La reacción social, que se tradujo en el pronunciamiento de los tres poderes frente a varios de los fallos de los jueces de Cámara, Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués, parece culminar con la renuncia de los dos magistrados.
Si bien los jueces tenían en curso un jury de enjuiciamiento, por un fallo de 2011 donde le bajaban la pena a un condenado por abuso sexual, el escándalo salto a raíz de otra de sus decisiones judiciales.
Se trata del caso del dirigente del club Florida, de Vicente López, Mario Tolosa, condenado en primera instancia a seis años de prisión por la violación de un chico de seis años, pena que los camaristas de Casación redujeron a la mitad al quitar el calificativo de "gravemente ultrajante" al abuso, por considerar que el menor ya había sido violado por otro adulto y presentaba una "orientación sexual homosexual definida".
La Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), junto a otras organizaciones, expusieron el caso en los medios y el título “jueces bajan la pena a un violador por considerar que la víctima es gay” estalló sin remedio.
La expansión se activó a partir que se conocieron otros fallos similares de los camaristas. Y la repercusión llegó al ámbito académico, donde la Federación Universitaria de La Plata (FULP), decidió pedir el juicio académico contra Piombo. Se pedía que el juez fuera apartado de la titularidad de las cátedras de Derecho Internacional Público y Derecho Internacional Privado. En medio del escándalo, Piombo decidió renunciar a estas tareas académicas.
Mientras, desde el Senado provincial, la jefa del bloque Cristina Fioramonti, reeditó viejas denuncias contra los magistrados. Hicieron lo propio desde todos los bloques políticos y el vicegobernador, Gabriel Mariotto, pidió el apartamiento "en forma perentoria de los jueces dada la gravedad institucional de lo sucedido y la existencia de una causa preexistente".
El jefe del Senado se refería al juicio contra los magistrados que está en curso y refiere a un fallo de 2011, cuando Piombo y Sal Llargues redujeron la condena por violación a menores a un pastor evangélico, que había abusado de varias chicas de su comunidad. En ese caso, los camaristas consideraron un atenuante el hecho de que las víctimas eran de "bajo nivel social" y que en el ámbito en el que vivían, una villa de emergencia, eran “usuales” este tipo de relaciones.
Ante la posibilidad, casi inevitable, de que el jury los dejara fuera de la Justicia, los magistrados decidieron avanzar con su renuncia. Según indicaron a Letra P fuentes confiables, Piombo y Sal Llargués, habrían informado su decisión al titular de la Suprema Corte de Justicia de la provincia, Juan Carlos Hitters.
Los argumentos que expusieron se basan en el hecho de considerar que quedaron solos, abandonados por los poderes del Estado y sin la tutela siquiera del ámbito académico.
Entienden que el jury en curso, y los que están por iniciarse, van a resultar desfavorables y prefieren retirarse por propia voluntad, para conservar los beneficios del ámbito judicial.
Cuentan que “no hubo autocrítica, ni arrepentimiento”, sino la necesidad de evitar un escándalo mayor.
Se espera entonces, que en los próximos días se dé a conocer la noticia, que desactivará las causas iniciadas en su contra.