El juez Javier López Biscayart pasó de ser uno de los adversarios más temibles para el kirchnerismo en la justicia, a convertirse en uno de los predilectos de Carlos Zannini, posible próximo vicepresidente en caso de que Daniel Scioli se alce con un triunfo en la última semana de octubre. Es tal la afinidad, que otros magistrados ya se le acercan porque dan por descontado que sería un buen puente hacia el despacho del “Chino”.
De gestos solemnes, forjó durante años una reputación de duro pero en cuanto tuvo que investigar a Carlos Liuzzi se pasó al lado del garantismo: es lo único que explica que el número dos de Zannini no haya sido ni siquiera citado a indagatoria. El camarista de su fuero, Marcos Grabivker, eterno lobbista para acceder a la Corte, le atribuye una gran cintura que le habría permitido utilizar el desmadre de Liuzzi en su favor para escalar en el concurso por la única vacante que queda en la Cámara Federal.
Liuzzi es la antítesis del modelo de funcionario que Zannini valora. De todos modos, siempre lo tiene cerca, sin importar su dúplex en Puerto Madero, los autos de alta gama y otras excentricidades.
En la carrera por la Cámara, los actuales integrantes de la Sala I, Eduardo Freiler y Jorge Ballestero, primero lo miraban con mala cara y apostaban todas sus fichas por Sebastián Casanello que fue su secretario pero ahora, a partir de la buena onda con Zannini que se terminó de gestar en enero en una ciudad balnearia, lo aceptan sin problemas. No importa que sea enemigo de Ricardo Echegaray, que lo recusa en todos los expedientes que puede.
El caso más reciente es el de las cuentas suizas del HSBC. La recusación fue presentada por la AFIP luego de que López Biscayart resultara sorteado para hacerse cargo de la causa, tras el alejamiento de la jueza María Verónica Straccia, quien argumentó "razones personales" al justificar su decisión.
A pesar de su fase antikirchnerista, los empresarios no lo quieren porque le atribuyen maniobras extrañas y desconfían de su amistad con el financista Marcelo Bragagnolo, ex directivo del Citibank y que tuvo duros enfrentamientos durante el gobierno de Néstor Kirchner.