“En esta la provincia tiene las de ganar”, afirmaron desde el Ejecutivo cuando se los consulta sobre los pasos a seguir en el conflicto que mantienen con el gremio docente de la FEB. La ecuación para ellos es sencilla: apostar al desgaste de un gremio, que está solo en su pelea, ya que el resto del Frente, con Suteba como principal accionario, aceptó la oferta.
Al plan de desgaste se suman otros condimentos, como la amenaza de descontar los días de huelga. Y la certeza de que no volverán a convocar al gremio díscolo.
Saben además que los dirigentes de la FEB, comandados por su titular Mirta Petrocini, han perdido cierto control en el mando. En el último encuentro, convocado por el Ministerio de Trabajo (el miércoles 4), la discusión transitó por vías muy diplomáticas. Al punto que se escuchó a la sindicalista aceptar respetar un tiempo antes de anunciar nuevas medidas de fuerza. A cambio, el Gobierno había ofrecido gestionar la posibilidad de un rediseño de la oferta. Pero la paz duró poco y Petrocini, condicionada por el voto mayoritario de su gremio, anunció la huelga de tres días.
“Nosotros no los vamos a convocar, y no se cuánto van a poder sostener este paro”, indicaron desde el Ejecutivo. Cerca de ellos, Roberto Baradel, titular de Suteba, suma algunos porotos a la causa. Claro que lo hace desde el bunker cristinista. La afiliación del gremialista al kirchnerismo fue explícita y su aval a la propuesta, según relatan, tiene que ver con una venia de la Presidenta. Mucho ayudaron al sciolismo, los tuits en los que Baradel defendió la oferta y tildó de mentirosos a los representantes de la FEB.