Soria y Pichetto demostraron unidad mientras esperan la definición de Weretilneck
Letra P.- Fue en General Roca junto al ministro de Defensa, Agustín Rossi, que entregó actas de la última Dictadura Cívico-Militar. Mensaje pragmático a Viedma.
La realidad política en Río Negro genera todo tipo de especulaciones. Desde que la relación entre Miguel Ángel Pichetto y Alberto Weretilneck se quebró, los dirigentes justicialistas no tardaron en organizar un operativo de unidad para disputarle al actual mandatario la gobernación.
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La visita de Agustín Rossi expuso la estrategia que parece definir un espacio con potencia e impronta ganadora. Es que ambos apellidos significan mucho para el oficialismo, hoy en manos de un mandatario que llegó al poder en un particular hecho.
Como explicara Letra P, luego de blanquear sus intenciones de ser Gobernador, Pichetto trabaja en una alianza con el Intendente de General Roca, quien le confirmó a este portal sus intenciones de competir por el sillón provincial si existe una interna, algo que el Senador intenta evitar. La foto de ayer, lo explica.
La entrega impresa de 280 actas pertenecientes a la última dictadura cívico militar, que fueron descubiertas en el edificio Cóndor de la Fuerza Aérea, sirvió de excusa para mostrarse (una vez más) juntos en un proceso de transición interno estruendoso, que dividió las aguas en el Frente Para la Victoria (FPV).
“Este hallazgo nos permite como pueblo construir un futuro mejor para que todos puedan conocer nuestra historia, la verdad de lo que sucedió”, reconoció Martín Soria, quien compartió mesa con el funcionario nacional y el titular del bloque kirchnerista en el Senado.
La ley y el orden
La imagen que surgió desde el alto valle rionegrino llegó hasta la capital, Viedma. Allí, Weretilneck, quien mastica bronca por la nueva ley de Hidrocarburos, piensa qué paso seguir mientras el justicialismo se reorganiza para derrotarlo en 2015.
Acusado de impulsar el acuerdo con Petrobras, con el único objetivo de lograr dinero fresco para su campaña, comenzó a disputar una batalla a todo o nada con los legisladores que responden a Pichetto. U$S 92,8 millones fue la causa que detonó la pelea, que tuvo a Sergio Massa como un protagonista de reparto, a pesar de tener condiciones protagonistas, según cuentan desde el norte de la Patagonia.
La instalación de un stand voluptuoso en el predio de La Rural porteña, nicho anti K por excelencia, demostró que su intención es llegar al límite a pesar de que la situación sea insostenible por la presión del Legislador y varios intendentes de la liga justicialista. Massa, siempre atento a los dirigentes fastidiosos con el FPV, tentó al Gobernador para que de el salto al Frente Renovador.
Sólo resta esperar si la presión lo provoca a dar un giro sustancial o se acopla a la supremacía peronista.