El ex presidente del Consorcio de Gestión del Puerto Quequén le respondió al subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Horacio Tettamanti, que días atrás había asegurado que los puertos “se caen a pedazos”.
"Los puertos argentinos se caen a pedazos, se nos está cayendo a pedazos el puerto de Puerto Madryn, se nos caen los puertos que no pudieron dragar y se nos están derrumbando los muelles", había disparado el funcionario nacional, generando una polémica en el sector.
En este sentido, quien recogió el guante y analizó no sólo aquellos dichos sino también el panorama fue José Luis De Gregorio, el ex responsable de la gestión del Puerto Quequén. “Todos los puertos de la provincia son operativos, están operables”, retrucó en diálogo con Letra P.
“No podés decir que los puertos se caen a pedazos; no es así, y de esta forma alejás las inversiones”, respondió, remarcando que en Quequén recibieron una inversión millonaria que “no hubiese sido posible si los puertos se caen a pedazos”.
Así, De Gregorio apuntó contra Tettamanti y apuntó que “su gestión no fue feliz; si después de tres años dice que los puertos se caen a pedazos, quiere decir que su actuación no fue la mejor. No hay una política portuaria”. “Tettamanti es un ingeniero que no interpreta los puertos”.
Además, propuso un cambio que debe pasar primero por el Congreso para que lo instrumente Nación, como por ejemplo como pasa en Brasil, en donde los puertos dependen de la Presidencia. “En un puerto interactúan Aduana, Senasa y Prefectura; hay transporte, obras públicas y demás; es una interrelación de actores muy grande, como también la investigación científica”, expresó.
“La ley de puertos con la que estamos actuando salió en la época de Cavallo, está totalmente desactualizada”, sintetizó.
Por su parte, cabe recordar que Tettamanti ya había cometido un exabrupto tiempo atrás, cuando en el marco de las denuncias en contra del titular del SOMU Omar "Caballo" Suárez disparaba que “esas dos mierdas de La Nación y de Clarín, permanentemente bombardeando con desesperanza, con desazón y noticias inclusive falsas”, haciendo una advertencia: “a Omar no lo van a poder agarrar”.