“Hay estilos más distantes y otros más comprometidos. A mí me gusta el estilo más comprometido. Yo no oculto lo que lo siento y trato de darle forma de acción a esa sensibilidad. A mí me gusta este estilo”, así describía Gabriel Mariotto la forma de hacer política de Daniel Scioli, referente del Peronismo bonaerense quien, hasta hace días, era blanco de profundas críticas del kirchnerismo puro.
“Daniel (Scioli) tiene un formato que conoce toda la sociedad argentina desde siempre: se sienta en la mesa de la señora Mirtha Legrand y muchos compañeros nuestros no. Daniel viene de un estilo, habitualmente lo hacía antes de ser un hombre de la política. Nosotros tenemos otros estilos”, explicaba por entonces el Presidente del Senado provincial, quien no bajó nunca el nivel de criticas contra su compañero de fórmula, a pesar de que siempre planteó la posibilidad de “convivir con los matices y las diferencias”.
En un acto en Vicente López, en clara alusión al ex vicepresidente de Néstor Kirchner, advertía que “la política no es ocuparse de los famosos y sacarse fotos con deportistas reconocidos. No entiendo cómo se pueden sacar fotos siempre con deportistas famosos. De la Rúa tenía la más alta imagen desde 1973 hasta que cayó”, reconocía el funcionario, quien también habló del famoso partido que disputó el titular del ejecutivo con el Jefe de Gobierno porteño: “(Mauricio) Macri no tiene cintura y Daniel (Scioli) está fuera de tiempo y de distancia, no están para jugar en primera”.
Otro capítulo que generó un alto nivel de crisis interna fue el día que asumía Mariotto y los militantes La Cámpora, referenciados en José Ottavis, fueron reprimidos por policías de la Provincia al querer ingresar a la Legislatura bonaerense.
Pero hoy, en declaraciones a radio La Red, se terminó de reflejar el sustancial giro de los referentes del Frente Para la Victoria con el Gobernador. “Daniel nos tiene acostumbrados a tener gestos que otros actores no tenemos, de dialogar con otros sectores que lo tientan para que nos traicione, pero no lo hace”, advirtió su vice, que no se guardó elogios para el ex motonauta: “Se valoran sus gestos, nos sentimos representados por Daniel”.
Lejos quedan esos planteos que convulsionaron el mundo político argentino, cuando se decía que no era momento de tibios y, a pesar de las diferencias, se convive en beneficio de un proyecto de país.