El día que la represión de trabajadores de La Plata fue noticia nacional, desde Neuquén, y por una protesta gremial, la policía reprimió este viernes a trabajadores estatales que rodearon la Casa de Gobierno provincial. Cerca del mediodía, cuando los ánimos comenzaban a calmarse, se llegó a un acuerdo que paralizó la estruendosa protesta en el centro de la capital de esa provincia.
Desde el Ejecutivo neuquino manifestaron “preocupación” y repudiaron los hechos de violencia registrados hoy. Los incidentes, protagonizados por manifestantes del gremio ATE, fueron calificados como de “violencia inusitada”, considerando los daños producidos en las oficinas públicas.
“No vamos a permitir que despidan delegados gremiales”, advirtió este viernes el secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en Neuquén, Carlos Quintriqueo. Según informó el dirigente sindical, dos de los empleados despedidos son integrantes de ese espacio.
“Hubo una amenaza de no permitir gobernar al gobierno de la provincia del Neuquén y esto lo entendemos como algo que no tiene absolutamente nada que ver con los tiempos que estamos transitando, que son de construcción conjunta, de mucha conversación, de búsqueda de coincidencias”, expresó subsecretario Justicia, Juan Pablo Prezzoli.
“Hemos documentado en lo que va del transcurso de esta jornada, desde que empezaron las agresiones, hechos violentos que generaron destrozos en la Casa de Gobierno, también vehículos pero fundamentalmente y esto es lo que más nos preocupa, se agredió a una persona, a un trabajador, a alguien que estaba cumpliendo su horario de trabajo, que tiene su familia”, insistía el funcionario de Gutiérrez.
Por su parte, el intendente local, Horacio “Pechi” Quiroga, salió al cruce de los manifestantes que protagonizaron el hecho y advirtió: “Voy a presentar la denuncia penal, pero el ministro (Seguridad, Jorge Lara) ni siquiera necesita denuncia para actuar porque las pruebas están en las fotografías que han publicado los medios de comunicación".