“Si ya no sabemos a quién responde entonces no le paguemos más un sueldo”, disparó el viceministro de Justicia Julián Álvarez contra el actual integrante de la Auditoria General de la Nación, Javier Fernández.
“Si ya no sabemos a quién responde entonces no le paguemos más un sueldo”, disparó el viceministro de Justicia Julián Álvarez contra el actual integrante de la Auditoria General de la Nación, Javier Fernández.
El funcionario camporista simplemente expresó el pensamiento del diputado Eduardo De Pedro, su compañero en el Consejo de la Magistratura. Fue durante una reunión en Casa Rosada y uno de los que lo escuchaba era Carlos Liuzzi, quien se autodefine, desde hace un mes, como una “victima” de quien supo ser el gran operador del kirchnerismo en los tribunales.
Alvarez, De Pedro, el subsecretario Franco Piccardi y, en menor medida, el titular de Aerolíneas Argentinas Mariano Recalde creen que el Gobierno debería retirar a Javier Fernández de su puesto en la AGN.
Le reprochan su pasado noventista (que incluye un crecimiento bajo el ala de Cesar Arias primero y de Rodolfo Barra después) y un presente en el cual no le es de gran utilidad al Gobierno en sus intríngulis judiciales.
Al contrario, el fuero que él siempre se jactó de controlar (Contencioso Administrativo Federal) es desde donde se boicoteo la reforma judicial con cautelares, se castigó a Guillermo Moreno y, lo que más preocupa, se emiten cautelares que liberan las importaciones en la Aduana por lo cual los empresarios no deben esperar la autorización del ministerio de Economía.
Los comentarios del Perro
La irritación creció aún más cuando el columnista de Página 12 Horacio Verbisky les contó a 2 funcionarios que Fernández ya habla, cada vez que puede, desde el antikirchnerismo más recalcitrante y no se cuida en guardar apariencias.
El periodista es también quien siempre le baja puntos a la figura del operador: “no crean todo lo que se dice, eso de que tiene mucha influencia, él no es más que un buchón de la SIDE que te sabe decir con un poquito de antelación si un tipo va a ser sobreseído o si lo van a procesar”.
Pero Verbisky no siempre pensó así. En 2009 escribió que Fernández y sus hermanos (los abogados Sergio y Claudio) eran los “principales operadores de la SIDE en el Poder Judicial”.
Cuando le recuerdan eso “el perro” contesta que desde que murió Néstor Kirchner todo cambió para Javier Fernández quien admite llevarse muy bien con Julio De Vido, el poderoso ministro de Planificación mencionado en las principales causas por presuntos actos de corrupción kirchnerista.
Estas conversaciones son música para los oídos de Leandro Despouy, presidente de la AGN, que sueña con la salida de Fernández a quien acusa constantemente de entorpecerle el trabajo en la Auditoria y de obstaculizar todas las investigaciones que involucran a De Vido y al Gobierno.
Fernández tiene una estrecha relación de amistad con el ex número dos de la Secretaría de Inteligencia, Darío Richarte, cuyo estudio jurídico defiende a funcionarios K caídos en desgracia, como Amado Boudou en la causa Ciccone.
El dato que más complica al operador es que en el Gobierno Nacional son muchos los que lo vinculan al affaire del juez Norberto Oyarbide y a como este incriminó a Liuzzi luego de unos allanamientos que incluyeron pedido de coima.
De hecho, Alvarez ya tendría un miembro de su staff para remplazar a Fernández en la AGN, cosa que no es sencilla porque primero debe ser aprobado en el Senado. Por ahora el auditor que tiene mandato hasta 2016 resiste.