El domingo 5 de julio la fórmula Mariano Recalde – Leandro Santoro, que presentó el Frente para la Victoria para disputar la Jefatura de Gobierno, se quedó con el 21,91 por ciento de los votos de la Ciudad de Buenos Aires y sacó el menor porcentaje de sufragios del espacio en ocho años.
Además, los más de 65000 votos de diferencia con el candidato de ECO, Martín Lousteau, lograron que el kirchnerismo dejé de ser la segunda fuerza porteña, lugar de privilegio con el que contó sin interrupciones desde el año 2007.
Recalde llegaba a la elección general de la Ciudad con el objetivo de quebrar todos los pronósticos y quedar en el segundo lugar para disputar el ballotage con el macrismo, como sucedió en las dos oportunidades con la candidatura del ex senador Daniel Filmus.
No obstante, a diferencia de los comicios previos, la elección de la Ciudad no se polarizó entre el PRO y el FpV, ya que ECO apareció como una tercera opción y cortó con ese contexto de polarización al que los porteños se habían acostumbrado.
Entonces, los 400522 votos que consiguió el binomio kirchnerista no alcanzaron para entrar a la segunda vuelta, que disputarán el 19 de julio Horacio Rodríguez Larreta (PRO) y Martín Lousteau (ECO).
Por el pobre resultado obtenido en la elección, el kirchnerismo perdió cuatro diputados en la Legislatura porteña y nueve en las juntas comunales en las que está dividida la Ciudad de Buenos Aires.
A partir del diez de diciembre, el Frente para la Victoria tendrá un bloque de diez legisladores aunque sumará a sus tres aliados (Nuevo Encuentro, Sindical Peronista y Seamos Libres) para formar un interbloque. De un interbloque de 17 diputados pasará a uno con 13 miembros, dejando el lugar de segunda minoría al frente ECO, que tendrá 14 legisladores.
En tanto que el macrismo contará con un bloque de 27 legisladores y la aliada Cristina García de Aurteneche, que suele acompañar las iniciativas de la fuerza mayoritaria del recinto porteño.
A su vez, el kirchnerismo era segunda fuerza en las comunas de la Capital Federal, que entraron en vigencia en el año 2011 y sus representantes vencen su mandato en el mes de diciembre. Ahora, compartirá la misma cantidad de representantes comunales con ECO. El FpV ponía en juego 34 espacios en las distintas Juntas Comunales y perdió 10, quedándose con 24.
Por otro lado, el PRO, que ejercerá la presidencia todas las Juntas Comunales, logró ubicar 57 autoridades comunales de un total de 105. En 2011, Proyecto Sur hizo una gran elección el distrito y la fórmula Fernando “Pino” Solanas – Jorge Selser sacó un 12,82% de los votos. Ese porcentaje posibilitó el ingreso de 4 legisladores porteños y una quincena de diputados pero, con el tiempo, el espacio del cineasta se pulverizó y fue perdiendo diputados y juntistas comunales que derivaron en espacios de centroizquierda o en el Frente para la Victoria.
En la Legislatura porteña, Claudia Neira formó un monobloque para luego sellar su pase definitivo al kirchnerismo. Lo mismo hizo Julieta Costa Díaz, que ingresó a la Junta Comunal N°13 bajo el sello de Proyecto Sur y luego pasó al Socialismo para la Victoria, que se encuadra dentro del FpV.
Esa disgregación de comuneros y diputados logró que el espacio se achicara considerablemente. En 2014, el único legislador que tenía, Javier Gentilini, se pasó a las filas del Frente Renovador. Como no presentó candidatos propios en ninguna categoría, Proyecto Sur se quedará sin representación en la Capital Federal.
Relegado al tercer lugar en la elección y en el reparto de cargos de la Ciudad, el Frente para la Victoria dio libertad de acción a sus votantes y, para respetar el leitmotiv de la campaña, Recalde expresó que “seguimos viendo a dos candidatos que forman parte del mismo proyecto político”. “Más que un ballotage lo que tenemos por delante es la resolución de una interna de la alianza partidaria Cambiemos”, agregó el titular de Aerolíneas Argentinas.
La mala elección de Recalde repercute hacia dentro del kirchnerismo porteño y sus distintas vertientes. La mayoría de los comuneros que el espacio perdió son de La Cámpora, aunque también hay del Movimiento Evita e incluso del Partido Justicialista. A su vez, los pobres resultados golpean al siempre cuestionado PJ porteño, en manos del sindicalista Víctor Santa María.
El titular del Partido Justicialista fue el principal impulsor de la candidatura y hasta cruzó un límite: operaba en beneficio de Recalde ninguneando a Juan Cabandié, el otro candidato para la Jefatura de Gobierno que se quedó afuera de la disputa interna por su alto índice de imagen negativa en la Ciudad de Buenos Aires. Así las cosas, el titular del SUTERH quedó como el mariscal de la derrota dentro del amplio y heterogéneo espacio del FpV porteño.