No paran las turbulencias en la Cámara Federal de Casación Penal. A la remoción del juez Luis María Cabral, la pelea de Juan Carlos Gemignanni con Ana María Figueroa, la llegada de conjueces y los recelos contra Mariano Borinsky por haber continuado en su subrogancia, ahora se suma otro malestar porque vuelve a instilarse la idea de que el camarista Gustavo Hornos sería designado procurador general en un eventual gobierno del Pro.
Por ahora es una versión que se encargan de echar a correr los jueces Liliana Catucci, Eduardo Riggi y el propio Borinsky que pasó de ser cercano a Hornos a una pelea total aunque nadie sepa bien el motivo de la misma.
En la Sala IV se cuenta que Hornos recela del alto perfil de Borinsky que escribe libros sobre estadística penal (hay quien dice que los escriben sus empleados) y luego los presenta en el programa de Alejandro Fantino.
Hornos viene firmando duros votos contra el kirchnerismo que ve al camarista como demasiado vinculado a los sectores de la SIDE que salieron perdiendo con la salida de Jaime Stiusso.
Dentro del Pro tiene banca propia y se dice que entre sus promotores estaría el propio Nicolás Caputo que recibió recomendaciones sobre Hornos desde el emporio Ledesma. Hornos revocó el procesamiento contra Carlos Blaquier en la causa del apagón que investigaba crímenes de lesa humanidad.
También tendría buena imagen cerca del binguero Daniel Angelici pero también de Fabián Rodríguez Simón, los dos lobistas judiciales que trabajan para la candidatura de Macri.
Como es ambicioso desde joven, Hornos se graduó en una universidad privada pero luego sacó el titulo de Derecho de la UBA para acatar el reglamento de la Corte Suprema que solo admite integrantes con títulos de universidades nacionales.
Con buena llegada al empresariado y una cobertura aceptable de los medios de comunicación que cubren la actividad judicial, Hornos mantiene una enemistad permanente con casi todos sus colegas. Recientemente se habría acercado a Figueroa pero con el objetivo final de lograr que esta le suelte la mano a Cabral, cuando e l juez pasaba por su peor momento.
En privado, Cabral sostiene la hipótesis de que Figueroa, su antigua ladera, lo terminó traicionando. Hornos nunca tuvo buena opinión de Cabral. “Se hace el opositor pero es medio K”, les dice a los que lo visitan en la Casación.