Política

Macri busca que le cierren cuanto antes el caso de las escuchas

Dura bajada de línea a sus abogados y un pedido a su operador de confianza. El extraño rol de la Cancillería. La Sala I, un ambiente hostil, más cerca del naranja que del amarillo.

Envalentonado por el triunfo del domingo, Mauricio Macri envió a su círculo primario la orden de trabajar para cerrar de una vez por todas la causa por las escuchas ilegales en el Gobierno porteño. “No puede ser que ellos (por el kirchnerismo) ya se olvidaron del tema de Nisman y yo todavía arrastro esta cama que me armaron”, le habría confiado el líder del PRO a Fabián Rodríguez Simon, abogado que oficia como uno de sus nexos con la Justicia.

 

El problema es que la llave del caso ya no estaría en Tribunales. Antes de definir el sobreseimiento de Macri, el juez Sebastián Casanello requirió información a una empresa de seguridad de Estados Unidos, que supuestamente habría intervenido en las operaciones que ordenaba Ciro James desde el Ministerio de Educación que dirigía en ese entonces Mariano Narawdosky.

 

Esa información solo se entrega vía exhorto judicial. Lo cierto es que ese documento todavía no salió de la cancillería. Está allí a la espera de una traducción que una vez finalizada corren plazos de 60 días para el envió a Estados Unidos. Una vez allí la empresa tiene otros 60 días para terminar de responder. En conclusión, si el apego a este reglamento fuera tal,  el caso de las escuchas podría perseguir a Macri por lo menos hasta las primarias de agosto.

 

La definición está pendiente en la Sala I de la Cámara. La semana pasada los abogados de Macri ya preguntaron cómo venía la situación y la respuesta de la secretaria de la Sala fue que hasta que no lleguen los datos de Norteamérica será difícil firmar el sobreseimiento, especialmente porque fueron los mimos camaristas quienes pidieron esas precisiones finales.

 

La Sala I es poco amigable para con Macri. Además del hecho de que confirmaron todo lo escrito en su momento por Norberto Oyarbide (que procesó a Macri), el ingeniero no tiene amigos en ese tribunal. Eduardo Freiler tiene diálogo frecuente con Carlos Zaninni, Jorge Ballestero es cercano a Daniel Scioli y Eduardo Farah le debe su cargo a la llamada “escudería Stiuso”. Apenas estalló el caso Nisman, Macri salió rápido a instalar la idea de que él también había sido una víctima de la SIDE y de Stiuso. No es un buen antecedente en un momento cargado de definiciones.

 

Javier Milei y Toto Caputo.
Javier Milei junto a gobernadores en Tucumán.

También te puede interesar