Como parte de su agenda de campaña, el candidato a la presidencia por el FpV, Daniel Scioli, visitará esta tarde, a la jefa de Estado de Brasil, Dilma Rousseff.
Lo que no podía preveer el gobernador bonarense, era el pésimo día que le espera a la mandataria. Este martes, la Cámara de Diputados del vecino país, evaluará si acepta o no uno de los varios pedidos de juicio político, que elevaron sectores de la oposición.
La acusación, que habla de "maquillaje" en las cuentas públicas, se enmarca en una reñida interna política. Sucede que el titular de la Cámara, Eduardo Cunha, es un ex aliado de Rousseff, que salpicado por denuncias de corrupción, decidió mudarse a la oposición.
Hasta hace pocos meses, Cunha era integrante del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la fuerza que en el Congreso le suma votos a Dilma.
Muchos creen que el titular de la Cámara, es el principal coordinador de la movida opositora, que este martes pondrá a la presidenta de Brasil entre las cuerdas.
Alejado de esa inesperada agenda del vecino país, el gobernador de Buenos Aires, tiene previsto arribar a Brasilia, capital del Estado y sede del Congreso, cerca de las 17 horas.
Será, de acuerdo a lo dicho por sus voceros, "con interés especial en el intercambio comercial de ambos países".
Abordará además, temas vinculados a "el rol de la conectividad del transporte, corredores bioceánicos, ferrocarriles, hidrovía, y especialmente, el interés por el sector automotriz".
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