves en ningún lugar del mundo. Vos los ves a los chinos por todos lados y compran y compran y compran…
-Desde los años ´90 hasta acá, ¿cómo cambió la comprensión de esa comunidad respecto a los avatares de la política argentina?
-Ellos son muy dinámicos en ese sentido. Yo siempre digo que son una especie de gremialistas; se adecuan al gobierno de turno enseguida. No se meten en la política interna. Lógicamente, hay cosas que no entienden. Un caso es el sistema judicial en China que, con tres instancias, puede tardar como mucho un año; acá puede llegar una causa hasta tener 20 años.
-¿El 2001 cómo los encontró? Es una postal del caos el video del comerciante chino que le robaron hasta el arbolito de Navidad…
-Más del 10% de los supermercados fue saqueado. Unos 389 saqueos sobre un total de más de 2.000 supermercados. Fueron los principales objetivos. Y hay casos famosos, como el emblemático que menciona del chino del arbolito de Navidad, que es un tipo que después reabrió el negocio en Mar del Plata y hoy tiene dos locales. Ahí te das cuenta cómo apostaron nuevamente. Ellos tienen una perseverancia que es admirable.
-Se ha notado en algunos temas, recuerdo una confrontación fuerte con Camioneros, un gremio que no es sencillo…
-En 2006, un delegado tuvo un entredicho con un chino a través de una tontería que le dijo a la hija del chino. El chino reaccionó mal y le pegó un tiro y lo mató. Eran dos grupos medio fuertes, convengamos.
“Los empresarios que tengan que ir presos tendrán que ir presos.”
-¿Ninguno se quiso volver a su país luego de la crisis?
-Muchos se fueron porque China es como que explotó en el sentido de desarrollo. Se embarcaron en una burbuja inmobiliaria en la que algunos quedaron bien parados. Pero la mayoría se quedó. La provincia de Fujian es la Galicia china, porque exporta almaceneros. El 80% de esos son comerciantes. El chino de ultramar es comerciante, por lo general todos los que vienen ya lo eran allá. El chino que viene, en ese sentido, es muy parecido al judío. Se dedica mucho a eso y poco a la industrialización. Recién ahora hay una nueva camada de chinos que se están dedicando a la industrialización. Están asociándose con cooperativas, están pre-financiando pequeñas pymes, muchos emprendimientos vinculados al agro. No se olvide que, por ejemplo, el glifosato, los pesticidas y muchos productos para el agro vienen de China. Están desarrollando productos con valor agregado acá. Y después están las grandes inversiones de Estado, como las de Sinopec.
-¿Los que vinieron y ya pasaron varias etapas y generaciones en el país tienen la expectativa de volver?
-No, la mayoría de los chinos ha venido como reagrupamiento familiar. Que es un tema que se dio a partir del 92 al 2001. Hubo un impasse hasta 2003 y ahí empezó de nuevo. Allí hubo una especie de reconstrucción de confianza, donde empezaron a volver a abrir supermercados. Y ahí hubo otra oleada de reagrupamiento familiar. El chino vuelve a su país cada dos o tres años, pero vuelve de vacaciones. Se queda seis meses. Tiene la característica de mandar sus chicos pequeños nacidos acá a los tres, cuatro o cinco años a China y después en Argentina aprenden muy fácil el idioma.
-¿Cómo les explicó la última década, un período en el que la política estalló con debates en casi todos los ámbitos?
-La política argentina es complicada. Argentina es una gran ruleta. Eso es lo que me dicen ellos: acá ganás mucho o perdés mucho y todo de la noche a la mañana. Es uno de los pocos países del mundo en los que te acostás rico y amanecés pobre, o al revés. Y eso los desafía en su esencia comercial. Piense que ellos vienen de un régimen comunista donde el capitalismo tiene una presencia. A veces los diplomáticos chinos se ríen y me invitan para que diga estas cosas. Entre ellos no lo pueden decir.
BIO. De profesión abogado, Miguel Calvete ejerció de letrado defensor en el momento más complejo del desembarco de supermercadistas chinos en Argentina. Un mundo que, según cuentan los que saben, estuvo plagado de hechos curiosos y trágicos. Luego representó a la cámara comerciantes chinos en el país y se codeó con funcionarios del kirchnerismo como
Guillermo Moreno, en una relación de altos y bajos. En 2015, ocupó el cuarto lugar de la nómina de concejales de Cambiemos para La Matanza en las elecciones generales y, cuando el líder de la bancada matancera,
Rodrigo Lasalle, pidió licencia para asumir en Anses, Calvete lo reemplazó.
-¿Con Moreno qué relación tuvo?
