Política

Tras la muerte de Nisman, un día de incertidumbre y dudas en el Congreso

Por Gabriela Pepe. El kirchnerismo apuntó a los servicios y al ex agente Stiusso. La oposición habló dividida. Pidió que se preserven las pruebas de la denuncia del fiscal pero fue cauta en las especulaciones sobre la muerte. Preocupación en dirigentes oficialistas. Podrían estudiar cambios en la ley de Inteligencia.

A la espera de órdenes de la Rosada, el bloque kirchnerista mantuvo varias reuniones durante todo el lunes en el Congreso. El presidente de  la Cámara baja, Julián Domínguez, y la jefa del bloque oficialista, Juliana Di Tullio, fueron los encargados de llevar la comunicación con el Poder Ejecutivo y de informar sobre la estrategia oficialista a los diputados que empezaron a circular por las oficinas del tercer piso desde el mediodía. Los camporistas Andrés Larroque y Marcos Cleri llegaron pasadas las 13. Desde la mañana estaban reunidos Di Tullio, Domínguez, Diana Conti y otros referentes K. Recién a las 19, después de que se conocieran los resultados de la autopsia del cuerpo de Alberto Nisman, el oficialismo salió a hablar.

 

“Queremos saber qué pasó”, dijeron los representantes del kirchnerismo, desconcertados ante la muerte del fiscal pero también visiblemente preocupados por las derivaciones políticas del caso. Delante y detrás de cámaras, casi sin fisuras ni segundas versiones, los diputados del bloque oficialista repitieron sus preguntas sobre la muerte de Nisman y apuntaron a la interna de los servicios de Inteligencia.

 

“Nosotros sabemos que esto se da en el marco de un cambio importante en la SI (Secretaría de Inteligencia), donde (Jaime) Stiusso fue removido”, dijo Di Tullio, señalando directamente al histórico agente de la ex SIDE. Tanto Stiusso como sus hombres más cercanos abandonaron la central de espías después de los cambios impulsados por el Gobierno en las últimas semanas. El ex agente fue el principal colaborador de Nisman en la causa AMIA. En la misma línea, Domínguez se refirió a sectores de inteligencia como “el último reducto donde no ha podido llegar la transparencia-” y los acusó de “generar un clima de inestabilidad y condicionar jueces”.

 

Después del silencio de todo el día, tras la conferencia liderada por Di Tullio y Domínguez, algunos representantes del kirchnerismo empezaron a mencionar tímidamente la interna de Inteligencia como el origen de la trama que terminó en la muerte del fiscal. Sin embargo, los habituales proveedores de información del bloque K se cuidaron como nunca a la hora de hacer declaraciones, también fuera de micrófono, o directamente evitaron las conversaciones informales.

 

“Las tapas de los diarios dicen que el fiscal que acusó a la Presidenta apareció muerto, ¿eso qué sugiere? Que el Gobierno lo quiso limpiar ¿Qué hacemos ahora con esto?”, se preguntaba un referente kirchnerista, desanimado, ante las sabidas conjeturas. “Es muy complicado, un fiscal que trabajaba con los servicios de inteligencia, la CIA, el Mossad, la SIDE, ¿qué vamos a decir?”, repetía otro diputado. Andrés Larroque fue, tal vez, la cara más visible de la desazón. “Lo importante es que nos concentremos todos en esto. Hoy es un día para hablar sobre lo que le ocurrió al fiscal”, dijo el dirigente de La Cámpora en tono pausado. Larroque era uno de los acusados por Nisman por negociar un supuesto pacto de impunidad con Irán por el atentado a la AMIA.  “Queremos que se sepa qué paso con el fiscal, no es momento para hablar de su denuncia”, repitió. Con los acontecimientos sobre la mesa, entre los diputados del oficialismo empezó a circular el rumor de que se podría estudiar una reforma a la ley de Inteligencia.

 

Antes, también en el Congreso le había tocado el turno a la oposición, que habló dividida. Primero lo hizo el bloque del radicalismo, encabezado por el presidente del partido, Ernesto Sanz. La UCR centró sus declaraciones en el pedido de protección del equipo del fiscal Nisman y de la prueba recolectada por él, pero no aventuró sobre las posibles causas de su muerte. “Si la Justicia dice que es un suicidio, debe ser así. Pero hay suicidios inducidos”, dijo un referente del radicalismo.

