El fútbol argentino vuelve a quedar expuesto. Esta vez fue un ataque al presidente de El Porvenir, una de las instituciones con más historia en los últimos tiempos del ascenso, que integra el partido de Lanús, distrito que encabeza el dirigente kirchnerista Darío Díaz Pérez.
“Hay una dinámica de puja interna entre los clubes, eso es normal, pero lo que es una salvajada es que hayan hecho eso. Hay mucha gente que disfruta lo que es El Porvenir”, reconoció el mandatario de la Tercera a C5N, quien a pesar de que existan múltiples denuncias sobre el vínculo entre el mundo político y el de los violentos, reclamó seriedad a la hora del tratamiento judicial.
“Cómo puede ser posible que (los barras) entren y salgan con total impunidad. Mire si somos dañados los que tenemos responsabilidades públicas, que cuando se juega un partido en nuestra ciudad nos insume 200 o 300 policías de acuerdo a quién sea el adversario”, reconoció el jefe comunal, quien se refirió a los atentados que sufrió la dirigencia.
Pero a pesar de que se lo expone por los hechos, Díaz Pérez habló sobre los problemas de seguridad en Lanús por los partidos en diferentes categorías. “Me tocó a mí impedir disputas partidos porque me sacaban los policías de las comisarías”.
“Lo que está complejo es el tema social, porque es ella la que permite esto. Todo forma parte de la actitud corresponsable que no asume responsabilidades”, insiste el dirigente oficialista.
“Un depósito de Drogas”
Enrique Merelas, presidente de El Porvenir, quien denunció los ataques, le había pedido custodia a la Provincia. Pero, según trascendió, el club tuvo un entredicho con el dirigente kirchnerista por la sesión de un predio que había cedido por el fallecido Manuel Quindimiln.
“El club es un depósito de droga”, había reconocido Merelas, hoy debilitado por otro capítulo de violencia barrabrava y tironeos políticos.