-Con Guillermo he tenido muy buena relación hasta 2009. Después tuvimos diferencias. Porque yo creo que él generó una hiperconcentración de la economía en los últimos ocho o diez años. Argentina hoy tiene 30 compañías que producen el 80% de lo que consumimos. Y el otro 20% son 10 mil pymes. En 2006, esas mismas 30 producían el 50%, y eso fue un error. Hoy, a mí me toca estar en Cambiemos, pero vengo de extracción peronista y sindical. Mi mamá era gremialista de UOM. A mí, Guillermo me conoce hace 40 años, lo mismo que el Canca (Dante) Gullo.
Pero hay algunas situaciones en las que siempre cuestioné la manera de hacer peronismo. Paradójicamente, lo de la Góndola Pyme (exigencia para que los supermercados incluyeran productos de pymes) se lo planteé yo a él y a (Augusto) Costa (sucesor de Moreno) y no me dieron pelota. Y no sólo lo había hecho Ecuador lo de la góndola, sino también Italia. Cuando lo planteé, me dijeron: “Esto es un modelo maoísta. No podés aplicarlo”. Y le digo más: lo hacía también un texano que hoy es el tercero de (Donald) Trump, que no me van a decir que es maoísta. Hay un Wal Mart que está en un condado y tiene la obligación de vender por cantidad de producción local.
Lo mismo pasa con las comisiones de las tarjetas de crédito. Paradójicamente, las está sacando (Miguel) Braun, el secretario de Comercio actual. Con la Góndola Pyme yo fui testigo de esa discusión en el seno macrismo. Hay algunas medidas que te hacen pensar que, si a este Gobierno le están colgando el cartel de las corporaciones, está haciendo algo mal. Y no lo digo para defender al Gobierno, que se manda un par de cagadas… porque también lo tenemos a Aranguren, que es un tema que lamentablemente no tuvo gradualismo. Y esto dilapidó mucho crédito político del Gobierno, porque hay medidas muy buenas que están tapadas por lo malo.
-¿Eran un mito las reuniones en Comercio?
-Seee… eso del revólver era un verso. Yo nunca lo vi. En la escuelita de los viernes se discutía sólo el tema carne. No pasaba nada llamativo. Moreno puteaba a uno, felicitaba a otro, pero cosas de la política. Una especie de unidad básica dentro de la Secretaría de Comercio. Yo ahí representaba a los chinos. Estuve en la mesa de lácteos, en la de granos. Yui una especie de asesor ad honorem de Moreno hasta que él empezó a errarle al biscachazo.
“Yui una especie de asesor ad honorem de Moreno hasta que él empezó a errarle al biscachazo.”
-¿Con la llegada de Costa cambió el panorama?
-Ahí La Cámpora metió un grupete de gente que desconocía el sector. Moreno lo que no sabía lo estudiaba y lo aprendía. Un tipo que tenía asfalto, lo que es importante para hacer política. En el caso de los chicos de La Cámpora, no. Era como mandar a un politólogo a monitorear el Mercado Central. Los de Cambiemos tienen una característica, que es la del PRO en general, que es asesorarse. Ponen gente que sea idónea para cada cosa. Después, si lo hacen bien o mal es otra cosa. Por caso, en el Mercado Central, el presidente es un tipo que es operador, el vice es de la Federación de la Papa. El gerente general viene del supermercadismo. Es gente que tiene una visión.
-¿Cómo llega a Cambiemos?
-Llego porque estaba haciendo algunos trabajos para Horacio (Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno porteño) en la Ciudad. Yo soy de San Justo, La Matanza. Y se dio el tema del espacio. En aquel momento, el candidato era Miguel Saredi, a quien también conozco desde hace muchos años. Y en el debate con muchos compañeros se dio de ir para adelante.
-Tuvo un vínculo con el kirchnerismo. ¿No lo sondearon de ese espacio?
-Nunca me había interesado el espacio porque era muy variopinto el tema ahí. Con el kirchnerismo no, pero, si me hubiesen dicho con el peronismo, lo pensaba.
-Es amplio el peronismo. ¿A qué peronismo se refiere?
-(Piensa) No con los que estaban en La Matanza. No con Fernando (Espinoza) ni con Verónica (Magario). Lamentablemente, estoy hablando de un peronismo que no es el menemismo pero no es lo que vino después de 2006-2007. Yo con Néstor tenía una muy buena relación. Era un tipo que pensaba, que escuchaba. Se lo podía juzgar por un montón de cosas, pero el tema político no lo podés negar. Después, tuvimos la desgracia que esto se desperonizó muy rápido.
-¿Y cómo es ser peronista dentro un espacio no peronista?
-Bueno, tenés a (Cristian) Ritondo, mi caso, (Emilio) Monzó. Es un espacio amplio, que no te deja. No es que te dice “vos sos peronista, sos radical, te vas”.
-Pero las banderas no parecen ser las mismas…
-No, a la liturgia que estamos acostumbrados no. Pero hay nuevos tiempos. Hay que adaptarse a nuevos tiempos. Yo lo único que cuestiono es el tema de la energía, que había que aumentarla pero no de esta manera. En el resto, las asignaciones aumentaron, lo de góndola pyme es un tema social…
-No implementado…
-Pero ya está el debate. Lo instalaron (Javier) Tizado, Braun y Cabrera. Creo que antes de fin de año está implementado.
