En los últimos días, o más precisamente desde el lanzamiento del Frente Renovador como alternativa al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires, el periodismo oficialista viene cubriendo con bastante éxito los intentos de Mauricio Macri de “colgarse” de un eventual resultado positivo del massismo a nivel provincial, alegando la existencia de un pacto que desde el otro lado nadie confirma.
Las razones de PRO son evidentes: luego del fracaso en reeditar el acuerdo de 2009, Mauricio Macri decidió no presentar lista en el distrito, algo que enfadó, y bastante, a los referentes locales, como Jorge Macri y Emilio Monzó. Recordemos que el PRO tiene buenos armados en la primera sección electoral y en el interior de la provincia: con ese argumento en mano, y la noticia de que había caído el acuerdo con Scioli, ambos dirigentes se presentaron en las oficinas de Massa ofreciendo su apoyo a cambio de lugares expectantes en la lista nacional y en varias secciones.
Desde el punto de vista del armado general, les fue bastante bien. Como reseña Pablo Ibáñez, además de obtener tres lugares entre los primeros quince de la lista nacional, el PRO bonaerense logró encabezar la boleta del FR en catorce distritos. Como señala el reconocido periodista:
“Al final, figuras PRO encabezan en Lopez, Antonio de Areco, Punta Indio, Quilmes, Bragado, Tejedor, Chivilcoy, Viamonte, Partido de la Costa, Las Flores, Madariaga, Juárez, Laprida y Bolivar, y presenta internas en Morón, Marcos Paz, Campana, Pergamino, Trengue Lauquen, Tandil, 9 de Julio, Tandil, Villa Gesell, Alsina y Lobería, además de llevar colectoras en Casares y Pinto. También va en el FR de Moreno, Mercedes, Capitán Sarmiento; Avellaneda, Varela, Lincoln y Azul. Con boleta corta, pero aliado silvestre a Massa, compite en San Fernando; San Isidro, Navarro, Pilar, Suipacha, Baradero, Exaltación de la Cruz, Ramallo; San Andrés de Giles, Brandsen, Lanús, Chacabuco, Junín, Chascomús, Necochea, Coronel Rosales, Tres Arroyos y La Plata.”
Con ese capital en mano, y tratando de aprovechar la medición positiva que registra Massa en Capital, Mauricio Macri enhebró la ilusión de un acuerdo. Desmentido por los principales alfiles renovadores –Giustozzi, Alegre, De la Torre, Katopodis-, en las últimas horas optó simplemente por levantar la apuesta, al señalar que su acuerdo era con Massa.
¿Qué dijo Massa al respecto? Poco y nada. No reconoció la existencia de un acuerdo, pero tampoco lo negó. Consultado por la integración de las listas, las mostró como un signo de la diversidad de su propuesta, subsumiendo al PRO remanente en una confluencia que también abarca a dirigentes radicales, como Mario Meoni, y tiene su fundamento en los casi veinte municipios peronistas que dan sentido y electorabilidad al Frente Renovador.
A Macri, el silencio de Massa, magnificado por los medios oficialistas, le alcanza hasta cierto punto. Claro, él preferiría un acuerdo explícito, con encuentros incluidos. Pero la relación de fuerzas no favorece al jefe de gobierno porteño: tiene poco más que ofrecer que lo que ya cedieron sus laderos provinciales, con su propio primo a la cabeza.
Desde el massismo, por otra parte, aunque reconocen que el tema “hace ruido”, insisten en que Massa no desmentirá ni ratificará un acuerdo que no existió. “Si tiene un efecto, le suma no decir nada. ¿Qué sentido tiene salir a negar un apoyo casi gratuito?” se preguntan cerca del intendente de Tigre. Y agitan como argumento la buena imagen del jefe de gobierno porteño en el primer cordón.
En todo caso, la pregunta del cronista alude al eventual malestar interno, pero ello también es relativizado. “Los intendentes saben”, dice la fuente, “que el voto provincial no sigue las líneas ideológicas que a lo mejor operan en la Ciudad de Buenos Aires. Acá es muy poco lo que perdés.”
Todo parece indicar, entonces, que más allá del malestar de algún jefe comunal, el massismo tomará todo lo que pueda en materia de apoyos y responderá con un pragmático silencio en materia de contraprestaciones. Lo que todos tienen en claro, especialmente los hombres y mujeres del PRO que encabezan listas del FR, es que se ha tomado un camino de ida. Y uno mejor, con más perspectivas que el ofrecido por el propio Mauricio. El sueño de una fuerza nacional de derecha, compartido por Macri y un sector del kirchnerismo, se desvanece absorbido por la potencia de los relevos peronistas del peronismo.
(*) Analista. Profesor.