No tardaron en llegar los cuestionamientos al anuncio del nuevo piso salarial que, a partir de agosto, será de $6060, e implicará un “incremento del 2900 por ciento”, según indicó el ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada.
"Nos reunimos por décima segunda vez y tenemos el orgullo de que por octavo año consecutivo lo cierra la presidenta de la Nación, para que se vea la importancia que nuestro gobierno le da a las instituciones del trabajo", enfatizó el funcionario nacional, en referencia al reunión mantenida en el Consejo del Salario.
Pero el énfasis que el Gobierno mostró tras la fijación del nuevo piso, quedó desteñido con las críticas vertidas desde la CGT oficialista. "Un trabajador tiene que ganar $9 mil para tener una vida digna", contrapuso esta mañana el metalúrgico Antonio Caló, y aseguró que la cifra anunciada “no alcanza para vivir dignamente”. Fuerte embestida de quien, se piensa en la Rosada, debería analizar con mayor cautela la fijación del mínimo salarial.
"Dignamente, arriba de 8.500 pesos, sin tirar manteca al techo", agregó, aunque intentó poner un manto de calma al ponderar lo hecho en ese sentido por el matrimonio Kirchner: “hasta el 2003 estuvo clavado en 200 pesos, hasta que llegó Néstor Kirchner a la Presidencia”.
En tanto, se aguarda por la conferencia de prensa que brindarán este miércoles los sindicalistas Pablo Micheli y Hugo Moyano, enemistados con la Nación, y a la espera de un guiño de Scioli –sobre todo el líder de Camioneros- para recomponer el lazo cortado y unificar el movimiento obrero.