-¿Cómo tomó la comunidad china y supermercadista su postulación a la política?
-Bien. Es un tema que les interesa. De hecho, yo le di una mano muy grande a Fernando Yuan para que fuera legislador porteño. Y es el primer nativo chino a nivel mundial que ocupa una legislatura, en tener una banca. Es un personaje en China, el tipo. Vino hace muchos años y trabaja con Jorge Antonio, o sea, tiene raíz peronista. Era asistente, jardinero de él. Es un tipo muy preparado y, además, es presidente de la Cámara de Importadores Chinos. Yo lo metí a él y él me impulsó a mí a meterme
LA GUERRA DEL CONSUMO Y LAS DUDAS SOBRE DICIEMBRE
-Hay un problema hoy que es la inflación y se instaló el debate sobre quién la genera. Y hay sectores muy concentrados. ¿Cómo se pelea desde el Estado para ordenar el escenario?
-Bueno, ahí está el otro tema, Defensa de la Competencia, el organismo anti monopolio que en la Argentina no funcionó. Acá tenés una empresa como PRISMA, que es VISA y la tienen nueve bancos privados. Esos nueve están manejando todo y cualquier tercera tarjeta que no sea Visa no puede competir. Si eso pasa en Estados Unidos, vas en cana, además de la multa. Si no, preguntale a Microsoft o al Deutsche Bank. Acá no funcionó. Bah, funcionó como una herramienta extorsiva para los multimedios de comunicación, para las empresas de energía. Había 4 mil expedientes parados. Y esa política no la hizo el macrismo, eh. Habrá hecho otros temas mal, como la retención a las mineras, que es un tema absolutamente cuestionable, además de haberle hecho el juego a cuatro gobernadores peronistas, que son los cuatro que venden la gestión de las mineras. Por ingenuidad o impericia el Gobierno compró eso. Y lo anunció.
“Hay algunas medidas que te hacen pensar que, si a este Gobierno le están colgando el cartel de las corporaciones, está haciendo algo mal.”
-¿Cree que este gobierno podría poner empresarios presos?
-Seee, la decisión está.
-¿La decisión de poner empresarios presos está?
-Sí, la decisión está. No sé si de ponerlos presos. Digo que los que tengan que ir presos tendrán que ir presos. Pero lo de poner multas por medio de Defensa de la Competencia ya empezó. ¿Por qué se piensa que Visa bajó las condiciones? Quiero decir: o Cambiemos está dispuesto a cagarse en su ideología o evidentemente (sus funcionarios) son pragmáticos.
-Ya que menciona el pragmatismo, ¿qué consideraciones está teniendo el Gobierno respecto a fin de año, momento caldeado históricamente en la Argentina?
-Si hacen las herramientas de contención social va a estar tranquilo. De hecho, los movimientos no confrontan tanto desde lo social porque los planes y las cuestiones sociales se han mantenido. La ministra (Carolina) Stanley (Desarrollo Social) ha hecho un esquema con Argentina Trabaja que es muy interesante. (A los beneficiarios) los están capacitando. No cobran por cobrar.
-¿Está diciendo que esos sectores sociales son los que fogonean desmanes?
-No, no. Hay runrunes en algunos bastiones. Caso La Matanza, que lo vivo como presidente del bloque Cambiemos. Donde sí, efectivamente hay un gabinete provincial barra nacional manejando La Matanza que quintuplicó los gastos. La Matanza es un municipio muy grande y es un bastión de la resistencia peronista.
“Yo como matancero no estoy a favor (de la división del distrito). Pero sí hay que hacer descentralización.”
-El próximo es un año político. ¿Se juegan ahí todas las fichas para una continuidad medianamente ordenada?
-Creo que hay medidas que están tomando, cosas que no se ven, que son muy buenas. Pero Argentina es imprevisible. De todos modos, creo que han venido para quedarse, quedarse en el buen sentido. La gran mayoría de los ministros es gente que viene del sector privado. Vienen por el bronce. No vienen a zafar o a ganar en el mal sentido. Van mucho a la gestión. Quizás sí falte una cuota más de política. Pero tenés una gobernadora que gobierna un polvorín y tiene más de 70% de imagen positiva.
-¿Pero ese condice con la gestión?
-Es que la provincia era un desastre y eso me consta. En todo sentido. Había colegios que estaban pagando un cajón de naranjas 700 pesos. Realmente hay una situación compleja.
-¿A La Matanza hay que dividirla?
-Yo como matancero no estoy a favor. Pero sí hay que hacer descentralización. No podés no asignarle a Virrey del Pino y dárselo a Ramos Mejía o San Justo, que son la Recoleta o el Barrio Norte de La Matanza. Eso me subleva, me pone mal. No puede haber localidades pobres y otras ricas.
@leandrorenou