RIÑA POR LA VICEPRESIDENCIA II

ECO: cuatro nombres para un lugar que aún no está garantizado

Diputados de peso del frente electoral tienen interés en ser autoridades de la Legislatura porteña pero no hay consenso interno para elegir a un candidato.

El frente ECO aún no decidió cómo encarará el último trimestre del año en la Legislatura de la Ciudad ni cómo votará la diversa cantidad de proyectos que el Ejecutivo porteño presentó y está decidido a aprobar antes del recambio legislativo del 10 de diciembre.

 

La reunión de la semana pasada sirvió para verse las caras y avanzar en la unión de los distintos espacios que conforman el frente y evitar ser el nuevo UNEN, que terminó por dinamitarse por los cruces hacia el interior del heterogéneo espacio.

 

La heterogeneidad de ECO sigue presente actualmente en la Legislatura porteña pero, según pudo recopilar Letra P, todos los referentes de los partidos políticos de la coalición aseguraron, en ese encuentro en El Viejo Almacén, que garantizarán la unidad para ser segunda minoría y plantarse como oposición al PRO.

 

De todas formas, todos los que integran ECO se preguntan cuándo Martín Lousteau los convocará a una próxima reunión. Quieren que se dejen atrás los saludos protocolares y se comience a discutir posiciones ante la catarata de expedientes del Gobierno porteño y, también, la repartición de cargos de fin de año.

 

Además de disputar lugares en organismos autónomos como la Auditoría General de la Ciudad y el Consejo de la Magistratura, los integrantes de ECO quieren pelear por la vicepresidencia II de la Legislatura porteña.

 

El reglamento habilita a la segunda minoría a disponer de ese cargo interno del edificio de Perú 160 pero, en otras oportunidades, los acuerdos políticos pesaron más que las normativas. Todo dependerá de si la coalición de centroizquierda se mantiene en unidad o no.

 

Además, otro factor clave será el rol del PRO. El oficialismo está encaminado a cerrar los acuerdos con el Frente para la Victoria y eso podría ir en desmedro de la estrategia de ECO. “Son más verticales”, repiten los macristas para argumentar la decisión de avanzar en negociaciones con los kirchneristas.

 

Por ahora, hay cuatro nombres que circulan como eventuales candidatos a ocupar la vice II que, en los hechos, no hace más que presidir las sesiones cuando el vicepresidente 1 decide volver a su banca para hablar en el recinto. Como hacen hoy por hoy el macrista Cristian Adrián Ritondo y el peronista Juan Carlos Dante “Canca” Gullo.

 

Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, es actualmente vicepresidente tercero del Parlamento y tiene intenciones de subir un escalón y ser el vice II el año próximo. Es uno de los diputados con más experiencia dentro del frente ECO, responde a Elisa Carrió y el diez de diciembre inicia su segundo mandato.

 

La actual diputada porteña de Confianza Pública Graciela Ocaña también exhibiría sus pergaminos para integrar ese cargo. Tiene una aceitada relación con el oficialismo porteño y, a diferencia del resto, ha participado de elecciones y se ha asegurado un porcentaje de apoyo del electorado.

 

El legislador Hernán Rossi ya les avisó a sus colegas de ECO que quiere ser el vicepresidente II en representación del frente. Cuenta con el aval del radicalismo y con un plus: su bloque será de cuatro diputados y podría ampliarse a seis si las legisladoras que responden a Lousteau se acoplan. Hasta ahora, el bloque SUMA + aglutina a dos radicales y a María Inés Gorbea, del riñón del economista, y es parte del interbloque ECO.

 

Otro que está en carrera es el socialista Roy Cortina, que entrará al Parlamento el 10 de diciembre. Por su trayectoria política, por su previo paso por la Legislatura y porque tiene vínculo con el resto de la oposición, se descuenta que puede integrar la vicepresidencia.

 

Toda esta situación está supeditada a la discusión acerca de cómo se plantará ECO en el recinto porteño. En estos momentos funciona como bloque y, desde que se fue Gustavo Vera, los cortocircuitos bajaron y hay similitudes  a la hora de votar. El esquema de interbloque permite que haya varios bloques que sumados funcionen como uno y, de esa manera, puedan presionar en la repartija de cargo y en las sillas de las autoridades del Parlamento.

 

Si ECO decide mantener el interbloque, es lo que todos descuentan que sucederá, tendrá seis bloques: UCR, Partido Socialista, Coalición Cívica, SUMA +, Confianza Pública y Partido Socialista Auténtico. Podrían ser cinco si las legisladoras que responden a Lousteau, María Inés Gorbea y Natalia Fidel, se incorporan al radicalismo o arman un bloque común que contenga a ambos espacios.

 

Con esa cantidad de bloques separados y unidos al mismo tiempo, no habrá lugar para un único jefe de bloque que lidere a ECO, algo que se sugirió pero a lo que nadie quiere llegar. Cada bloque prefiere mantener su autonomía pero “articular” en conjunto para correr al kirchnerismo y plantarse como segunda fuerza porteña.

 

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