 

Alrededor de las 3 de la mañana del lunes, cuando empezó a circular la noticia, Sanz mantuvo una conversación telefónica con el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, que lo puso al corriente de la situación. En las próximas horas, el radicalismo procurará volver a establecer charlas informales con los referentes del kirchnerismo. La dirigencia de la UCR también apuntaba, por lo bajo, a las internas de Inteligencia. “El problema es que el Gobierno no maneja a la ex SIDE, está claro”, comentaba un integrante del bloque radical.

 

A las 15, hora en la que estaba prevista la reunión de la Comisión de Legislación Penal a la que iba a concurrir el fiscal Nisman, varias figuras del Pro, la Coalición Cívica, el Frente de Izquierda y Francisco de Narváez, se dieron cita en el  Anexo C de Diputados, convocados por Patricia Bullrich. La reunión original derivó en un homenaje al fiscal y en el pedido de los bloques participantes de que se preserven el trabajo y el equipo de Nisman, algo parecido a lo que había dicho el radicalismo. Bullrich y Néstor Pitrola se quejaron de los faltazos de los otros bloques. “Hasta el sábado se desesperaban por venir a la reunión de comisión y hoy no vienen”, protestó la presidenta de la comisión.

 

Las internas de inteligencia también sobrevolaron ese encuentro. “Nadie maneja los servicios, son autónomos de cualquier gobierno”, dijo el diputado por la Coalición Cívica, Fernando Sánchez. Referentes del Pro también abonaron esas versiones, aunque pusieron en duda la hipótesis del suicidio. “Nisman habló el domingo tres veces con Patricia (Bullrich), dijo que iba a venir, ¿y de pronto va y se mata? No cierra. Estaba muy entusiasmado con lo que estaba haciendo”, comentó Federico Pinedo. Lejos del Congreso, desde su búnker de Tigre, a la misma hora habló Sergio Massa. “Vamos a respetar la investigación judicial. No es tiempo de ponerse en investigador”, dijo el líder del Frente Renovador.

 

A media tarde hicieron lo propio Hermes Binner, Margarita Stolbizer, Humberto Tumini, Julio Cobos y otros dirigentes del Frente Amplio Unen como el radical Luis Petri y el socialista Roy Cortina, desde las oficinas del Gen. Cobos no había llegado a tiempo para la reunión del radicalismo, al mediodía, por un retraso en el vuelo que lo trajo desde Mendoza y se sumó a la conferencia de los referentes del Frente Amplio Progresista, que reclamaron la intervención de la Corte Suprema en las investigaciones del atentado a la AMIA, las denuncias que preparaba Nisman y la muerte del fiscal. “Por la magnitud y la gravedad institucional de lo sucedido, la Corte Suprema de la Nación debe tomar el caso y llevar adelante las investigaciones. Además, debe garantizar la seguridad del equipo del fiscal que llevó adelante la investigación y preserve las pruebas recolectadas”, dijo Cobos.

 

Los dirigentes también explicaron su ausencia en la reunión convocada por Bullrich. “La reunión de la comisión era para recibir al fiscal, pero Nisman está muerto. Nos pareció impropio mantener ese encuentro en el día de hoy”, dijo Stolbizer. Tumini acusó a Bullrich de “buscar protagonismo” con el llamado a la reunión. La diputada del Gen también se refirió a las internas de Inteligencia. “La mejor muestra de eso es el descabezamiento de los servicios que hizo el Poder Ejecutivo”, afirmó. Los referentes del Frente Amplio Unen se comunicarán en las próximas horas con jueces de la Corte para consultar por su pedido de intervención en la causa.

 

Con muchas dudas y pocas respuestas, dirigentes oficialistas y opositores dejaron en el Congreso la única certeza de que la muerte de Nisman marcó una bisagra en la historia y también en una enrarecida campaña electoral.

 

Ariel Lijo, candidato a Juez de la Corte Suprema de Justicia. 
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