Horacio Massaccesi logró llevarse el triunfo en la elección de la Unión Cívica Radical (UCR) y de esa forma retomó las esperanzas para volver a instalarse en los primeros planos de la vida institucional. Como si fuera poco, le generó un camino alternativo al rodeado Alberto Weretilneck.
En una elección con poca convocatoria, el ahora Presidente logró sacarle una buena ventaja a su competidor, Leonardo Ballester, quien representa al sector que más trabaja para que el Frente Amplio Unen, espacio con serios problemas a nivel nacional, se pueda afianzar en ese territorio.
Como describiera Letra P, la sintonía entre Massaccesi y Weretilneck tuvo impacto en los comicios, siempre pensando a futuro para el ex dirigente kirchnerista, por su pelea con Martín Soria, Miguel Ángel Pichetto y toda la cúpula justicialista.
Lo ciertos es que esos acuerdos, según cuentan desde el riñón morado, pueden ser cruciales para el ámbito legislativo. Luego de perder el round por el tema Petrobras, el Gobernador logró imponer su Vice. Ahora, para tener mayor fuerza, busca conseguir nuevo apoyo del sector radical que renovará autoridades.
Esa es otra de las preocupaciones en el espacio. La victoria de la lista Blanca–Roja y Blanca marcó la predilección por los que no ven en el FAUnen una posibilidad concreta, con la senadora Magdalena Odarda incluida -quien se muestra en cada recorrida como candidata- como una jugada fuerte.
“Por suerte tomamos el mejor camino. Hoy nace una nueva etapa en la Unión Cívica Radical de Río Negro. Ahora estamos muy bien en el llano, sino somos buenos no vamos a recuperar la credibilidad”, dijo Massaccesi, acompañado del intendente de Viedma, José Luis Foulkes. “La política rionegrina es plena de desencuentros”, reconoció.
Como primer paso de un largo camino, luego de “tocar fondo”, se aproxima el acuerdo que puede definir cómo el cambio de conducción repercute en la vida institucional de la provincia. Según le dijeron a Letra P, el quiebre puede dividir al bloque que encabeza Bautista Mendioroz, quien respaldó a Ballester en la interna.
Hábil, Weretilneck tuvo influencia en la fórmula que terminó llevándose el triunfo como en una suerte de revancha personal por lo que sucedió en la negociación petrolera. Aquellos días, cuando Pichetto dio la orden de bajar la propuesta, y se llevó el necesario apoyo radical, desde la Gobernación comenzaron a darle vía a su nueva estrategia.
A principios de octubre, cuando la pelea propia se agigantaba, los ganadores marcaban distancia porque el modelo nacional, hoy resquebrajándose, no los convencía. “Tiene escasa convicción”, se les escuchaba decir a los principales dirigentes.
Lo cierto es que el triunfo de Massaccesi le otorga una nueva oportunidad ante el retraso de la anunciada visita que Sergio Massa iba a realizar, luego del pronunciamiento a favor del Frente Renovador.
Los que pueden definir el cambio
“No descartamos nada”. Esa frase se repitieron los dirigentes, detrás de escena, luego de la vitoria. Sus palabras, que exponen la división casi irreconciliable por la situación con Miguel Saiz y Mendioroz, aliados en una cruzada que no rindió, parecen anticipar el conflito.
Ahora, la posta pasa a la Legislatura rionegrina, espacio vital para Weretilneck, quien deberá afinar varias cuestiones para ganarle la pulseada a sus rivales.