La apertura de una nueva investigación, meses después de que se revelara que los servicios de inteligencia estadounidense supuestamente habían intervenido el celular de la canciller Angela Merkel, indignaron a varios dirigentes políticos alemanes.
Según funcionarios, sería necesario aclarar el caso para después hablar del alcance del escándalo y sus consecuencias.
Las autoridades alemanas trabajan en la verificación de las declaraciones de un agente secreto del Servicio de Inteligencia Federal (BND, por sus siglas en alemán). El hombre, de 31 años, confesó haber vendido unos 218 documentos confidenciales alemanes a Estados Unidos, a cambio de 25.000 euros.
Según reconstrucciones de la prensa, el espía habría trabajado desde 2012 hasta ahora pasando información, tanto a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) como a la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
El caso podría poner nuevamente a prueba las relaciones entre los dos países. Ambos se esforzaron en los últimos meses en destacar su cercanía después de que las revelaciones del ex empleado de la NSA Edward Snowden destaparan, hace un año, las intensas actividades norteamericanas de control de las comunicaciones de Alemania. Hasta el celular de Merkel apareció en una lista de objetivos explícitos.
Los pedidos de aclaraciones de Berlín no tuvieron respuestas. El intento de encontrar un acuerdo de no espionaje entre los dos gobiernos fracasó estrepitosamente frente a la negativa estadounidense a renunciar a su posición. El gobierno alemán intentó dejar caer el asunto en el olvido. Pero las nuevas revelaciones llevaron ahora Berlín a reaccionar.
Alemania fue hasta ahora el único país europeo en tomar medidas concretas para investigar las actividades de espionaje de Washington en su territorio.
En 2013, el ex espía de la NSA reveló información sobre las actividades de espionaje de Washington a gobiernos amigos, entre ellos Alemania y -en particular- a la canciller Angela Merkel
La administración de Barack Obama hizo un pedido de disculpas a Berlín, pero negó que sus agencias hubieran espiado el celular de la líder alemana.