A un día de su concreción, la cumbre PJ de Santa Teresita, atraviesa su momento más incierto.
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A un día de su concreción, la cumbre PJ de Santa Teresita, atraviesa su momento más incierto.
A la interna que ya existe, entre los intendentes que resisten la continuidad del liderazgo de Cristina Fernández, (y buscan marcar un nuevo mapa de corte territorial), versus, los camporistas y los jefes comunales que sostienen la supremacía K, se suma la aparición del Frente Renovador.
“Posiblemente alguno de nosotros se acerque a Santa Teresita, es probable, algún legislador, algún intendente” afirmó a Letra P, el senador, Sebastián Galmarini, en referencia a la cumbre que se desarrollará el próximo sábado en esa ciudad del Partido de la Costa.
“A mí me llamaron, me invitaron, yo agradecí, pero no voy a poder ir” aseguró a este portal, el senador (FR), Gabriel Pampin, en referencia a la convocatoria que le realizaron desde los jefes comunales del PJ.
Desde el PJ, no confirman esas invitaciones, aunque tampoco descartan la presencia de los massistas.
Esta situación cobra mayor relevancia, porque se enmarca en la pelea que se ha desatado en el PJ nacional por la conducción del Partido, y en la que Sergio Massa, no está excluido.
De hecho, fue el presidente, Mauricio Macri, su evidente aliado, quien lo sumó a la contienda. “Tiene serias posibilidades de conducir el Partido Justicialista en los próximos meses” dijo el mandatario, sueltito de cuerpo. Y estalló la bomba.
Al encuentro de Santa Teresita, planeaban asistir algunos camporistas, aunque esta posibilidad comienza ahora a entrar en una zona gris, de duda. "Es todo raro, invitan por mail pero no convocan ni a congresales ni consejeros del partido", le dijo una fuente del camporismo a Letra P; poniendo en duda la presencia de ese sector en el encuentro del sábado.
Igual sucede con los intendentes, como Patricio Mussi (Berazategui), o Jorge Ferraresi (Avellaneda), aliados al camporismo, que evalúan la actual coyuntura y no muestran mucho entusiasmo en viajar al Partido de la Costa.
La idea inicial de buscar un espacio de discusión en pos de la unidad, parece disgregarse minuto a minuto. A horas del inicio de la cumbre, solo un vidente podría predecir si la reunión será calma, peleaguda, o un desierto.