Osvaldo Marasco y Gabriel Pozzuto son los que buscan dar pelea en el distrito que maneja Alberto Descalzo desde que se creó. En un ida y vuelta dialéctico, intentan posicionarse para agosto en un partido que históricamente le costó hacer pie en el conurbano bonaerense a pesar de tener varios referentes.
Es así que en la zona oeste, una de las regiones más populares de la provincia de Buenos Aires, el PRO debe que resolver cuestiones urgentes para no quedar detrás del Frente para la Victoria.
La presencia de Pozzuto es la que la mayoría de los dirigentes del espacio entienden como menor, aunque admiten que fue uno de los primeros que intentó demostrar fuerza en Ituzaingó. Con base en Morón, y de relación con Ramiro Tagliaferro (esposo de María Eugenia Vidal), sabe mantener línea con algunos referentes de la mesa chica aunque no termina de cuajar.
“Marasco es el candidato de Mauricio. Hoy, Pezzuto no tiene banca”, le reconoció un alto dirigente que trabaja en ese distrito. Respaldado por Jorge Macri y Emilio Monzó, Marasco avanza lentamente a quedarse con todo para competir con Descalzo.
Con pasado cercano a Francisco de Narváez, en 2011 encabezó una dura campaña por conocer muy bien el entorno del caudillo justicialista. Entre 2003 y 2007, supo manejar la Secretaría de Infraestructura municipal. “Descalzo me defraudó humanamente”, decía junto al colorado, hoy en las filas del Frente Renovador.
Ese momento desató la bronca del intendente, aunque todo se quedó en frases. A finales de abril, Vidal fue hasta el distrito y se mostró con el ex funcionario comunal, que saca ventaja en la pelea chica: “Desde que llegó al partido, manejó todo mejor”.
La diferencia comienza a notarse y es cuestión de tiempo, según entienden, que Pozzuto abandone la postulación.