El problema no son sólo los improbables anfibios del Riachuelo. El legislador Juan Cabandié viene dando mucho que hablar en la interna del kirchnerismo porteño, no únicamente por la desafortunada frase en la que aseguró que si antes había botellas, acumulación de basura y animales muertos en las márgenes del río, ahora hay “bancos de peces”, sino por la mala relación que mantiene con sus compañeros de lista.
“Néstor se equivocó al darle tanto poder en tan poco tiempo. Juan no estaba preparado, se mareó”, dice un operador K que lamenta las continuas exigencias del dirigente de La Cámporaen la campaña. “Lo mismo pasó en 2011 y así les fue”, recuerda el mismo dirigente. Sucede que hace dos años, cuando Cabandié encabezaba la lista a legisladores por la Ciudadde Buenos Aires, su lista sacó apenas el 14,18 por ciento de los votos, la mitad de lo obtenido por Daniel Filmus como candidato a jefe de Gobierno. En aquel entonces, la convivencia entre ambos en la campaña había sido igual de áspera. Los resultados no fueron nada buenos para el Gobierno nacional.
El paso de Cabandié por la Legislaturaporteña como jefe de bloque kirchnerista no fue nada auspicioso. Para evitar que Cristian Ritondo y compañía avasallaran al joven camporista con su cintura política, la Rosada puso allí a un viejo conocedor del peronismo, Juan Carlos “Canca” Gullo. Pero ni la experiencia del “Canca” pudo ayudar a dominar el bloque K en el Palacio Legislativo, que se caracterizó, en estos dos últimos años por haber caído en una anarquía absoluta. La fuerte personalidad de las mujeres del kirchnerismo María José Lubertino, Gabriela Cerruti y María Rachid (y sus peleas internas), desdibujó absolutamente a Gullo y echó por tierra la autoridad de Cabandié, que nunca pudo imponer orden a la tropa porteña.
El legislador tampoco pudo forjar lazos con las otras fuerzas políticas, y se dedicó a generar desconfianza en sus pares de la oposición, sin poder armar una sólida oposición a Mauricio Macri. “La diferencia entre Ritondo y Cabandié es que Cristian, aun con todo lo que puedas criticarle, tiene códigos, cumple con lo que te promete. En cambio Juancito te deja pagando”, describe un operador que no comulga con el kirchnerismo ni con el macrismo.
El cariño que Néstor y Cristina Kirchner le tomaron a Cabandié cuando escucharon de su boca la conmovedora carta en la que narraba su historia personal, como hijo de desaparecidos, en aquel memorable acto en la ex Esma, en el año 2004, fue mutuo. De hecho, el legislador declaró varias veces que el ex presidente fue como el padre que nunca pudo tener. Encantado por la política de derechos humanos del Gobierno, tras aquel acto Cabandié aceptó el ofrecimiento de Kirchner y se sumó al Gobierno, en plena primavera de la transversalidad. Pronto se convirtió en uno de los jóvenes referentes del kirchnerismo y uno de los integrantes de la mesa chica La Cámpora, la agrupación liderada por Máximo Kirchner. Desde allí, forjó una cálida relación con Kirchner y conla Presidenta, y saltó a la Legislatura.
Los problemas de Cabandié en la campaña no sólo se limitan a las desmedidas exigencias que La Cámporaacostumbra hacer desde su irrupción en el poder y que fastidia al peronismo tradicional, sino que también se extienden a las relaciones que mantiene con otros candidatos, como Victoria Montenegro, también hija de desaparecidos y militante de Kolina, la agrupación que lidera Alicia Kirchner. Quienes conocen de cerca la interna K afirman que el vínculo entre ellos es tenso y que el legislador también viene dejando de lado, en los últimos tiempos, su acompañamiento a Abuelas de Plaza de Mayo, antes incondicional. El legislador es el nieto recuperado número 77 y las Abuelas tienen un gran cariño hacia él.
Pero pese a los malos resultados en la Legislatura, los traspiés electorales y las malas relaciones, Cabandié se ganó el primer lugar en la lista de diputados nacionales del kirchnerismo. Salvo una catástrofe política, el año que viene se sentará en una banca en el Congreso nacional. Allí, donde lo esperan otros miembros de La Cámpora, como Andrés Larroque y Eduardo de Pedro,la Presidenta apunta a tener un bloque de incondicionales al modelo. Aunque vean peces en el Riachuelo.