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La guerra de declaraciones desatada entre el sciolismo y el randazzismo en los últimos días no hizo más que alimentar aún más la hipótesis de que Florencio Randazzo y Daniel Scioli se medirán en la interna del Frente para la Victoria en agosto. Si en las huestes del gobernador bonaerense pensaban, hasta hace poco tiempo, que la candidatura del ministro era una prueba que tenía como destino final la provincia de Buenos Aires, las señales de la Presidenta y una encuesta que circula por la Casa Rosada terminaron de confirmar que la posible disputa se vuelve cada vez más real.
Las señales de Cristina Fernández de Kirchner hacia el ministro se acumulan desde principio de año como una seguidilla que los dirigentes kirchneristas – incluso aquellos con aspiraciones nacionales – empiezan a leer como un aval a su candidatura. Que el único anuncio fuerte de la Presidenta en la apertura del año legislativo fuera la estatización de los trenes y las constantes apariciones públicas de Cristina junto a Randazzo abonaron la teoría.
El sciolismo empezó a leer los gestos. Si el gobernador era, hasta hace poco tiempo, el candidato puesto del kirchnerismo por tratarse del que mejor mide en las encuestas, esa tendencia empezó a revertirse, lo que explica las reacciones del entorno de Scioli contra el ministro. Una encuesta hecha en todo el país por una importante consultora que se maneja desde hace pocos días en el primer piso de la Casa Rosada muestra un crecimiento de más de 20 puntos de Randazzo en el último año. Además, indica que cada vez más gente identifica al ministro como “el candidato de Cristina” y auspicia casi un empate técnico en la interna del Frente para la Victoria.
Aunque otros sondeos descartan de plano esa tendencia y siguen mostrando a Scioli como el candidato con mayor intención de voto esos datos empezaron a preocupar al sciolismo y el gobernador puso en marcha una recorrida por municipios amigos para asegurarse la tracción de votos de los intendentes. Aunque los mandamases del conurbano y también los gobernadores peronistas tienen en su mayoría afinidad con Scioli esperan una pronta definición de la Casa Rosada, sea cual fuere. “Quieren que les digan ya quién es el candidato, pero esperan que sea uno solo”, dice un operador de trato cotidiano con intendentes. Los históricos del conurbano apostaban a la unidad que se tradujera en una boleta con Scioli como candidato a presidente y Randazzo en la gobernación. Algo que parece cada vez más imposible.
En la danza para la provincia están anotados Fernando Espinoza y Diego Bossio aunque el encuentro de Martín Insaurralde con Scioli lo volvió a poner en la lista de posibles candidatos. Sin embargo, en la Rosada aseguran que no hay ninguna chance de que eso suceda. “A Insaurralde lo fue a rescatar Scioli por las dudas, por si Cristina lo deja sin la interna y tiene que jugar por afuera. Si es así, va a necesitar un candidato a gobernador. Pero si Scioli es candidato del Frente para la Victoria, Insaurralde no tiene ninguna chance de participar. Después de lo que hizo, el coqueteo con (Sergio) Massa, en la Rosada no lo quieren ni ver”, dice una fuente del riñón del kirchnerismo.
La posibilidad de que el gobernador se quede afuera de la interna del FPV es algo que barajan – aunque como algo remoto – varios dirigentes K, que aseguran que el gobernador está buscando algún sello partidario “por las dudas” de que eso suceda. Inclusive dentro del sciolismo hay quienes cuentan que el gobernador mandó a bajar el “tono de confrontación” con Massa, después de que corriera el fuerte rumor de que el líder del Frente Renovador podria desistir de ser candidato a presidente para jugar en la provincia de Buenos Aires.
Mientras mira el tablero, la Presidenta juega sus fichas. Sus menciones a Randazzo y a Julián Domínguez durante su discurso el 1 de marzo ante la Asamblea Legislativa fueron leídas por parte del kirchnerismo como la intención de Cristina de armar una dupla para las PASO con Randazzo como candidato a presidente y Domínguez como gobernador. Aunque históricos rivales políticos en la provincia de Buenos Aires, ahora Randazzo y Domínguez parecen haber encontrado sintonia. En las últimas semanas compartieron actos, se sacaron fotos juntos y pasaron por las mismas localidades – como Hurlingham- con espacio de pocos días.
El presidente de la Cámara de Diputados todavía está anotado en la carrera presidencial a la espera de las definiciones de Cristina, aunque camina sin parar la provincia. Domínguez, un histórico del peronismo bonaerense, es uno de los pocos que le podría garantizar al Gobierno la conducción de los dirigentes del PJ local, que desconfían del armado del kirchnerismo duro reflejado en el camporismo. En contrapartida, hace tiempo que Randazzo no participa de la vida del PJ bonaerense. Durante todo 2014 pegó el faltazo en las reuniones organizadas por Espinoza, en las que sí estuvo Scioli. A la par de Domínguez quedan otros presidenciables que también esperan la decisión de Cristina. Aníbal Fernández, Sergio Urribarri, Agustín Rossi y Jorge Taiana siguen de campaña hasta tanto la Presidenta lo permita.
Además de las definiciones públicas, Cristina hizo un movimiento preocupante para el sciolismo en los últimos días, cuando decidió la salida de la Casa Rosada de Juan Carlos Mazzón. La excusa informal de la desvinculación del histórico operador fue que dejó afuera del armado de listas de Mendoza a dirigentes de La Cámpora, a contramano del pedido presidencial. “Fue un mensaje de la Presidenta para todos. Quiso dejar en claro que acá manda ella”, explican en la Rosada. Pero más allá del acto de rebeldía, Cristina tenía claro que Mazzón jugaba para Scioli a pocos metros de su despacho. Por esa misma razón ya había sido expulsado del Gobierno Rafael Follonier, en diciembre pasado. Las salidas de Follonier y Mazzón representan dos bajas del sciolismo en el seno del Gobierno.
Los próximos gestos del Gobierno serán definitorios en la pelea. Según cuentan en un ministerio, Cristina le aseguró a Randazzo que lo acompañará en casi todos los actos de gestión que tiene por delante –alrededor de diez – en el tramo que queda hasta el cierre de listas. En tanto, en el entorno presidencial habían barajado la idea de que Cristina compartiera un tiempo de cámara con Scioli para dar inicio al ciclo lectivo 2015, pero la idea quedó descartada. Lo que terminará de definir el panorama será el eventual anuncio del desdoblamiento del Ministerio del Interior y Transporte, ante la imposibilidad de que Randazzo, siendo candidato, también tenga a su cargo el control de las elecciones desde la cartera Interior. La posibilidad dista de ser remota. En los pasillos de la Rosada ya se barajan los nombres de los posibles candidatos a hacerse cargo del ministerio, algo que alienta las aspiraciones presidenciales del hombre de Chivilcoy.