Una vez más, Diego Bossio mostró las credenciales necesarias para ser un candidato importante en el Frente para la Victoria (FpV). Como aquella mañana en que José Ottavis remarcó sus cualidades, se llevó el apoyo de otro camporista en una claro ejemplo de “sintonía fina”.
Esta vez Lanús fue el lugar elegido. Con la entrega de 290 jubilaciones, acompañado del camporista Julián Álvarez, y del jefe de gabinete, Jorge “Coqui” Capitanich, el tandilense cosechó más de su siembra con los espacios más duros del oficialismo nacional.
Lo notable fue la presencia del intendente, Darío Díaz Pérez, que mantiene una guerra fría con Álvarez en su localidad, sin olvidar lo que sucede con el Frente Renovador, espacio que también sabe de rencillas puertas adentro.
“Se está reconociendo el esfuerzo de los argentinos que dejaron todo trabajando”, dijo Bossio. Muy de cerca, los tres referentes del oficialismo lo escuchaban tranquilos. Como siempre, el agradecimiento a Cristina Fernández de Kirchner llegó. “Puso en marcha este programa que hace justicia social”, afirmó.
Distendido, Capitanich agradeció el trabajo en conjunto y recordó a los artífices del modelo Nac & Pop. “Néstor y Cristina han sido verdaderos arquitectos de la inclusión jubilatoria, primero con la estatización de las AFJP. Hoy el Estado es el mejor administrador de los ahorros de los argentinos y esto es fruto de una decisión política”, planteó.
Cuando llegó el turno de los locales, las palabras de agradecimiento también se escucharon. “Gracias por acordarse de los adultos mayores, es un esfuerzo gigante del gobierno nacional”, sostuvo el mandatario, quien escuchó a su rival en las PASO.
“Los abuelos de Lanús, que con tanta alegría y con la energía intacta nos siguen enseñando a los más jóvenes. Yo soy un hijo de ese Lanús, de los centros de jubilados a los que iba con mis abuelos”, afirmó Álvarez.
Lo cierto es que el titular de ANSES continúa su apuesta para afianzarse como candidato a Gobernador, y no tiene inconvenientes en conseguir elogios de la nueva camada de dirigentes, como de los históricos, para darle más fuerza a su imagen, algo clave para imponerse en un eventual escenario electoral.