Las PASO de Cambiemos en Mar del Plata fueron tormentosas. Vilma Baragiola quedó muy dolida tras el cierre de listas, coqueteó con el massismo y terminó perdiendo. Carlos Arroyo es el único candidato y el recuerdo de su pasado relacionado a la dictadura vuelve a estar latente por estos días.
Arroyo es concejal y ha sido noticia en todos estos últimos años por sus proyectos y declaraciones polémicas. Sus ideas se caracterizan por ser muy controversiales, generando rechazo en varios sectores.
Por ejemplo, luchó por prohibir las murgas y batucadas y hasta quiso darles armas a los guardianes de las plazas y a los guardavidas, en las playas.
Pero lo que a Arroyo más lo atormenta es cuando le preguntan acerca del papel que jugó durante fines de los setenta en nuestro país. “No me jodan más con la dictadura. Piensen lo que quieran, a mí me contrató el municipio para arreglar un semáforo”, dijo tras ganar las PASO de agosto, visiblemente enojado.
“En lo que el gobierno llama dictadura, hubo un sistema judicial, un sistema escolar, el Estado siguió funcionando y esto es así”, le explicó tiempo atrás al portal marplatense 0223 cuando le preguntaron algo similar.
Arroyo fue noticia cuando se opuso a un reconocimiento al músico Manu Chao, ya que según él, el cantante ex Mano Negra “tiene determinadas ideas anarquistas”. En esa ocasión llegó a decir que el francés "está en contra de la organización del Estado. En dictadura, por lo menos hay Estado... peor es la nada". Arroyo hasta tiene una denuncia en su contra de la DAIA en los noventa, ya que se lo acusó de tener símbolos nazis en su despacho.
Cada vez que el hoy candidato de Mauricio Macri en Mar del Plata realiza este tipo de declaraciones, en aquella ciudad balnearia salen al cruce recordando que fue candidato del Partido Popular de la Reconstrucción -un sello del ex militar carapintada Gustavo Breide Obeid-, para luego responder a Luis Patti -condenado por delitos de Lesa Humanidad-.
El líder del PRO sabe de la popularidad y del perfil de quien ganó la interna de su alianza Cambiemos, y por eso tiene en claro que en estos dos meses de campaña la lupa estará puesta en sus declaraciones y su accionar.
Si quiere destronar a Gustavo Pulti tiene que atender esta cuestión, generándole así un nuevo dolor de cabeza que data desde antes de las elecciones, cuando la radical Baragiola salió dolida del cierre de listas, muy enojada con el PRO.