Los distritos que rodean a la Capital Federal están divididos. Los del Sur, reportan al Frente para la Victoria y los del Norte, tienen una mayor influencia massista. De los 24, 15 son gobernados por intendentes kirchneristas: 9 de las 10 intendencias de la tercera sección electoral, al sur y el oeste del Conurbano, más otras seis de la primera sección, al noroeste de la ciudad de Buenos Aires.
El compañero de fórmula de Massa, el jefe comunal de Almirante Brown Darío Giustozzi, jugará un rol importante en las urnas y su influencia podría incidir en los votantes de los distritos vecinos al suyo, todos kirchneristas.
Sin embargo, del otro lado está Martín Insaurralde, la nueva figura de Cristina Fernández de Kirchner e intendente de Lomas de Zamora que reúne sus propios votos.
Giustozzi tiene aliados en otros municipios de la tercera sección electoral, incluso en el territorio de Insaurralde, como el rector de la Universidad de Lomas de Zamora, Diego Molea, que supo enfrentar y derrotar al vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto.
Por su parte, el kirchnerismo le respondió al intendente de Almirante Brown con un candidato sciolista, titular del Instituto de Previsión Social bonaerense, Mariano Cascallares.
El massismo apuntará a La Matanza, con unos 900.000 votantes, y a la franja que conforman Lanús, Avellaneda y Quilmes, que suman otro millón de electores.
En estos tres distritos, el massismo cuenta con un armado sólido en el PJ opositor y espera aprovechar el desgaste en las encuestas de los intendentes de Lanús, Darío Díaz Pérez, y Quilmes, Francisco Gutiérrez.
La parte norte del Conurbano encuentra un desafío para el oficialismo, ya que el Frente Renovador y la imagen de Sergio Massa se hicieron fuertes. El Gobierno apuesta también a jugar fuerte en la Primera, en distritos como San Martín, Hurlingham, Pilar, Escobar y San Miguel.
Fuente: La Nación