En 1999 Horacio González asumió por primera vez su banca en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires. Llegó de la mano del intendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo, y en pleno auge de los barones del conurbano, que eran regenteados por el entonces gobernador, Eduardo Duhalde.
En 2003, González accedió a la vicepresidencia 1era en representación de la primera sección. Con un fundamental perfil bajo, el hombre de Ituzaingó hizo su primera jugada estratégica y de “supervivencia” en 2005. Ese año, Duhalde y el entonces presidente de la Nación, Néstor Kirchner, dividían las aguas en el peronismo bonaerense.
Por pertenencia, el vice se quedó en el duhaldismo, hasta el día inmediato a la derrota. El lunes 24 de Octubre de 2005, cuando la victoria de Cristina Fernández por sobre Hilda González era un hecho, el diputado ya tenía la garrocha lista para el salto.
No se mudó solo al FpV, lo hizo en un contingente de seis legisladores. Quienes de inmediato fueron apodados como “bloque del día después”, o “24 de Octubre”, en irónica alusión al apurado desembarco.
Pero la decisión le valió a González, la continuidad en su puesto de Vice 1ero. Al tiempo, el resto de las huestes duhaldistas, comandadas por Osvaldo Mércuri y Juan Gariboto, se integraron al bloque “PJ-FpV”.
En 2007 el dirigente de Ituzaingó se consolidó en el nuevo armado, y fue electo presidente de la Cámara Baja, en tanto Mércuri se ubico en la vicepresidencia, con la doble firma correspondiente.La mesa chica se completaba con nombres ya conocidos, como Julián Domínguez, Fernando "chino" Navarro, y Raúl Pérez (ambos del sector "felipista").
González nunca alteró su bajo perfil político, de hecho jamás intentó apostar a la gobernación, o la vice, pero siempre aspiró a convertirse en la figura estelar del ámbito parlamentario.
Por eso, durante su presidencia, que fue reeditando cada dos años, ordenó el horario y los días de sesión, para evitar las madrugadas, y las pausas de meses en la actividad parlamentaria.
También comenzó a difundir la actividad legislativa puertas fuera del palacio, y a promocionar las leyes que se iban votando. En la interna, esto generó alguna burla, apodos como “el general”, y hasta algún malestar por la nueva estructura. Pero en los hechos, a González le permitió jugar la verdadera carta de supervivencia. Con el correr de los años, desde su despacho de la presidencia, conecto con cada diputado, convirtiéndose a paso de hormiga, en el “garante” de los acuerdos.
La irrupción de la Cámpora en el universo del oficialismo parlamentario, generó un fuerte cimbronazo, aunque no lo dejó fuera de juego. De inmediato, se alió al camporista designado como vicepresidente, José Ottavis. La actitud diplomática y desprovista de pasión, le permitió a González pasar del duhaldismo al kirchnerismo sin inconvenientes, y pintarse de naranja o quitarse esa camiseta, cuando la corriente K lo establecía.
Ahora, luego de haberse asegurado el primer lugar en la lista parlamentaria de la primera sección, espera sostener un acuerdo con Aníbal Fernández, en caso de que gane la gobernación bonarense.
El presidente de Diputados, se metió de lleno en la campaña, y acompaña a varios de los candidatos del oficialismo en la primera sección. Siempre con el slogan, “Scioli presidente, Aníbal gobernador”. Según indican fuentes parlamentarias, su posible continuidad está atada a varias características positivas del diputado.
Su alto conocimiento del presupuesto y la estructura de la Cámara, su vínculo con todos los bloques opositores, y su buena relación con las diferentes vertientes del oficialismo, que van desde el PJ territorial, los movimientos sociales, y la Cámpora.
“Las victorias de Daniel Scioli en la nación y de Aníbal Fernández en la provincia de Buenos Aires significarán profundizar políticas de inclusión que dieron bienestar a nuestro pueblo" aseguró González, este miércoles 30 de septiembre, durante un acto en San Miguel.
Allí acompañó al candidato a intendente, y funcionario sciolista, Franco La Porta.