La audiencia pública convocada desde la Cámara de Diputados para que se escuche información sobre el Plan de Obras y Contingencia en La Plata, comenzó con la furia de los vecinos que sufrieron en carne propia la inundación del 2 de abril de 2013, que desde temprano llegaron al anexo de la avenida 53.
Desde el inicio, furiosos, abuchearon a José Ottavis, uno de los coordinadores que escucharon a los oradores que comenzaron a explicar los pormenores de la inundación pero las miradas apuntaron contra Valeria Amendolara, legisladora que supo encabezar el bloque de concejales brueristas aquel tiempo.
Sin margen, se ubicó junto a Diego Rovella, Juan Cocino (FAUnen) y Cristhian Castillo (FIT) a escuchar las palabras de los que tomaron el micrófono para contar la experiencia, pero la bronca entre los presentes aumentó cuando veían salir y entrar, despreocupada, de la sala a Amendolara.
Los días posteriores a la inundación, que provocó un revuelo en el Municipio, demostró como la blonda y todo el cuerpo del oficialismo platense blindó a Pablo Bruera, siempre escurridizo a las pretensiones de la oposición. Tal fue su importancia, que en el primer sacudón mediático tuvo un rol protagónico.
La noche del 17 de abril fue el comienzo de la ruptura con el bruerismo para Javier Pacharotti. Acorralado por los vecinos que ingresaron al Concejo Deliberante, luego de un escándalo con trompadas incluidas, Pacha tuvo que poner el cuerpo en el patio del Palacio Municipal. Desde ese momento, el ahora renovador dejó de ser un personaje con influencia en el Frente para la Victoria (FpV) platense.
Con el anuncio hecho público, comenzó la danza de nombres que terminó en Amendolara como Presidenta del CD. A mediados de agosto de 2013, los ediles que impidieron la interpelación de Bruera destituyeron a Pacharotti en unos minutos, a pesar de que eludió el primer golpe acusado de “traidor” y que no le “daba la nafta”.
Los votos positivos fueron los de los brueristas más los del kirchnerismo y el denarvaísmo. De esa forma, antes de la designación del sindicalista Pedro Borgini, supo manejarse para entrar en la lista de Diputados por la Octava, que todavía circula por el anexo para demostrar sintonía con el dolor de los vecinos, que rechazan cualquier decisión de su (hasta ahora) líder político.