La lejana idea de dirigir la Secretaría de Inteligencia entusiasma al juez Federal Claudio Bonadio. El ofrecimiento habría partido del diputado Sergio Massa y lo que comenzó siendo un rumor ya es un dato que es analizado por los espías de 25 de Mayo 11. Pero lo que más llama la atención es que el magistrado tendría un guiño de Francisco “Paco” Larcher, el número dos de la ex SIDE.
Aunque el jefe del organismo es Héctor “Chango” Icazueriaga, el hombre fuerte del espionaje K siempre fue Larcher. Fue Néstor Kirchner quién lo apuntaló ni bien llegó a la Casa Rosada. El bueno de “Paco” pasó de comandar la Casa de la provincia de Santa Cruz en Buenos Aires a administrar los secretos del aparato de inteligencia nacional.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner nunca habría tenido una sintonía fina con el Señor 8, como se lo conoce en la jerga del espionaje al segundo de la Secretaría de Inteligencia, sin embargo aún sigue ahí, inamovible, inquebrantable, imperturbable. Ni siquiera lo eyectó cuando, desde un sector del espionaje criollo, intentaron vincularlo con el desertor Massa; algo que nunca pudo ser probado.
La relación entre Bonadio y Larcher es de larga data. En 2004 el magistrado fue denunciado por el Gobierno por haber “protegido” a un imputado en una causa en la que se investigaba una serie de contratos con el PAMI. Esa fue la primera vez que el Kirchnerimo puso a un juez Federal en la mira.
Bonadio estaba preocupado, pensó que el Gobierno lo arrinconaría en el Consejo de la Magistratura, y no estaba tan equivocado. Alberto Fernández, entonces jefe de Gabinete, lo tranquilizó. El puente en aquella conversación había sido Larcher. Finalmente Jorge Urso, en aquel momento juez Federal, lo sobreseyó.
Desde las propias usinas del massismo se dejó trascender que Bonadio estaba dentro de la órbita del Frente Renovador. En abril de 2013 el juez invitó a Massa al debate que organizó bajo el paraguas de la Fundación de Estudios Políticos, Económicos y Sociales para una Nueva Argentina.
Esta suerte de alianza fue ampliamente publicada por diferentes medios y hasta el momento nadie la desmintió. Desde ese momento el juez no dejó de poner en aprietos a cualquier funcionario K, algo que antes no había hecho.
Por el accidente ferroviario de Once, en la que murieron 51 personas, Bonadio procesó a los exsecretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, al interventor de la CNRT Eduardo Sícaro (hombre muy cercano al Ministro Florencio Randazzo) ya otros exfuncionarios kirchneristas y empresarios, pero llamativamente en primera instancia había sobreseído al maquinista Marcos Córdoba, principal acusado en el juicio oral de provocar la tragedia.
En las audiencias del juicio oral que lleva adelante el TOF 2 está siendo muy cuestionada toda la instrucción de esta causa que hizo Bonadío.
Procesó al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, por supuesto abuso de autoridad al multar a un grupo de consultoras privadas que miden la inflación.
Intentó procesar al exjefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina y al secretario de Medios de Comunicación, Alfredo Scoccimarro, por las supuestas irregularidades en un spot en el que se criticaba al jefe de gobierno porteño Mauricio Macri en el programa televisivo “Fútbol para Todos”.
Pidió la indagatoria del vicepresidente, Amado Boudou, por ser el propietario de un automóvil marca Honda y modelo 1992 con documentación falsa, en medio del escándalo de la ex Ciccone. Y en agosto de este año lo terminó procesando.
El juez al que el exministro de Economía, Domingo Cavallo, incluyó en la célebre servilleta donde reposaban los nombres de jueces federales entonces afines al menemismo, estaría convencido en que si Massa llega a la Casa Rosada él será nombrado como jefe de la Secretaría de Inteligencia,
Navegar sobre las andanzas del magistrado amante de las armas, el tiro al blanco y que carga con dos muertes después de haber disparado por la espalda “en legítima defensa” mientras estaba siendo asaltado, no es una tarea muy difícil si uno coloca su nombre y apellido en Google.
Otro amigo en común de Massa y Bonadio es el empresario de la seguridad y la defensa Mario Montoto. El juez, ex militante de la facción de la derecha del justicialismo conocida como Guardia de Hierro y amigo del ex montonero Rodolfo Galimberti, es un asiduo visitante a los eventos que organiza la Fundación Tadea, que preside el “compañero” Montoto.
Pero en el massismo y en algunas madrigueras del espionaje no sólo se menciona a Bonadio para ocupar ese deseado cargo. En la lista de candidatos también figura Diego Gorgal, integrante del equipo de asesores en Seguridad del Frente Renovador y con un currículo interesante cuando se lee los cargos públicos que ocupó y su relación con el ámbito de la seguridad.
También se especula con que Juan José Álvarez, actual jefe de campaña de Massa y exministro de Seguridad durante la presidencia de Eduardo Duhalde, regrese al edificio de 25 de Mayo 11 como en las épocas que trabajaba es la SIDE antes del retorno de la democracia.