El giro en las negociaciones de las últimas horas respecto a la venta del diario Ámbito Financiero no debe interpretarse como una jugada veloz de Cristóbal López en desmedro de Daniel Vila y José Luis Manzano sino como otra de las tantas peripecias que rodean al empresariado que es cercano al oficialismo y que vendría a representar la antítesis del llamado “círculo rojo” fogoneado por Mauricio Macri.
Aunque pocos lo han registrado, Manzano fue uno de los empresarios que viajó a China con la delegación de Cristina de Kirchner. Siempre interesado en el mercado de la energía, el petróleo y las telecomunicaciones, el itinerario en Beijing parecía hecho a su medida. Por no mencionar que siempre tuvo interés en el extremo oriente tal como lo recuerdan los empleados de la consultora Integra, que fundó en los 90 en la ciudad de Miami para hacer trabajos de “planeamiento estratégico”.
Como la familia Bulgheroni y los Eskenazi, Manzano es uno de los empresarios que precisan del Estado para operar y ahora apuestan por Sergio Massa. Titular junto a Daniel Vila del Grupo Uno, la compra del matutino económico hubiera coronado con un diario nacional el multimedio que incluye la tercera radio de AM más escuchada y el tercer canal de aire más visto.
Era tan tangible que algunos de sus periodistas más cercanos ya se probaban el traje de directores de Ámbito (se hablaba de Antonio Laje con pasado en esa empresa). El cambio, brusco se debería a que Manzano logró un acuerdo muy conveniente en la gira china con la condición de que Ámbito sea para el grupo Indalo. Aún así, el actual propietario Orlando Vignatti retendría un porcentaje accionario.
Y es que los negocios duros son la gran pasión de Manzano, mucho más que los medios. En el Gobierno ser recuerdan sus largas charlas con Néstor Kirchner para hacerle la guerra a Cablevisión y potenciar Supercanal, empresa de cable de Manzano que logró que las oficinas de Cablevisión fueran allanadas.
Lo curioso es que Cristóbal tiene la misma matriz de quien por estas horas es su gran rival: le gustan los medios (aunque al principio no quería saber nada con comprar los de Hadad), pero mucho más les gusta el petróleo y la energía. Un nuevo paradigma de empresario de los medios que sin dudas llegó para quedarse.