Horacio Massaccesi no abandona su empecinada idea de volver a gobernar Río Negro. Siempre en el ojo de la tormenta por los hechos insólitos que marcaron sus gestiones, sumado a los acuerdos con Alberto Weretilneck que condicionaron la vida política de la provincia, vuelve a caminar municipios para mostrarse como la mejor opción.
En ese proyecto, que utilizó la victoria de José Luis Foulkes en Viedma para mostrarse como el responsable de la misma a pesar de que el juego con el Ejecutivo, más el apoyo clave del Frente Progresista, fueron determinantes. Es así que por estas horas busca reinstalar el slogan “Corazón Ríonegrino”, una muestra de que puede regresar a la discusión por el poder.
Acompañado de Natalia Hermida, una joven militante de la zona atlántica, trata de llevar el mensaje a esos distritos que mantienen la esencia radical y no quieren darle espacio a Miguel Ángel Pichetto. “Nadie gestionará nuestro destino por nosotros. Tenemos que recuperar el trabajo, el esfuerzo y la lucha. Con Natalia Hermida y la fuerza de la juventud, queremos reconquistar esos valores”, dijo luego de una foto con su vice.
Pero el deseo de Massaccesi es difícil de complacer. Su rol como titular del partido desató una interna que llegó hasta la Legislatura. Como informó Letra P, el diputado Bautista Mendioroz, uno de los que dieron el portazo y se fueron con Magdalena Odarda, trabaja para que el sector más “progresista” del espacio acompañe a la Senadora.
Sin olvidarse del consenso para retener la capital, que apaciguó hasta el 4 de mayo la pelea (que según cuentan es casi imposible de resolver), las perspectivas son desfavorables. En diálogo con este portal, Mendioroz habló de una situación “difícil” de remontar. “Tenía opositores en mi espacio y sólo se sinceraron porque el radicalismo decidió armar una comisión para cerrar un acuerdo con el Gobernador”, decía el ex titular del bloque morado.
Siempre atentos a sus rivales, los armadores del Frente para la Victoria codificaron el escenario porque saben que la estructura disgregada del radicalismo puede beneficiarlos. Hábil, Pichetto instaló que el 3 de mayo no significó una derrota para él a pesar de que su hijo no pudo adueñarse del Municipio y publicó un mapa con el porcentaje de los votos que el justicialismo obtuvo que terminó de coronarse en el apoyo de Cristina Fernández de Kirchner en General Roca, donde el peronismo buscó mostrarse unido.
Ante eso, Massaccesi apuesta todo a reflotar la identidad con la histórica lista 3. “Queremos recuperar las ideas de trabajo y fuerza para encaminar la provincia en el progreso”, contaba luego de una reunión con representantes del Valle Medio. Por estas horas transita la zona andina, que tiene en San Carlos de Bariloche un escenario clave para cualquier candidato, aunque el tiempo (y las encuestas) le son desfavorables.